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Un abuelo y un nombre perdidos por la represión franquista: el caso de Avelino García

“La única diferencia que hay entre ese cráneo y el de mi abuelo es el nombre. Es su nombre. Pero la injusticia es la misma. Son lo mismo, en el fondo son lo mismo”. Así hablaba Avelino Chillarón, al visitar la fosa donde puede que esté su abuelo. Avelino es un hombre que “ha logrado encontrar su identidad” al conocer quien fue realmente su abuelo, Avelino García, fusilado por el régimen franquista en 1940. Sin embargo, hasta 2011, el nieto no supo realmente quien era su abuelo. Siempre tuvo dudas, desde su niñez:“veía que mis primos tenían otro apellido, diferente al mío. No lo entendía”, explica. Su apellido, reclama, debería ser García, no Chillarón.

El abuelo de Avelino fue fusilado porque los maquis que se ocultaban alrededor de la zona de Abenójar (Ciudad Real) se resguardaban en una de las casas de campo, que pertenecía a García. “Bajaban a por comida y a lavar la ropa. No fue por otra cosa, aunque yo sé que mi abuelo era de izquierdas porque estaba afiliado a UGT”, señala. Pero es que, recalca, los ciudadanos se sentían “presionados” a ayudar a los guerrilleros, que también se refugiaban en la choza de campo para el ganado. Avelino fue fusilado junto a otro pastor. 

“Quiero contaros a través de la muerte de mi abuelo, como la dictadura franquista no sólo robaba vidas, también la memoria individual y colectiva de los ejecutados, haciendo desaparecer no sólo los cuerpos sino incrustando el miedo y la humillación en los familiares de los represaliados”, es parte del resumen que ha hecho por escrito Avelino para contar la historia de su familia. Su investigación ha permitido a sus hermanos y a su abuela, María del Prado, volver a tener una “familia completa”, y es que no dejó de buscar respuestas hasta que se encontró con el trabajo del investigador Jorge Moreno, que trabaja también en el proyecto 'Mapas de Memoria' de la UNED y que cuenta con el apoyo de la Diputación de Ciudad Real.

El pastor fusilado tenía una novia, su abuela, que estaba embarazada del padre de Avelino, al que apellidaron Chillarón, no García. Avelino también lleva el apellido materno. “En mi casa parecía un tema tabú. Nadie hablaba del abuelo y yo tuve que prácticamente esperar a que mi padre muriese para poder investigar. Yo tenía alguna noción de los apellidos y luego me encontré casualmente con una tía que fue quien me puso sobre la pista. Así fue cuando me puse a investigar de lo que había pasado en la zona de Abenójar de cabo a rabo a ver si encontraba datos. Llegué hasta a escribir al archivo militar de Guadalajara”, explica Avelino.

Así pudo saber que fue uno de los maquis el que confesó que había pastores que ayudaban a los guerrilleros. “Fueron a por él una tarde, lo cogieron por la mañana a él y a otro pastor y los fusilaron juntos al lado de una encina, que yo también he ido a ver. Fue al lado de la casa”, relata García. El descubrimiento de su historia familiar ha sido “grandioso para él”, porque le ayudó a llenar el “vacío” que sentía por no saber realmente quién era y de dónde venía. “Es un vacío existencial. Yo sigo sin llevar los apellidos que me corresponden”, explica. 

No sólo fue la historia de su abuelo, sino también la de sus tíos, que también fueron ejecutados durante la dictadura franquista. Uno de los hermanos de su abuelo está enterrado en Cantabria: “todo esto supone un reencuentro con esta parte perdida de nuestra familia , algo que considero que nos robaron a todos”, recalca. Todavía no han sido capaces de saber “al cien por cien” donde está enterrado Avelino García, porque existe una fosa donde se supone que está, pero hay tres cuerpos, no dos. “Hemos investigado para saber donde está, pero hay un baile en las fechas que no nos ha permitido saberlo”, relata. 

“Independientemente de que sea mi abuelo o no, de que sea la fosa o no, nosotros ya tenemos una lápida con su nombre. Hay un sitio donde se puede ir y para mí, mi abuelo está ahí, y puede que esté a otros 20 metros, pero su memoria está ahí, en Abenójar. Ha vuelto a su sitio”, asegura Avelino. Para su abuela también fue un momento decisivo en su vida, tal como se puede ver en el documental 'La importancia de llamarse Avelino García', realizado por Jorge Moreno Andrés. “Fue la primera vez que ella reconoció quién era mi abuelo. Fue algo muy sentimental”.

Pero, además, García vio que en su familia seguía existiendo un miedo que se a arrastrado durante décadas y décadas. “Mi abuela todavía tenía miedo. Siempre me preguntaba que por qué me metía en estos líos y cuando yo le respondía, me decía que era porque tenía miedo de que me hicieran lo mismo que le hicieron a él. Imagínate la mentalidad de una persona que sigue viviendo así desde 1940 y todavía tiene miedo que a su nieto le pudieran hacer lo que le hicieron a su marido”, lamenta García. 

Gracias a esta investigación, la abuela pudo empezar a hablar de lo que había sido su historia “como nunca lo había hecho, con muchos detalles, pero siempre con miedo”. Y es que le insistía a Avelino que “nosotros pensábamos que no podía pasar, y pasó”. Sus hermanos también pudieron recuperar esta parte de su identidad y siempre se ha sentido muy apoyado por ellos, algo que valora “tremendamente”, en lo que llama la recuperación de “las raíces de su vida”. Por eso, explica, reconocer quién fue Avelino García Romero fue una manera de reintroducirlo en su familia: ahora cuando visita la casa de su abuela en Abenójar, puede ver la foto de su abuelo. “Voy a Abenójar y me siento de allí”, concluye.

'Mapas de Memoria' y eldiario.es/clm

El trabajo que ha llevado a cabo el proyecto 'Mapas de Memoria', del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos y que ha contado con el apoyo de la Diputación de Ciudad Real ha descubierto historias, personas y memorias que desde eldiarioclm.es creemos que es importante dar a conocer. Trabajaremos en conjunto con los investigadores para ayudar a los lectores a no olvidar con una serie de artículos alrededor de determinados días. Empezamos con el Día de la Mujer y seguiremos con el Día del Padre.

El proyecto recogerá los resultados de su investigación en 'Muertos en la Paz', libro que se publicará en mayo de este año.