La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

‘La Reina Púrpura’, de Isaac Alonso: amor, simbolismos y conocimiento

“Un día la prosa no sale y sale el verso”. Como un parto con dolor. No por natural, menos angustioso. Y no por aprendido, menos sensible a las dudas. Por ese canal ha nacido el primer poemario de Isaac Alonso. ‘La Reina Púrpura’ (Huerga y Fierro, 2016) es un conjunto de versos de, para, sobre y desde el amor donde el autor apuesta por ir más allá del “concepto romántico de amor burgués” y de aquellos tradicionalismos de género que han provocado “el secuestro del idioma”. Su puesta de largo es este miércoles día 11 de mayo a las 19.00 horas en la Feria del Libro de Toledo, ciudad donde reside el también escritor y periodista. Le acompañarán en la presentación Federico de Arce, Alicia Es. Martínez y los editores.

Alonso comenta con eldiarioclm.es algunas impresiones sobre su primer poemario. No le gustan los prejuicios de aquellos que seguimos preguntando sobre el porqué de los libros a una determinada edad y en un momento concreto de la vida. Él no considera el paso por este mundo como un camino rectilíneo encaminado a un objetivo o “encerrado en una idea de progreso que debe aparecer en el relato vital”. Considera la creación algo más natural. El verso sale y lo hace por sorpresa, afirma, en forma de relatos de poemas de amor.

No es de extrañar que entre sus líneas sobresalga una angustia latente, perseverante, golpeadora. El autor detalla que ‘La Reina Púrpura’ nació de conversaciones con el poeta Matías Escalera bajo la idea de que la visión del amor en literatura es “incapaz de superar el concepto de amor burgués”. Tras ello comenzó a investigar, topándose con la tesis doctoral de Coral Herrera Gómez ‘La construcción sociocultural de la realidad, del género y del amor romántico'. En esas páginas se expone “el estado de la cuestión de la igualdad de género, o más bien del no género”.  “El género aparece desnudo, expuesto, puesto en evidencia como constructor de la ideología, herramienta creada para la dominación de mujeres y de hombres”, precisa.

¿Y es un libro por tanto de aprendizaje? “Creo que aprender es algo que no se abandona nunca, y que tiene que ver con lo ya aprendido. En la misma duda sobre lo aprendido está el aprendizaje, y yo no dejo de dudar nunca”, contesta Isaac Alonso. Aquí el poeta también se detiene en la fusión entre filosofía y poesía, partiendo de que el conocimiento está “implícito” en el tipo de amor que se expresa en la poesía, “porque ese conocimiento está marcado por el discurso de la clase dominante”.  Y aparece entonces la visión crítica, la clarividente, la que quita las capas de realidad sobrante: “La acumulación de capital que nos están vendiendo como crisis ha puesto las cartas sobre la mesa: lo lobos se han quitado la máscara y han esquilado la lana que disfrazaba de clase media los derechos adquiridos en las luchas históricas de los trabajadores”.

Defiende por ello aquella frase, en su momento criticada, que destacó entre los lemas de las acampadas del 15M en la Puerta del Sol: ‘La revolución será feminista o no será’. Ahí se supera el concepto tradicional de género, las etiquetas, el corsé sobre la concepción del mundo.

El “secuestro del idioma”, la mitología y el “utilitarismo”

“Uno de los problemas, y no menor, al que se enfrenta la literatura -argumenta Alonso- y en general la lengua como herramienta de comunicación, es el de la carga simbólica de las palabras. Sabes que más allá de su significado de diccionario, las palabras tienen un peso ‘histórico’, como cuando se califica de terrorismo unos actos y otros no, dependiendo de la alarma social. Porque las carencias sanitarias y los desahucios a la mayoría nos causan alarma social, y no están calificados como terrorismo. Este, digamos, secuestro del idioma, lleva a la creación de arcanos propios de cada poeta para nombrar el mundo, y a la incomprensión de la poesía, o al menos de la primera lectura, algo con lo que no estoy de acuerdo”.

Construido ese lenguaje, esa expresión libre, quedan las imágenes y la utilidad de la poesía. De lo primero, el origen del que bebe el autor es la mitología. De lo segundo, lo mejor es ir contra ese “utilitarismo” que se ha transformado “en manos del capitalismo exterminador” en un “no me sirve nada, acabo con ello”.

“La función de la poesía, del arte en general, es provocar sentimientos, nada más. Pero la poesía no ha dejado de tener en España una función moralizante, esa deserción de los simbolistas yo creo que la rompe la guerra, y desde entonces se ha mantenido de una u otra forma. En cualquier caso creo que las tres lecturas que propongo (lo que dice; lo que me dice a mí, autor; lo que quiero transmitir) implican provocar un cambio en el lector, y eso es una función educativa”, concluye.

Issac Alonso es, por estudios, historiador; y por profesión, periodista. Ha sido planchador, pinche, “obrero ante todo” y regentó el bar El Dorado de Valencia, “cuyos fantasmas aún me persiguen”. “Dicen que mis hijos que destaque que soy padre, de tendencias piratescas, enfrentado al sistema y rechazado por los antisistema; sobrevivo como buenamente puedo tratando tan solo llegar ante la parca con la conciencia tranquila”.