Un rugido. Miles de emocionantes asistentes. 2.000 turberos. Un brevísimo resumen de lo que fue el regreso de la Procesión del Camino del Calvario, en Cuenca, una de las más importantes y conocida de la región, conocida como Las Turbas o, también, La Procesión de los Borrachos. Comienza en la madrugada del Viernes Santo y acaba alrededor del mediodía, con la llegada del cortejo hasta la Plaza del Salvador, en la capital conquense.
Era una de las citas más esperadas de la Semana Santa ya que no sólo había sido la crisis sanitaria la que había impedido la celebración de la espectacular e icónica procesión. Tampoco pudo celebrarse en 2019, debido a la lluvia. Este año transcurrió con normalidad y las calles abarrotadas de personas que acudieron a ver los pasos, acompañados por la música de cientos de tambores y clarinetes.