En los primeros días del mes de julio daba comienzo una nueva campaña de trabajo en el taller de Lo Hueco que, durante los próximos tres meses, se centrará en el procesado de material pélvico de seis ejemplares de saurópodos titanosaurios, según ha explicado el director de la excavación e investigador principal del grupo de excavación, Francisco Ortega.
En concreto, merced a este proyecto auspiciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la labor de los investigadores se centrará este verano en preparar elementos de la cintura pélvica y del miembro posterior de estos grandes dinosaurios de Lo Hueco, grupo al que pertenece el Lohuecotitán, recientemente descrito.
Según Ortega, el principal problema al que se enfrenta el yacimiento de Lo Hueco es que, aunque es el único de todo el continente europeo en el que se conoce que aparecen esqueletos parciales de estos gigantes de finales del Mesozoico, los fragmentos de esqueleto aparecidos “son muy difíciles de comparar entre sí, porque no pertenecen a las mismas partes del cuerpo”.
Por ello, el objetivo más inmediato es ir preparando ejemplares que permitan ir solapando información de distintos esqueletos hasta conseguir reunir, al menos, parte de la cola y del brazo con el fin de poder “compararlos con los del resto de Europa”, con la dificultad que entraña su longitud, ya que pueden llegar a medir hasta 20 metros, por lo que su tratamiento “lleva mucho tiempo”.
La colección a la que pertenece este nuevo bloque es el resultado de una excavación de apenas seis meses en el año 2007 que arrojó un volumen “brutal de material que, generalmente, no extraemos si no es porque estaban ocupando el espacio de una obra pública”. Mucho material que es necesario procesar por módulos de información, de la que aún queda por estudiar del orden del 60 por ciento de la colección que se extrajo en 2007.
Lo Hueco es un yacimiento “magnífico, muy rico, que aporta un montón de material”, señala Ortega, aunque reconoce que no tiene sentido iniciar una nueva excavación y llenar el laboratorio de más material que debe procesarse “cuando todavía no hemos conseguido procesar todo el material que se extrajo en 2007” en el transcurso de una campaña que es equivalente a “60 o 70 excavaciones de las que hacemos habitualmente” en cuanto a número de personas involucradas, tiempo y recursos empleados: cien personas excavando de forma continua y sin descanso durante seis meses utilizando maquinaria ferrovial.
No obstante, reconoce que “en algún momento” los investigadores precisarán información que no pueden aportar los huesos, pero no relacionada con el contexto geológico, “de los bordes, que podría interesarnos para cuadrar la estructura del yacimiento” y será entonces cuando se planteará una nueva cata en Lo Hueco, que sigue aportando luz a la historia evolutiva de los últimos dinosaurios saurópodos de Europa.
“Había muy poca información de lo que ocurría en Europa y viene a aportar la información más densa en esa banda de edad”, pues los últimos saurópodos en Europa “se entienden mejor a partir del material que nos proporciona este yacimiento”, aunque es preciso “desmenuzarla” para compararla con el resto de yacimientos del continente.
Hasta ahora se ha podido determinar una nueva forma característica de dinosaurio gigante, el Lohuecotitán, que, además, ha permitido “ordenar cómo estaba el registro ibérico de algunos de estos animales y, principalmente, el francés”.
También se sabe que habría otros morfotipos que, al menos, representan a un segundo gran dinosaurio saurópodo extinto que aún no se ha podido caracterizar de forma “adecuada” y que sería uno de los “grandes objetivos” del equipo de trabajo que Ortega dirige. Y, una vez caracterizado, establecer su relación con el que ya conocemos y con el resto de saurópodos de Europa para tratar de entender los últimos momentos de la distribución de ecosistemas con dinosaurios en el Cretácico Superior.