El cadáver atropellado de un lince ibérico fue hallado en la tarde del pasado 7 de enero en el kilómetro 26,800 de la carretera CM-3200 que une Castellar de Santiago con Torre de Juan Abad (Ciudad Real), según han confirmado este martes los responsables del proyecto Iberlince.
Las mismas fuentes apuntan que el ejemplar, el primero que fallece en estas circunstancias este año en Castilla-La Mancha, nació en 2017, y ha sido trasladado al centro de recuperación El Chaparrillo de Ciudad Real, donde se realizará la necropsia. Se trata además del segundo lince que muere este 2018 en España: justo ayer la Junta de Andalucía confirmó la muerte del primer ejemplar en la A-316, a su paso por Torredelcampo (Jaén).
Al hilo de estos hechos, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha avanzado que desde el Ejecutivo autonómico ya se está trabajando en el vallado de carreteras en el entorno del Valle de Alcudia para reducir el riesgo de atropellos a los linces que viven en libertad, actuación que se ampliará a carreteras de la zona de Montes de Toledo, principales entornos donde son liberados los ejemplares del programa Life Iberlince.
Sobre este asunto, Martínez Arroyo ha dicho que, aunque conseguir el “riesgo cero” es “imposible”, el programa de reinserción de esta especie está siendo “un éxito”, tasando en 49 el número de crías nacidas en estado salvaje desde que Castilla-La Mancha retomó este proyecto.
El proyecto Iberlince de reintroducción del lince ibérico en Castilla-La Mancha desarrolla, entre otras actividades, campañas para concienciar a los conductores sobre la necesidad de tomar precauciones en las zonas de paso de linces y minimizar así sus atropellos.