A nuestra universidad le crecen los enanos

Llevamos más de un mes inmersos en el tira y afloja de la financiación de la UCLM: 140, 151, 160… Millones arriba o abajo, el problema de base es la falta de información y el cúmulo de acusaciones en ambos sentidos, que no son la mejor táctica para llegar a acuerdos. CCOO se reunió con ambas partes (Junta de Castilla-La Mancha y Universidad) para conocer la situación en detalle y desde ambas perspectivas. 

La Junta adquirió, de palabra, el compromiso de garantizar la nominativa; y de asegurar, mediante el contrato programa y el plan estratégico, una financiación duradera para evitar que se reproduzca el mismo problema todos los años. 

Pero no parecen ayudar mucho las dudas vertidas por el Gobierno regional hacia nuestra universidad pública, las denuncias de mala gestión, las alusiones a ‘agujeros económicos’…, mientras que, por otro lado, se allana el camino a una universidad privada que posiblemente comience el próximo curso a funcionar. Es indignante. 

Respecto a nuestra universidad, por supuesto y sin ninguna discusión, el apoyo de CCOO es total. Queremos que siga siendo de calidad y en constante crecimiento. Pero nuestro compromiso con nuestra universidad no es un cheque en blanco al equipo rectoral. No todo son elogios hacia sus gestores. 

Hay una completa desinformación. Da igual lo que preguntemos, las respuestas siempre son evasivas. Hace falta claridad. No parece síntoma de buena gestión pasar en unas pocas semanas de una previsión de 140 millones a 160 millones. Tampoco es muy coherente que se reclamen estos 20 millones más de financiación y, a la vez, se estén patrocinando clubs deportivos sin ninguna explicación sobre los criterios, sin ninguna información sobre el importe y la duración de los acuerdos. Sorprende la falta de transparencia. 

Cuando CCOO pregunta, a través de todos los órganos representativos existentes, el equipo rectoral sólo responde que es una buena gestión para promocionar la marca UCLM; eludiendo contestar, sin aportar datos ni informes. De nuevo, generando recelos. 

Tampoco es muy razonable la presentación, por sorpresa, de un ‘plan de ajuste’, diseñado para recortar derechos a estudiantes, interinos y profesorado asociado, que incluiría reducciones de plantilla y eliminación de becas; sólo con el objetivo de presionar a todos los colectivos universitarios para que ofrezcamos al equipo rectoral un apoyo incondicional contra la Junta. 

Sí: a nuestra universidad le crecen los enanos. Porque después del día 24 de noviembre, fin del plazo de presentación de enmiendas a los Presupuestos de la Junta de Castilla-La Mancha para solucionar el tema de la financiación de la UCLM, con un acuerdo entre ambas instituciones que deseábamos fuera más o menos prometedor, siguen vertiéndose comentarios negativos en ambas direcciones. La herida sigue abierta. 

Y para más inri, toma fuerza el advenimiento de la universidad privada Fray Hernando de Talavera, que parecía un asunto muy lejano en el tiempo, pero que tenemos a la vuelta de la esquina y el curso que viene empezará a funcionar. Ya se habla de un presupuesto de 50 millones y de unos 250 puestos de trabajo. Incluso hay informaciones sobre los estudios que se van a impartir y, como comentaba antes, ya ha habido conversaciones con el Gobierno regional y otras instituciones. 

CCOO evitó, durante las conversaciones entre la Junta y la UCLM, echar más leña al fuego e instó a que ambas instituciones llegaran a un acuerdo. Ahora les exige que apuesten por el entendimiento, la transparencia y que trabajen por nuestra universidad pública.

Llevamos más de un mes inmersos en el tira y afloja de la financiación de la UCLM: 140, 151, 160… Millones arriba o abajo, el problema de base es la falta de información y el cúmulo de acusaciones en ambos sentidos, que no son la mejor táctica para llegar a acuerdos. CCOO se reunió con ambas partes (Junta de Castilla-La Mancha y Universidad) para conocer la situación en detalle y desde ambas perspectivas. 

La Junta adquirió, de palabra, el compromiso de garantizar la nominativa; y de asegurar, mediante el contrato programa y el plan estratégico, una financiación duradera para evitar que se reproduzca el mismo problema todos los años.