Emiliano García-Page ya ha valorado la intención del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, de alentar una rebelión de los barones socialistas para que el PSOE permitiera gobernar a este partido si fuera la lista más votada en las elecciones generales del 23 de julio.
Antes de someterse a la que será su tercera investidura, el presidente electo de Castilla-La Mancha ha afirmado que si el PSOE tiene que pedir opinión o consejo sobre qué hacer “será a sus militantes, en ningún caso a otro partido político”.
“No vamos a fiar nuestra autonomía política a los intereses de ningún otro partido. Y además, lo que tiene que hacer el PSOE en un contexto o en otro no será pensando en el PP, ni siquiera pensando en el PSOE, sino en la ciudadanía”.
Tras el 28M, García-Page prácticamente se ha quedado como el único barón socialista del país. Fue el único en conseguir mayoría absoluta y revalidar su hegemonía. Fuentes cercanas al presidente electo, también han recordad, al hilo de los objetivos de Feijóo, que al estar en campaña electoral, “no estamos para regates cortos de nadie”. Solo pensamos en ayudar para que el resultado del PSOE sea el mejor posible“, concluyen.
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