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La Red Natura en Castilla-La Mancha: un proceso complejo pero compatible con el ordenamiento

El 21 de mayo de 1992 se aprobó la Directiva comunitaria de Hábitats, la norma europea que junto con la Directiva de Aves de 1979, posteriormente actualizada, conforman las dos grandes figuras bajo las cuales se protegen los espacios que forman parte de la Red Natura 2000: las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) y los Lugares de Interés Comunitario (LIC). Por este motivo se ha declarado esta fecha como Día Europeo de la Red Natura 2000, un marco de protección que en Castilla-La Mancha afecta a más de 1,8 millones de hectáreas, aproximadamente el 24% de su territorio y que ha supuesto un proceso muy complejo desde sus inicios y después de que las dos directivas se incorporaran al ordenamiento jurídico español dentro de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad del año 2007.

Las comunidades autónomas comenzaron a partir de 1992 a estudiar los listados de la Red Natura, arrancando un largo proceso de implantación. Entre 1997 y 2004, Castilla-La Mancha realizó un estudio del territorio y de las especies de interés comunitario de la región. Con ello se inició también un periodo de negociación con la Comisión Europea, asesorada por ONG como SEO/Birlife o WWF. No estuvo exento de problemas y presiones. De hecho, esta comunidad autónoma tuvo una sentencia en contra del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por insuficiente declaración de superficie en las ZEPA de aves esteparias.

Pero tras solventar estos problemas, en el año 2004 Castilla-La Mancha propuso 72 propuestas de LIC (competencia de la Comisión Europea) y 36 propuestas de ZEPA (potestad de los estados miembros y por ende de las comunidades autónomas). Estas últimas fueron aprobadas un año después por el Consejo de Gobierno de la región. En 2007, a requerimientos de la Comisión Europea, de acuerdo con la sentencia mencionada y debido a la situación por entonces del aeropuerto de Ciudad Real, se declararon dos nuevas zonas de protección, y una nueva en el año 2015. Es decir, actualmente hay 72 lugares de interés comunitario y 39 zonas de especial protección de aves en esta comunidad autónoma.

El objetivo posterior, según explica el Jefe de Servicios de Espacios Naturales, Antonio Aranda, han sido los planes de gestión de cada uno de estos LIC, a los que obliga la Comisión Europea para que pasen a denominarse Zonas de Especial Protección (ZEC). Castilla-La Mancha tiene 54 planes de gestión aprobados y quedan 19 pendientes, además del referente a aves esteparias, muy relevante en esta comunidad autónoma debido al aprovechamiento agrícola que se hace de estas zonas.

Según Aranda, no han existido grandes conflictos en la elaboración de estos planes ya que buena parte los LIC son terreno forestal. Pero cuando la Red Natura incluye a poblaciones enteras tampoco suele haber problemas: “los planes se elaboran para que sean compatibles con los modelos de desarrollo y la educación ambiental ha evolucionado mucho. La gente sabe de la importancia de tener espacios naturales protegidos y la gran mayoría ayuda a conservarlos”.

“La Red Natura tampoco implica grandes cambios en el territorio. Es más, viene a reflejar que para conservar los territorios se ha utilizado la ganadería y la agricultura, y que todas las actividades no solo han sido perfectamente compatibles sino que han propiciado que existan las especies protegidas. Se trata de realizar un aprovechamiento ordenado del territorio”, explica el responsable de espacios naturales.

La prueba es la importancia del territorio castellano-manchego con esta protección. Los Montes de Toledo es el LIC/ZEPA más grande de Europa con 218.000 hectáreas, y además incluye el programa Life+Iberlince de reintroducción del lince ibérico, junto con Sierra Morena Oriental. De igual forma destacan los espacios Red Natura que también son parques nacionales como las Tablas de Daimiel y Cabañeros, así como las zonas protegidas del Alto Tajo en Guadalajara, de la Serranía de Cuenca, la Mancha Húmeda o los Calares del Río Mundo en Albacete. Entre las especies, el águila imperial, por un lado, y la avutarda y la alondra, dentro de las esteparias, son las más características de la región.

Y, ¿cómo está financiado este mapa de la Red Natura? La Comisión Europea no creó un instrumento financiero propio, pero sí que ha dado instrucciones para generar medios específicos. Los tres principales, en el caso de Castilla-la Mancha, son el Plan de Desarrollo Rural (PDR), la parte del ‘greening’ correspondiente a la Política Agraria Común (PAC) y también el proyecto Life.

Con todos ellos, no solo se consigue el mantenimiento de los espacios protegidos sino que parte del dinero no sea gestionado directamente por la Junta, sino por particulares para que su actividad sobre el terreno sea compatible con la conservación de las especies, como es el caso de la ganadería extensiva y de los usos agrarios. Es decir, ese “aprovechamiento ordenado” que marca el principal objetivo de la extensa y compleja Red Natura 2000.