Fuera, el sonido de fondo de los pajarillos en una maravillosa mañana soleada. Dentro, varios acentos, entre ellos el argentino, se entremezclan: Elena y Emilio se afanan en reproducir artículos históricos mientras que en otros locales, Andrea elabora juguetes de madera y Mercedes y Esteban, zapatos artesanales. En otra sala, Vicente hace cábalas para su futuro proyecto de agricultura ecológica. Todo ocurre en el antiguo cuartel de la Guardia Civil en Tragacete, hoy reconvertido en una suerte de “centro de repoblación” que incluye viviendas y espacios para negocios que ocupan familias llegadas de diferentes lugares hasta esta pequeña localidad de La Serranía conquense que se ha convertido en todo un paradigma de la lucha contra la despoblación en la provincia de Cuenca.
En tres años, esta pequeña localidad ha pasado de 249 a 283 vecinos, lo que supone un incremento del 13%. Desde que el joven socialista Diego Yuste llegara al Ayuntamiento en 2019, su gran proyecto ha sido hacer frente al reto demográfico. Entre otras iniciativas, la población se adhirió al programa Holapueblo, que pone en contacto a personas interesadas en instalarse en zonas rurales con municipios que buscan nuevos habitantes, y los resultados han sido muy satisfactorios.
Facilitar vivienda y espacios para emprender a un precio reducido son algunos de los incentivos ofrecidos por esta localidad para lograr atraer a nuevos habitantes. Para ello, el Ayuntamiento comenzó a acondicionar pisos y locales para negocios en el antiguo cuartel.
Viviendas sociales
En total, hay nueve viviendas sociales, de las cuales siete están ya reformadas y ocupadas. Uno de los pisos es para los trabajadores del servicio de ambulancias –el centro sanitario de Tragacete da servicio también a Vega del Codorno, Valdemeca, Beamud y Huélamo– y otro, para una pareja que sí es de la localidad, mientras que en las otras cinco habitan emprendedores que han llegado de otros lugares.
Además, se están rehabilitando dos viviendas más en este espacio que, al igual, que las otras siete, se van a entregar con cocinas completamente equipadas con electrodomésticos, según cuenta el alcalde de Tragacete. Reformar cada uno de estos pisos cuesta en torno a unos 12.000 euros. Desde el Consistorio lo ven como una inversión para el futuro dado que, si alguna de estas familias decidiera marcharse, las casas estarían listas para otros emprendedores.
Durante los seis primeros meses, el alquiler de la vivienda es gratuito. Después, cada familia abona un módico precio de algo más de 130 euros. Los espacios para los negocios, que están ubicados en la planta baja del edificio, también tienen un coste reducido. En esta parte del inmueble también se ha habilitado una sala con varios puestos y con conexión a internet de forma gratuita para facilitar el teletrabajo a quien lo desee.
Además, el Consistorio va a arreglar otras tres viviendas en las antiguas casas de los maestros para ponerlas a disposición de nuevos habitantes. El Consistorio pone 6.000 euros para la rehabilitación, a los que habrá que sumar otras aportaciones de Diputación y Junta, que colaborarán con 20.000 euros cada una.
Porque la localidad tiene “lista de espera” y son muchas más las personas que han contactado con el primer edil interesadas en mudarse a esta localidad. “Pensábamos que lo difícil iba a ser que la gente se quisiera venir a vivir a Tragacete y nos hemos llevado una grata sorpresa. Lo complicado está siendo encontrar viviendas”, apunta Yuste.
No obstante, en este tiempo también ha habido algún proyecto frustrado por el camino. El año pasado llegó a la localidad otra familia argentina, con dos niñas, que se quedó con el bar de la piscina municipal pero el negocio no les funcionó como pensaban y decidieron marcharse.
Revitalización del colegio
Además de los nuevos habitantes que pueblan el antiguo cuartel, el incremento poblacional experimentado en este tiempo también se debe al regreso a la localidad de tragaceteros, entre ellos jubilados pero también algunos jóvenes. Y ha llegado otra familia de fuera que ha alquilado vivienda por su cuenta.
Esta repoblación ha supuesto la revitalización del colegio, que cuenta con nueve niños –uno de Huélamo– frente a los seis de 2019 aunque el curso pasado se llegó a los once.
En cuanto a la pequeña gran familia del cuartel, los primeros en llegar, en octubre de 2020, fueron Elena Saiz y Emilio Ferrández, que pusieron en marcha Northern Traders, dedicado a la réplica de productos medievales.En enero de 2021, se mudarían los argentinos Andrea Núñez y Rodolfo Mendy, con una niña entonces con tres años. La pareja ha dado vida a Caripintoys, firma de juguetes y mobiliario infantil de madera.
Mercedes Molinas (47 años) y Esteban Valdez (45) llegarían un mes después. La pareja, que tiene dos hijos de once y nueve años, fundó Cardosando, dedicada a la fabricación de calzado artesanal. “Con esta edad, da más miedo empezar de cero”, reconoce, aunque dicen estar contentos con la decisión, al igual que sus vecinos.
A finales de este enero, se sumaron los argentinos Claudia Souza y Marcelo Santin, que han puesto en marcha una panadería.El último en llegar, hace apenas una semana, ha sido Vicente García, quien va a montar un negocio de agricultura ecológica. Vino también atraído por la futura Fundación de los Maestros, un proyecto de economía circular que está previsto que arranque en 2023 y en el que el alcalde también tiene puestas muchas esperanzas.
De Buenos Aires al medio rural: recuperación de la panadería diez años después
Desde hace un mes, el olor a pan recién hecho vuelve a inundar de nuevo cada mañana la localidad de Tragacete, que llevaba más de una década sin panadería. Los artífices de esta buena nueva son los argentinos Marcelo Santin y Claudia Souza, que llegaron directamente desde Buenos Aires a este pequeño municipio a finales de enero junto con su hijo, Ignacio, de veinte años, con el propósito de iniciar una nueva vida en el medio rural.
La mudanza fue una “decisión en familia” que comenzó a fraguarse hace dos años, cuando contactaron con la plataforma Holapueblo con la idea de venirse a España. De entre todas las propuestas, seleccionaro cinco localidades, entre ellas Tragacete.
El 30 de diciembre de 2020 contactaron por primera vez con el alcalde de este pueblo conquense. “¿Qué necesitáis?”, les preguntó muy dispuesto el primer edil, Diego Yuste, recuerda Claudia. Las facilidades que les dio el Ayuntamiento para su instalación, tanto en vivienda como en el local para el negocio, y “el entorno maravilloso” hicieron que finalmente se decantaran por esta población de La Serranía.
Panadería para la comarca
Marcelo se había formado recientemente en Argentina sobre panadería y en Tragacete no había ninguna desde hace más de una década por lo que el pueblo era idóneo para emprender en este sector. El Ayuntamiento les ofreció un local junto al bar de la piscina, donde el 6 de abril echaba a andar Manos a la Masa, que también funciona como cafetería. Tanto el alcalde como este matrimonio reconocen que lo ideal hubiesen sido unas instalaciones más en el centro del pueblo pero era lo que tenían disponible en el Consistorio.
El plus es que ahora cuentan también con una terraza y que está en un sitio de paso de camino hacia otras localidades por lo que para mucha gente a comprar. “En un radio de setenta kilómetros, tampoco hay panaderías en los pueblos de los alrededores”, apunta el alcalde, por lo que estos argentinos tienen también clientela de otros sitios. “Estamos contentos con la acogida”, señala.
Y en el marco de las medidas para favorecer el asentamiento de nuevos emprendedores en la localidad, el precio del alquiler del local es muy económico. En cuanto a la vivienda, se les ha ofrecido una de las situadas en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, donde residen con otras personas llegadas de fuera, entre ellas otras dos familias argentinas.
Y ¿qué opina su hijo de la mudanza? La pareja reconoce que a Ignacio, que continúa de forma online con los estudios de Diseño Gráfico que empezó en Argentina, le hubiese gustado un lugar donde hubiese más jóvenes. “En verano hay más gente”, les asegura el alcalde.
Huerto-escuela y rutas interpretativas, nuevo proyecto emprendedor
Vicente García de Paredes Antón, de 33 años y procedente de la población madrileña de Valdemoro, es la última persona que ha llegado a Tragacete a través del programa Holapueblo. Biólogo de formación, la intención del nuevo vecino es poner en marcha en la localidad una suerte de huerto escuela en el que se dé a conocer la agricultura ecológica a diferentes tipos de públicos a través de cursos y visitas. Además, también se venderán los productos que se cultiven en el espacio.
Recién llegado a Tragacete hace apenas una semana, ya ha alquilado una pequeña parcela para el proyecto aunque su intención es hacerse con más terreno. Ya ha comenzado a acondicionar el espacio y el siguiente paso es plantar. “Ya voy tarde”, reconoce, asumiendo también que es un clima difícil.
Otra de las propuestas del joven es organizar rutas interpretativas hablando de la flora y la fauna del entorno, “teniendo muy en el centro la conexión con la población”.
Pero ¿qué le hizo decantarse por Tragacete? La cercanía con Madrid y el alquiler gratis de la vivienda durante los seis primeros meses inclinaron la balanza. “En otros sitios no daban tantas facilidades”, asegura.
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