Salvatierra, “senderismo cultural” por las entrañas de la fortaleza que se disputaron cristianos y musulmanes hace ocho siglos
Calzada de Calatrava, la localidad de Ciudad Real conocida por ser el pueblo natal del cineasta Pedro Almódovar, ofrecerá por primera vez en su historia visitas turísticas al castillo de Salvatierra.
Se trata de una fortaleza de propiedad privada y su apertura al público forma parte del proyecto ‘El patrimonio cultural calatravo como recurso dinamizador del turismo en el Campo de Calatrava: castillos de Los Cristianos y de Salvatierra’, que data del año 2017.
Ahora comienza a dar sus primeros pasos tras obtener, primero la autorización de los propietarios y después la financiación a través del Grupo de Acción Local Campo de Calatrava y el propio Ayuntamiento calzadeño.
Las visitas serán siempre guiadas y con reserva previa en la Oficina de Turismo del Ayuntamiento. “Es un proyecto de senderismo cultural”, explica Juan Zapata, profesor de Historia del Arte de la UCLM, calzadeño y cabeza visible de la iniciativa junto al Ayuntamiento. Todavía no hay fecha de apertura aunque sus impulsores quieren hacerlo “cuanto antes”. Las reservas podrán realizarse a través de la web del Ayuntamiento.
La visita comenzará en el Centro de Recepción de la localidad donde estará expuesta la maqueta del castillo y también podrán disfrutar de una proyección en 3D. Después los visitantes se desplazarán hasta el Fortín de los Cristianos y finalmente hasta Salvatierra.
El proyecto data del año 2017 tiene vocación de ser “sostenible”, dice Juan Zapata. De hecho, explica, “el Ayuntamiento no busca ganar dinero con estas visitas sino un ingreso que permita dar a conocer el recurso y mantenerlo”.
Un convenio con la Universidad de Castilla-La Mancha ha permitido realizar un trabajo de campo durante el mes de junio, retrasado por la pandemia, que ya ha concluido. Ahora se trata de preparar el informe arqueológico y también de crear una maqueta que permita al visitante hacerse una idea sobre cómo fue esta fortaleza en los años de máximo esplendor. El reto, dice Juan Zapata, “es hacerlo con un castillo que nunca ha sido excavado y del que solo se dispone de datos en superficie”.
Un recurso contra la despoblación
Salvatierra tiene 800 años de historia. Su estado de conservación ha provocado que hoy forme parte de la Lista Roja del Patrimonio que elabora Hispania Nostra. “Uno de los objetivos sobrevenidos del proyecto es sacarlo de esa lista”, dice Zapata.
En Calzada de Calatrava tienen claro que es “un recurso fundamental” como atractivo para el turismo. “Sobre todo porque es una zona cada vez más deprimida, con un gran éxodo de población”.
En opinión de este profesor, “puede ser la primera piedra de algo más grande en el desarrollo local. Por ejemplo, conservamos ocho magníficas tablas de pintura toledana del siglo XVI, de Juan Correa de Vivar y que proceden de Almagro. Se puede visitar el silo, en el que se ha desarrollado un proyecto en torno a la obra de Almodóvar o se puede destacar nuestra gastronomía”. Ahora, dice, “hay que organizar el puzle”.
Salvatierra: “Una isla cristiana en territorio musulmán”
Pero, ¿qué hace atractivo a este castillo para su visita? Si hay algo claro sobre Salvatierra es que era un lugar ‘codiciado’ por musulmanes y cristianos. Ambos lo usaron como un estratégico punto de control para evitar avances hacia el norte (zona cristiana) o hacia el sur (el Al-Andalus).
“No sabemos con seguridad cuál fue su origen. Hemos certificado al estudiar los paramentos su origen musulmán, pero no si se remonta al periodo omeya o a las primeras taifas. ¿Qué era islámico? ¡Seguro!”, asegura Zapata. Hablamos de un periodo entre los años 850 y 860.
Cuenta con un doble recinto amurallado, una torre del homenaje de 12 metros de altura, distintos lienzos de muralla y torres defensivas a base de cal y canto (utilizado por los cristianos) y de hormigón islámico, conocido como ‘tabiya’. En el interior del edificio todavía se conservan varias bóvedas completas, zonas de almacenamiento, cámaras subterráneas y aljibes.
Los vaivenes en el dominio de la fortaleza -unas veces en manos de cristianos y otra en manos de musulmanes- despistan a los investigadores, pero “lo que está claro es su importancia para controlar el paso hacia Sierra Morena”.
Es uno de los más grandes en esta parte de la provincia de Ciudad Real cuyo declive comenzó al quedar a la sombra del Castillo de Calatrava La Nueva. Y eso a pesar de tener “un gran protagonismo a finales del siglo XII y principios del XIII cuando quedó en vanguardia tras la Batalla de Alarcos en 1195, como punta de lanza del ejército almohade”.
Esa situación no duró. Una incursión de la Orden de Calatrava lo conquistó para los cristianos. “Fue una isla cristiana en territorio musulmán que sirvió para avanzar hacia Sierra Morena”, dice el investigador.
Entre 1198 y 1211 la Orden de Calatrava había quedado muy tocada tras la Batalla de Alarcos. “Se produjo una refundación y pasó a llamarse Orden de Salvatierra. En 1211 cuando los almohades se dirigen hacia Toledo con intención de tomarla deciden parar a las puertas de Salvatierra. El sitio musulmán se prolonga durante 51 días y la resistencia cristiana termina por desbaratar los planes de marchar hacia Toledo porque se echa encima una calurosa época estival estas tierras. El ejército del califa Al-Násir terminó marchándose y eso permitió a los cristianos reorganizarse para la que se conocería como la Batalla de las Navas de Tolosa.
“El castillo tiene una vida documental muy corta de unos 60 o 70 años, pero desde el punto de vista histórico y estratégico es muy importante” a pesar de su decadencia posterior en beneficio del vecino Castillo de Calatrava la Nueva. Zapata es un convencido de que esta fortaleza “se gestó en Salvatierra” y propició su abandono en 1226. “Es probable que lo que quedase de él fuera derribado por la propia Orden para que no supusiera ningún problema para la vecina fortaleza de Calatrava La Nueva. Lo estamos estudiando. No hay datos sobre si se reutilizaron materiales de Salvatierra, aunque en la construcción de ambas fortalezas hay elementos comunes, como el uso de piedras volcánicas”.
El siguiente hito histórico en el inmueble no llegó hasta el siglo XIX con la disolución de las órdenes militares y la desamortización. El castillo pasaría a manos privadas y, dice el investigador, “es un yacimiento virgen”, ya que nunca ha sido intervenido desde el punto de vista arqueológico. “Su problema es que más allá de lo que se destruyó en el siglo XIII a propósito, se ha ido cayendo durante 800 años”.
Pero eso puede ser también una ventaja, aclara. “Al haber estado sellado, la información que puede proporcionar quizá sea mejor que la que ofrece Calatrava La Nueva”.
El Fortín de los Cristianos
A unos pocos centenares de metros de Salvatierra se encuentra el Fortín de los Cristianos o castillo de Don Alonso. También formará parte de la ruta turística que se prepara.
“Están saliendo datos muy interesantes sobre este lugar como atalaya de control del propio castillo de Salvatierra” que, de momento, prefiere no desvelar. Es de los pocos padrastros o atalayas que se han excavado en la Península Ibérica y esperan poder terminar los trabajos el próximo verano con ayuda de la Universidad de Castilla-La Mancha. También confían en lograr su protección como Bien de Interés Cultural (BIC), una protección de la que goza Salvatierra desde 1992.
El proyecto tendrá también una parte de divulgación. Por eso está prevista la celebración de unas jornadas o un congreso en 2021 sobre los trabajos en esta fortaleza para dar a conocer los resultados del proyecto, tanto a nivel científico como para el público en general.
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