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Sociología y Ciencias Políticas

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Una de las grandes cuestiones que siempre me han asaltado es si sería capaz de explicar la diferencia que existe entre la Sociología y las Ciencias Políticas, como disciplinas de estudio social.

Cuando decidí estudiar Sociología, recuerdo cómo mi entorno más inmediato siempre me preguntaba qué era eso de la Sociología y para qué servía. Pero en mi entorno no tan inmediato pasaba igual. Observaba como los profesores comentaban sus anécdotas en relación con esta cuestión, y ahora, unos años (y décadas) después en algunos foros de encuentro seguimos contando esas y otras nuevas anécdotas, y lo más gracioso de todo, los jóvenes que ahora estudian este Grado (carrera para mis coetáneos) me transmiten lo mismo que vivimos nosotros en nuestro momento, es decir, que sus padres, amigos y extraños les preguntan qué es eso de la sociología y para qué sirve. Estas mismas preguntas me las hacía yo también, pero respecto a los estudios de Ciencias Políticas, ¿todos los políticos habrían estudiado Ciencias Políticas?

Recientemente me he topado sin querer con una conversación que me ha hecho reflexionar sobre la necesidad de escribir qué características tienen estas dos grandes disciplinas que están condenadas a confundirse o solaparse y que, si bien se relacionan no son lo mismo. 

Podríamos decir que el padre de la Ciencia Política es Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.), y el padre de la Sociología Auguste Comte (1798-1857), que acuñó el término en 1838 para describir una manera nueva de mirar el mundo. 

En España, a nivel académico, no es hasta 1944, justamente un 15 de febrero (dentro de dos días hará entonces 79 años), que aparecen los estudios especializados de Ciencia Política en la universidad, inaugurándose la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid. En ese momento el ministro de Educación Nacional, José Ibáñez Martín pronunciaba estas palabras: “…La sección de Ciencias Políticas mira con especial interés a la formación de quienes pueden desempeñar cargos directivos en la política y en la Administración”.

Es cierto que en ese momento se refería a la formación de una élite universitaria que se incorporaría a la clase política del régimen franquista. Sin embargo, desde entonces se ha dado un pluralismo intelectual y político del profesorado, incluso llegando a desempeñar altos cargos políticos y de la Administración a lo largo de toda la Democracia.

En el caso de la Sociología, no es hasta el curso 1972-73 cuando se crea la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, o lo que es lo mismo, no es hasta el curso 1976-77 cuando egresan licenciados en Sociología de Universidades públicas españolas, formados específicamente (Sánchez, 2003), y no es hasta 1981 cuando empieza su expansión con la realización del Primer Congreso de Sociología de la FASEE y la creación de un buen número de Facultades de Sociología en distintas universidades españolas (Lamo de Espinosa, 1998). En los años 90 la Sociología ya estaría institucionalizada académicamente e iba posicionándose como una actividad profesional aumentando la demanda de investigación aplicada. 

Como puede observarse, se trata de unas disciplinas muy recientes en nuestro país (más la Sociología). De hecho, todavía no existen estos estudios en algunas universidades españolas, como es el caso de nuestra región.

Claro está que las Ciencias Políticas y la Sociología están conectadas y ambas beben de la Economía, la Historia, la Antropología, el Derecho, la Filosofía… Sin embargo, mientras que los profesionales en Ciencias Políticas se desempeñan como gestores, asesores, programadores y consejeros en las distintas instancias de la política y de la administración pública, entre otras, los profesionales en Sociología desarrollamos los fundamentos teóricos y empíricos que permiten el conocimiento científico de las sociedades, el análisis de la realidad social, desde la elaboración teórica y práctica de la investigación sociológica, y fundamentándonos en la idea de describir y explicar el mundo social del que formamos parte, así como de contribuir a su transformación y mejora.

Creo que ahora queda más claro qué nos une y qué nos diferencia y que a lo mejor también son disciplinas condenadas a entenderse, ya que los/as politólogos/as pueden tener (o no) desarrollo profesional en Sociología y los/as sociólogos/as en Políticas.

Ahora que caigo, mi nacimiento coincide con esos primeros egresados en Sociología, qué grata coincidencia.

Una de las grandes cuestiones que siempre me han asaltado es si sería capaz de explicar la diferencia que existe entre la Sociología y las Ciencias Políticas, como disciplinas de estudio social.

Cuando decidí estudiar Sociología, recuerdo cómo mi entorno más inmediato siempre me preguntaba qué era eso de la Sociología y para qué servía. Pero en mi entorno no tan inmediato pasaba igual. Observaba como los profesores comentaban sus anécdotas en relación con esta cuestión, y ahora, unos años (y décadas) después en algunos foros de encuentro seguimos contando esas y otras nuevas anécdotas, y lo más gracioso de todo, los jóvenes que ahora estudian este Grado (carrera para mis coetáneos) me transmiten lo mismo que vivimos nosotros en nuestro momento, es decir, que sus padres, amigos y extraños les preguntan qué es eso de la sociología y para qué sirve. Estas mismas preguntas me las hacía yo también, pero respecto a los estudios de Ciencias Políticas, ¿todos los políticos habrían estudiado Ciencias Políticas?