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El mundo cierra los ojos ante injusticias tan flagrantes como la violencia contra las mujeres. La sociedad española no puede hacerlo. No lo vamos a permitir. Este 25 de noviembre es una jornada señalada para eso, para reivindicar con todas nuestras fuerzas la eliminación de las violencias contra las mujeres, violencias machistas que, lejos de desaparecer, se transforman. Cambian al mismo ritmo que cambia el contexto social, adaptándose a esos cambios. El machismo es viejo, pero sus diversas y camaleónicas manifestaciones no.
Es verdad. Hablamos de cifras de mujeres asesinadas cada año, pero hablamos poco de que cada año la sociedad genera “x nuevos asesinos”, asesinos machistas que antes de cometer su crimen atroz pasaban por vecinos, clientes, parientes o amigos con comportamientos aparentemente 'normales'.
La vergüenza debe cambiar de bando (como en el caso de Gisèle Pelicot). Denunciamos las 58 mujeres asesinadas el año pasado, o las 40 ya de este año, y hablamos poco de los 98 asesinos que también nos dejan esas cifras. Hablamos de los 5.620 casos activos de violencia machista en Castilla-La Mancha, de las víctimas, pero detrás están los agresores y maltratadores.
Es cierto también que es difícil combatir algo que no existe, según una ideología empleada en la contrarreforma cultural. Usan la violencia a las mujeres como arma política para denostar y atacar al feminismo, como si este fuera el enemigo de los hombres. Lo diremos otra vez: como sociedad, debemos acabar con los asesinatos machistas, los feminicidios, la violencia vicaria, las agresiones, violencias y el acoso sexual, la mutilación genital femenina, los matrimonios forzosos, la trata explotación sexual, el ciberacoso y tantas otras violencias que alejan a mujeres y hombres de esa igualdad de derechos y de hechos.
Nos queda un largo camino por hacer, también en los entornos del trabajo. CCOO lleva mucho tiempo acercando el feminismo sindical a los centros de trabajo, con negociación colectiva, con acción sindical y con los Planes de Igualdad, dotando de herramientas contra las violencias y sensibilizando a nuestro activo sindical para crear ese cordón sanitario que aísle y combata este mal. El combate nos incumbe a todos y todas. Lo daremos. Este 25 de noviembre estaremos en las calles con el lema Por ti, por mí y por todas mis compañeras, porque somos cada vez más las voces unidas a esta lucha colectiva.
Es difícil combatir algo que no existe, según una ideología empleada en la contrarreforma cultural. Usan la violencia a las mujeres como arma política para denostar y atacar al feminismo, como si este fuera el enemigo de los hombres
Desde el sindicato apelamos a la unión de toda la sociedad, colectivos, asociaciones, administraciones públicas, partidos políticos, y personas que a título individual se sumen a esa lucha. No desviar la mirada del objetivo de combatir esta lacra, una lucha larga pero necesaria para una sociedad más democrática, libre y justa. Que el mundo no cierre los ojos.
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