El volumen de vino sin comercializar en nuestra región, a estas alturas de la campaña, podría generar problemas de cara al inicio de la próxima vendimia, que se prevé de una producción dentro de la normalidad. Así lo ha alertado la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos que califica la situación del mercado como preocupante y cree que se carece de una estrategia sectorial desde la Administración.
También el diputado socialista y portavoz de agricultura de su grupo en el Congreso, Alejandro Alonso, ha mostrado su preocupación por los excedentes de vino sin vender en las bodegas castellano-manchegas que calcula que a día de hoy son más de 17 millones de hectolitros, equivalente a una cosecha. “Muchas cooperativas están con sus depósitos llenos y si no se toman decisiones para sacar ese vino antes de iniciarse la próxima vendimia habrá problemas muy graves”, ha advertido. Alonso señala que los precios están cayendo de manera importante y se ha producido una parálisis del mercado con una caída de las exportaciones.
También desde el sindicato agrario indican que los precios que, según el Ministerio de Agricultura, están alcanzado los vinos son excesivamente optimistas y advierten que “operaciones apalabradas hace meses a precios razonables se están cerrando a la baja ante el riesgo de que finalmente no se retiren los volúmenes pactados” y se enlace con la siguiente vendimia.
Destilación de emergencia
El parlamentario toledano Alejandro Alonso estima totalmente necesaria la puesta en marcha de una destilación de crisis que retire mucho producto y reactive el mercado y los precios, y demanda que esa destilación sea financiada con fondos europeos o nacionales o a partes iguales. Así lo prevé plantear al Ministerio en la tribuna del Congreso.
La Consejería de Agricultura por su parte ya ha descartado adoptar medidas coyunturales de emergencia para hacer frente a los excedentes, como la destilación, por su coste para las arcas públicas.
La Unión de Uniones cree que se podría haber regulado el potencial productivo con la vendimia en verde, que representaría un menor gasto con similares efectos sobre el mercado y transferencia directa de renta a los viticultores.
El sector echa en falta el ejercicio de las competencias de planificación de la actividad por parte de la Junta de Comunidades, en un sector de la trascendencia del vitivinícola para la región.
Más exportación pero con bajos precios
En cuanto a las reiteradas noticias que se difunden acerca del buen funcionamiento de las exportaciones a lo largo del primer trimestre del año, la Unión afirma que los viticultores se sienten “desconcertados” por la complacencia de la Administración con una “pretendida competitividad de nuestro sector vinícola que se basa, una vez más en esta campaña, en abastecer a la industria de materia prima, de uva, a precios por debajo de los costes de producción.”
Y es que si bien se ha producido un aumento de las ventas españolas al exterior de un 18 % con respecto al mismo período del año anterior, el valor de dichas exportaciones ha caído en un 3 % y ha sido precisamente Castilla-La Mancha la que ha arrastrado los malos datos de facturación de las exportaciones españolas ya que, a pesar de colocar en el período enero-marzo de 2014 en los mercados exteriores un 26,5 % más de vino y mosto, se ha hecho sobre la base de reducir su valor global casi un 13 %, lo que representa una caída del 30 % del precio medio de venta de nuestros vinos con destino a exportación. Mientras tanto los competidores directos, Italia y Francia, gozan de precios un 50 % y un 100 % respectivamente por encima de los españoles.
A esto se une la “aparición perturbadora en el mercado de operaciones de importación de vinos procedentes de terceros países”, como señala la Unión, cuando aparentemente el mercado español cuenta con existencias más que suficientes en volúmenes y calidades para abastecer cualquier tipo de demanda.
Necesidad de planificación
Los viticultores se sienten desconcertados porque han recibido en el pasado y reciben, tanto del mercado como del gobierno, mensajes contradictorios: al impulso a las medidas de reestructuración siguió el arranque y ahora de nuevo la reestructuración, a las exigencias de calidad se les responde con precios no remunerativos que conducen de nuevo al aumento de rendimientos; se obtienen buenos resultados de la inversión pública en promoción en exterior, que no se trasladan hasta el sector productor… y tras escuchar como en enero pasado se presumía de que la región se había convertido en primer productor mundial, ahora se le dice al viticultor que está produciendo más vino de la cuenta.
La Unión de Uniones cree que la Interprofesional vitivinícola que el Ministerio de Agricultura está auspiciando puede ser uno de los instrumentos de planificación estratégica que el sector necesita pero, advierten, debe constituirse con todas las garantías de profesionalidad, transparencia y atención a todos los intereses legítimos representados en la cadena de producción.