La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del listado de españoles asesinados en campos de concentración nazis como Mauthausen o su adyacente, Gusen, ha supuesto que muchas familias puedan ahora conocer el destino de sus antepasados, padres, tíos, abuelos, familiares y amigos que desaparecieron sin dejar rastro entre la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Este documento, procedente a su vez del Registro Civil Central conforme a las actas enviadas por el Gobierno francés, detalla los nombres y las fechas de defunción de un total de 4.427 personas que fallecieron en estos campos nazis, hasta donde llegaron, en su gran mayoría, como prisioneros republicanos o combatientes en el bando aliado.
Para muchas de estas familias ha sido una “sorpresa” porque ni siquiera sabían que se estaba elaborando el listado y que incluso existía un grupo de trabajo en la Administración del Estado. Es el caso de Bienvenido Maquedano, nieto de Hipólito Maquedano Muñoz, originario de Puente del Arzobispo (Toledo) y fallecido en Gusen el 13 de noviembre de 1941. Bienvenido ya había conseguido conocer el paradero de su abuelo mediante su propia investigación, que le llevó desde Polonia hasta Austria, pero afirma que el hecho de que el Gobierno ahora haya publicado este listado significa que para España estas personas también están “oficialmente muertas”.
“Mi abuela tuvo una pensión del Gobierno alemán y posteriormente del Gobierno francés, que reconoció también esa línea de ayudas, pero en España nunca había existido ese reconocimiento oficial del fallecimiento de mi abuelo. El hecho de que ahora sea así ya es una gran noticia. Es un gesto importante y una gran fuente de información”, explica a eldiarioclm.es.
Pero a lo que da mayor importancia es al hecho de que gracias a esta publicación miles de personas puedan por fin saber cuál fue el paradero de su antepasado. “Yo he tenido la fortuna, entre comillas, de poder reconstruir la historia de mi abuelo y contársela a mi familia, pero muchos otros tienen uno o varios desaparecidos, de los que ni ellos, ni sus hijos o nietos han vuelto a saber nada en 80 años”.
“Miles de familias rotas”
Bienvenido Maquedano explica que en febrero de 1939, cuando se produjo la toma de Barcelona, se abrieron las fronteras con Francia y alrededor de medio millón de personas cruzó a este país. “Eso supuso miles de familias rotas, sin comunicación. Hubo gente que se encontró 40 años después, cuando finalizó la dictadura franquista y pudieron ponerse en contacto sin miedo, pero otros nunca más supieron del destino de sus allegados”.
Elogia así el hecho de que exista ahora una “fuente directa” donde poder consultarlo, aunque también avisa de que el listado no está completo porque faltan nombres, sobre todo de prisioneros republicanos de otros campos de concentración. Por ejemplo, explica que en Mauthausen hubo momentos en que los registros fueron exhaustivos y otros en los que ni siquiera se realizaban, con temporadas “en que llegaron prisioneros de los que se ha perdido todo rastro”. Otra dificultad para los investigadores, según pudo comprobar en la búsqueda de su abuelo, es que existen muchos datos confundidos, sobre todo en la identificación del origen. “Nunca conoceremos al completo el número de españoles asesinados en campos nazis, pero estamos avanzando”, subraya.
“Es muy llamativo que en un país como España hayan pasado 75 años hasta reconocer a tantas personas como oficialmente muertas. Y la dictadura no es una excusa, porque después ha habido décadas de democracia para hacerlo. Me llama además la atención que se haya hecho en agosto y con un gobierno en funciones. No obstante, es cierto que el actual gobierno ha cambiado su discurso sobre memoria histórica en el último año, y a mí, como familiar, esto me parece una gran noticia”, concluye.
La inmensa mayoría procedía del entorno rural
El número de prisioneros originarios de Castilla-La Mancha que aparece en el listado publicado en el BOE asciende a 518. La inmensa de mayoría de ellos no procedía de las capitales de provincia sino de pueblos del entorno rural de la región y murieron en Gusen, campo adjunto a Mauthausen: un total de 472.
Del total de castellanomanchegos, 183 fallecidos, el mayor número en esta región, eran originarios de la provincia de Toledo. Dejando al margen la capital provincial y Talavera de la Reina, en muchos de estos municipios son varios los fallecidos procedentes que constan en el documento, algunos además con similares apellidos, por lo que cabe la posibilidad de que fueran familiares.
Este es el caso de Gálvez, Quintanar de la Orden, Tembleque, San Pablo de los Montes, Bargas, Almonacid de Toledo, Gerindote, Borox, Urda, Ocaña, Menasalbas, Lagartera, Camuñas, Fuensalida, Illescas, Madridejos, Yepes, Chozas de Canales, San Martín de Montalbán, Alcaudete de la Jara, Camarena, Los Yébenes, Villanueva de Alcardete, Olías del Rey, Ajofrín, Villarrubia de Santiago, Santa Cruz de la Zarza, Yuncler, Mazarambroz, Santa Olalla, Consuegra, Valmojado o Argés.
En la provincia de Cuenca, son 58 los fallecidos que figuran en el listado, también en su gran mayoría en el campo de Gusen. Igualmente, llama la atención que muchos de ellos fueran naturales de pueblos muy pequeños como Terrubia del Campo, La Cierva, Naharros, Uña, Vara del Rey, Buenache de Alarcón, Gascas, Buendía, Olmeda del Rey, Valsalobre o Landete. Mientras que de Cuenca capital tan solo figura un fallecido, hay varios de San Clemente, Uclés y Quintanar del Rey.
Un total de 102 fallecidos en campos de concentración nazis aparecen como originarios de la provincia de Ciudad Real. Valdepeñas, Daimiel, Torralba de Calatrava, Argamasilla de Calatrava, Puertollano, Socuéllamos, Alcázar de San Juan, Manzanares, Puerto Lápice, Malagón, Almodóvar del Campo, Santa Cruz de Mudela, Almadén, Montiel, Almagro y Tomelloso, son los municipios que más se repiten, aunque también en este caso figuran pueblos pequeños. Ciudad Real es la capital de provincia castellanomanchega donde aparecen más nombres de defunciones.
Según el listado del BOE, hasta 83 personas procedentes de la provincia de Guadalajara fallecieron en estos campos de concentración. Se repite la situación y eran originarios en su mayoría de pueblos medianos y otros del entorno rural: Pastrana, Yunquera de Henares, Miralrío, Ledanca, Taravilla, Anguita, Alcocer, Armallones, Sacedón, Corduente, Gajanejos, Esplegares, Albendiego, Almoguera, Chiloeches, Molina de Aragón, Checa o La Riba de Saelices, entre otros muchos.
Finalmente, procedentes de la provincia de Albacete figuran 92 nombres. En este caso, como en Ciudad Real, es mayor el número de personas originarias de la capital pero sigue siendo mayor el volumen de los que eran naturales de pueblos como Caudete, Munera, Yeste, La Gineta, Villarrobledo, La Roda, Casas de Juan Núñez, Tobarra, Villalgordo del Júcar, Hellín, Almansa, Salobre, Fuentealbilla, Casas de Ves, Navas de Jorquera, Ontur, Mahora, Alcalá de Júcar, El Bonillo, Molinicos, Casas Ibáñez, Elche de la Sierra, Cenizate o Letur.
Una lista incompleta
La publicación de este listado forma parte de las iniciativas de la Ley de Memoria Histórica para la reparación de las víctimas del nazismo. Sin embargo, la lista publicada en el BOE no está completa: faltan los datos de varios centenares de víctimas del nazismo que no fueron proporcionados por Francia. Según la Dirección General de Memoria Histórica del Ministerio de Justicia, los nombres que se han dado a conocer son los incluidos en los libros del Registro Civil Central, pero los historiadores encargados de realizar esta base de datos han recopilado hasta 695 nombres de otras víctimas.
Los datos de estas cerca de 700 personas figuraban en certificados de defunción enviados por el Gobierno francés a principios de la década de 1950 y fueron 'arrinconados' por la dictadura de Franco para evitar que los familiares de las víctimas pudieran hacer reclamaciones a Alemania. En una nueva fase, estas personas se incluirán como fallecidas en el Registro Civil Central para que puedan ser reconocidas “simbólicamente”.
Hasta ahora, las historias de los españoles en los campos de concentración de Mauthausen y Gusen, adjunto al primero, solo se habían conocido de manera extraoficial, ya que los supervivientes de esos campos han contado su historia y la de sus compañeros. Entre otras iniciativas, se encuentra una página web que reúne documentos, fotografías, vídeos y entrevistas con 13 de los deportados que todavía permanecen con vida y de sus familiares.
El campo de concentración de Mauthausen es uno de los más representativos para los españoles víctimas del nazismo, ya que la mayoría de presos terminaron allí. Cuando llegaban ni siquiera eran tratados como españoles porque Franco les había negado la nacionalidad, así que pasaban a ser apátridas. Varios documentos publicados en el libro 'Los últimos españoles de Mauthausen' del periodista Carlos Hernández confirman que el dictador Francisco Franco fue responsable de la deportación de más de 9.000 españoles que acabaron en campos de concentración nazis.
Aquí se puede consultar y descargar el listado completo: