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Un repaso a la participación en Podemos que tanta “desazón” causa al PP

“Produce desazón que el futuro lo decidan diez mil personas”, lamentaba el portavoz ‘popular’ en las Cortes regionales, Francisco Cañizares. Fue días antes de que se conocieran los resultados de la última consulta telemática organizada por Podemos. Días después, el mismo portavoz se felicitaba porque había sido “tan optimista” porque finalmente sólo “1.700 personas” habían decidido que Emiliano García-Page contase con el apoyo de los dos parlamentarios de Podemos en el próximo debate de investidura.

El Partido Popular ha interpretado los datos de manera cuestionable, los 1.717 inscritos a los que se refiere fueron, de hecho, los que votaron en contra de la abstención de los diputados, pero sí hablan de un tema importante. Y es que la participación de los inscritos de Podemos no ha sido la mejor en el que es, sin duda, la consulta con más peso en el futuro político de la región en la que han podido participar. El censo en el momento de preguntar si se apoyaba o no a Emiliano García-Page era de 12.488 inscritos. Sólo 1.888 personas participaron activamente en las dos preguntas que, finalmente, darán al socialista la Presidencia de la Junta de Comunidades.

15% del total de los inscritos, al filo de  los mínimos que hacían de la consulta una vinculante para mandar cómo deben actuar sus representantes parlamentarios. Mientras el PSOE calla, el PP ataca todo lo que puede, intentando dictar catedra de cómo se debe llevar a cabo este tipo de procesos internos, llegando a proponer, incluso sus propias preguntas. ¿Y qué dice Podemos? José García Molina, secretario general y diputado de la formación en Castilla-La Mancha, ha querido justificar estos resultados en el gran número de consultas que se han hecho durante este año. Molina señaló que le “hubiera gustado que el dato de participación fuera del 100%”, pero puntualizó que se sentía satisfecho con el nivel de participación en la consulta ciudadana. Además, el diputado quiso puntualizar que los resultados de Castilla-La Mancha habían sido mejores que los de otras comunidades autónomas.

En Extremadura la simple pregunta “¿Apoyarías la investidura del PSOE?” obtuvo una participación del 17%, mientras que en Baleares la cuestión “¿Das tu apoyo a un voto de investidura que impediría que el PP vuelva a gobernar la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares” apenas reunió 761 votos entre los 10.320 inscritos de la región, poco más del 6% de participación. En Castilla-La Mancha, esa consulta no sería vinculante.

Es cierto que los inscritos de Podemos han participado en más procesos que, por ejemplo, los del Partido Popular que no han celebrado primarias en la región. La votación que dio a José García Molina la secretaría general del partido en la región en febrero de este año, con el 57,97% de los votos, contó con 2.705 votos: 900 más que los contabilizados en junio.

Por otro lado, las primarias que se celebraron para definir la lista que participaría en las últimas elecciones autonómicas contaron con un total de 2856 votos, de los cuales el 20% fueron en blanco. José García Molina se erigió como cabeza de lista con el 53,19%, seguido muy de cerca por Gregorio López Sanz, que ha criticado también el proceso de consulta, considerándolo insuficiente y pidiendo “más horizontalidad” en el mismo. Molina se defendió ante estas críticas señalando que la formación debía actuar de forma rápida, debido a las condiciones del Estatuto de Autonomía.

En la herramienta Loomio, usada por la formación para sus debates en línea, los participantes han abierto un debate que se denomina “Disminución de la participación en Castilla-La Mancha”. En él han participado alrededor de una decena de personas, y se plantean diversas explicaciones, entre ellas la capacidad de la formación para “forzar propuestas” la toma de acuerdos, y también se pide a la formación que se entreguen los datos de participación más detallados para poder analizar la tendencia que han seguido.