El escaño 17 de Page y otras claves de la única mayoría absoluta socialista de las autonómicas
El discurso apelando al centro y la moderación y su “separación” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han sido determinantes para esta victoria conseguida al límite
Con un vuelco electoral que da al PP una apabullante victoria a nivel estatal en las elecciones autonómicas y municipales del 28M que contrasta con la victoria por la mínima del socialista Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha consiguiendo la única mayoría absoluta autonómica de los socialistas del país, resulta determinante comprender las claves que han contribuido a que esta comunidad autónoma sea ahora una excepción política en España.
El presidente castellanomanchego ha obtenido el mayor porcentaje de votos para el PSOE de toda España con el 45%, siendo el segundo mejor resultado para un candidato regional después del obtenido por el Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Los socialistas han sido también la fuerza más votada en las elecciones autonómicas en 704 municipios de los 919 existentes en Castilla-La Mancha que representan más del 80% de los habitantes de la región. También han obtenido la mayor diferencia con el Partido Popular de toda España, un 11,35%.
El escaño número 17 fue la clave de una noche de infarto durante el escrutinio. Ese es el número que marca la mayoría absoluta en el Parlamento castellanomanchego, uno de los dos más pequeños de España, junto al de La Rioja. El recuento de votos de las elecciones autonómicas se mantuvo con esa cantidad de escaños para el PSOE hasta que, rozando casi el 50%, bajó a 16. En esos momentos, PP y Vox sumaban para gobernar. Volvió a cambiar otras dos veces mientras avanzaba el escrutinio.
En esos momentos, el Gobierno de Castilla-La Mancha se estaba decidiendo en la circunscripción de Ciudad Real, donde los socialistas han aventajado al PP en casi un millar de votos. Este partido no pudo superar esa brecha, tampoco mediante su suma con Vox, debido a que los votos de Ciudadanos en esta provincia, casi 2.400, se quedaron sin representación y el escaño en liza, el número 17, fue a parar al PSOE con el escrutinio ya muy avanzado.
A esta disputa se suman otros factores políticos, relevantes en cuanto al hecho de que los votos socialistas hayan superado la suma de las derechas. En primer lugar, que García-Page no es un político al uso. Forma parte del grupo de 'barones' socialistas que no le han puesto las cosas fáciles a Pedro Sánchez durante la presente legislatura: el aragonés Javier Lambán o el valenciano Ximo Puig. Sus desencuentros con el presidente vienen de lejos, desde el cisma socialista de 2016. No se han frenado salvo en contadas ocasiones o cuando han compartido acto juntos, e incluso en estos encuentros la relación es cordial pero no muy calurosa.
Durante la campaña, Page no ha parado de repetir que siempre ha defendido y defenderá a la región por encima de los intereses y las siglas de su partido. Y así lo hace. ¿Hay un mensaje ahí para Ferraz? Porque el discurso del castellanomanchego es conservador, a veces prácticamente de centro y principalmente moderado. Es calcado al carácter tradicional de la mayoría de la sociedad castellanomanchega. En una entrevista con elDiarioclm.es, su portavoz, Blanca Fernández, lo dejaba claro: “Defendemos la caza y los toros y renunciamos a los estereotipos de izquierdas”.
El socialismo 'contenido'
Teniendo en cuenta que ha habido un posible voto de castigo a Pedro Sánchez, la revalidación de Page puede estar vinculada a ese discurso y a una región -conservadora de fondo- tradicionalmente polarizada entre dos partidos que a veces se disputan el mismo electorado. En el caso del PSOE, con políticas sociales progresistas pero contenidas, medidas económicas liberales y una defensa del medio ambiente con contradicciones pero pionera en algunos aspectos.
Otra clave es que Page ha mantenido prácticamente la misma estrategia que en las elecciones de 2019, antes y durante la campaña. Su perfil de “comentarista de la política nacional” en tono crítico con el Gobierno y sobre todo con Podemos (con el que él mismo gobernó en su primera legislatura como presidente) le ha dado aun más proyección en los medios de carácter estatal.
Y en todas esas declaraciones hay varios argumentos en común: máximas continuas contra el independentismo, por la igualdad de todas las comunidades autónomas, contra el trasvase Tajo-Segura (con una victoria determinante muy reciente al aprobarse los caudales ecológicos del Tajo) y con una gestión de la pandemia bien “vendida” pese a ser Castilla-La Mancha una de las regiones más afectadas y en la que hay todavía claroscuros sobre la gestión y el impacto de la crisis sociosanitaria. Y ha logrado 'sobrevivir' a pesar de que no ha revertido todos los recortes, tan criticados desde las filas socialistas, de Dolores de Cospedal.
El “pinchazo” de la campaña del PP
Resulta también muy significativo que García-Page haya ganado votos, pocos pero significativos: más de 7.000. El motivo, el reparto por circunscripciones, los restos de sufragios que se quedan sin representación y un aumento de la participación en dos puntos que ha ido a parar al PP, con un aumento de 10 a 12 escaños, y a la entrada de Vox en las Cortes con cuatro escaños, arañando restos de circunscripciones electorales.
Bono también acompañaba anoche a Page en su celebración. Porque la hegemonía socialista, que solo se interrumpió con el Gobierno de Cospedal entre 2011 y 2015, tiene otros cuatro años por delante en los que Page mantendrá su visión “política y estratégica”, tal y como él mismo anunció poco después de su victoria.