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TOLEDO

El PP “esconde” un monolito en honor a víctimas del franquismo en Fuensalida: “Es una forma de humillación”

Entre ripios y restos de obra, al final del cementerio de Fuensalida, es donde el Gobierno local del PP ha trasladado este mes de agosto un memorial dedicado a tres guerrilleros antifranquistas que fueron asesinados en 1947. Este monolito, inaugurado hace casi dos años en la localidad toledana, se instaló a la entrada del camposanto en recuerdo de Mariano Álvarez Escobar -fuensalidano-, Tomás López Gutiérrez 'Rubio', de Madrid, y Andrés Iglesias Prieto 'Olivero', de Piornal (Cáceres).

Tras años de lucha familiar, gracias a un proyecto impulsado por la la Asociación para la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEx) para identificar a tres 'maquis' en el municipio de Burgohondo (Ávila), se pudo instalar este memorial, tanto en Fuensalida como en Piornal, y realizar un acto de homenaje. Fue gracias a una subvención de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y en cumplimiento de la propia ley estatal en la materia.

Sin embargo, a principios de año, después de tener que proceder al cambio de nombre de una docena de calles franquistas para cumplir una sentencia judicial, el Ayuntamiento de Fuensalida tenía la presunta intención de retirar este memorial, una iniciativa que el Consistorio no desmintió, ni tampoco confirmó, a Toledodiario.es. Ahora el traslado del monolito es un hecho.

La ARMHEx considera que el traslado se ha llevado a cabo sin contar con los familiares ni con la propia asociación y que es “una cierta forma de humillación”. Cuando se conoció la intención del gobierno local, María Carmen Alonso -familiar de Mariano Álvarez- inició una campaña para exigir que no se retirara el monolito. Contó con el apoyo de varias asociaciones memorialistas y llegaron a conseguir más de 27.000 firmas.

Utilizan el término “revancha” para definir una situación para la que estudian emprender medidas legales contra el Ayuntamiento de Fuensalida, tal y como indica a este medio el historiador Ángel Olmedo, quien coordinó el proyecto original. “Según la ley de Memoria Democrática puede ser considera una falta grave”, precisa, al tiempo que indica que el alcalde 'popular', José Jaime Alonso, todavía no les ha respondido a las preguntas que le trasladaron por registro el pasado mes de febrero cuando advertían de la intención de retirar el memorial.

De momento, lo que sí van a realizar es un acto cívico de homenaje el próximo lunes, 12 de agosto, cuando se cumplen dos años de la inauguración del memorial, en el cementerio de la localidad toledana. Está organizado por familiares de los guerrilleros y la propia ARMHEx y cuenta con el apoyo de la Asociación por la Memoria Militar Democrática (AMMD), la Asociación Manuel Azaña, la Asociación de Familiares de Ejecutados en el Cementerio de Ocaña (AFECO), PSOE e IU de Fuensalida.

“No podemos dejar que vuelvan al olvido”

Aunque exponen que no tienen obligación de hacerlo, ya que no es una concentración ni una manifestación, el acto ha sido comunicado tanto a la Subdelegación del Gobierno en Toledo como al propio Ayuntamiento. “No podemos dejar que vuelvan al olvido los que lucharon por la libertad. De igual manera este proceder no se debe pasar por alto igual que sucedió en el Parlamento de Baleares rompiendo la foto de una represaliada. No podemos seguir callando ni escondiendo porque nos ampara la la razón, la ley y la justicia”, expone María Carmen Alonso.

“Entendíamos que el sitio donde se hizo, a la entrada, era un sitio digno. Como no han podido derribarlo han optado por trasladarlo a un lugar marginal”, expone por su parte Ángel Olmedo, que explica que con el acto que han convocado quieren reclamar que el memorial vuelva a instalarse en su ubicación original. A su juicio, “da la impresión” de que hay ayuntamiento “acostumbrados a que este tipo de actuaciones no tengan ninguna consecuencia”.

En este sentido, subraya que “no es un hecho aislado” ya que “hay una ofensiva general a ver quién es más anti memorialista”. “Es una cuestión de derechos humanos, no de partidos ni de ideologías”, defiende Olmedo, que recuerda que el proyecto que emprendieron tenía como objetivo “reconocer a personas desaparecidas, que estaban en una fosa clandestina, para que los familiares tengan un lugar digno donde acudir”.