Pedro José María de Pablo Ricote ya no es alcalde en la pequeña localidad de Campisábalos (Guadalajara) según ha relatado en una carta, después de que su compañero de partido José María Huete plantease una moción de censura apoyándose en el tercer edil del Ayuntamiento, Javier del Palacio, miembro del PSOE.
Los motivos, dice el ya ex alcalde, “ninguno razonable, salvo el recurso a la edad, a mi edad. Dice que soy viejo y chocho”. En la misiva, de Pablo sostiene que “no hay motivo que justifique la moción de censura que ha tenido lugar hoy -ni por parte de mi compañero de partido ni del concejal socialista- como tampoco lo hay para una deslealtad o traición que no alcanzo a entender a pesar de mis años y de mi experiencia en la vida. Me siento traicionado, sí”, lamenta.
Campisábalos tiene medio centenar de habitantes. Es un pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara al límite con Segovia y Soria del que Pedro José María de Pablo Ricote lleva siendo alcalde desde 2007.
“He trabajado duro con mi equipo para hacer de Campisábalos un lugar atractivo para vivir y visitar. Mi prioridad ha sido siempre administrar el dinero de los vecinos con honestidad y dignidad, cumpliendo con la normativa vigente”, explica en su carta.
Hace balance positivo de su gestión aunque, reconoce, no salieran “todos los proyectos”. Menciona en particular la construcción del Centro de Interpretación 'El Mensario', con restaurante, bar y habitaciones, la ampliación del cementerio municipal, la pista polideportiva, el arreglo de aceras y calles, la renovación de conducciones de agua y alcantarillado o el acondicionamiento del antiguo vertedero o la organización del aprovechamiento micológico y de los archivos municipales, entre otras.
Y todo ello, relata con las cuentas saneadas y un saldo positivo de 296.985,29 euros a fecha 22 de junio de 2020.
“En todo este tiempo me he sentido arropado por todos los vecinos, salvo afortunadamente por algunos pocos y, en concreto en el último mes, por quienes han actuado sin la lealtad esperada, razón por la que me siento profundamente decepcionado e incluso traicionado”.
Explica cómo en las últimas elecciones se presentó por el Partido Popular, “con otro compañero, una persona que, ganándose mi amistad y mi confianza, se mostró muy interesado en acceder al Ayuntamiento, y yo le ayudé encantado, recomendando a los votantes, como no podía ser de otro modo, que nos votaran a los dos”. Ambos salieron elegidos junto a un tercer edil del PSOE.
“A lo largo del mandato le he dado toda clase de explicaciones, con el fin de que fuera aprendiendo 'el oficio' (que cree conocer y en mi opinión no conoce), hasta que, por algunas discrepancias, a mi juicio de menor cuantía o sin importancia, y tras varios encuentros anuncia y decide que va a plantear una moción de censura con el concejal de la oposición, para cesarme como alcalde”.
Insiste en que el argumento planteado por su compañero no es acertado. “No puedo picar una zanja o correr los 100 metros lisos -algo que no es necesario hasta el momento para ser alcalde-, pero tengo la cabeza bien sentada y también preparación cultural, que no creo que sean inconvenientes para desempeñar el cargo”.
El ex alcalde despide la carta dando las gracias al PP de Guadalajara por “la confianza” y también a los vecinos. “Una confianza que me permitiría seguir siendo alcalde si la deslealtad de aquel en quien confié no lo impidiera recurriendo a una moción de censura y si el Partido Socialista no se hubiera prestado a apoyarla para sacarla adelante”, concluye.
No es la primera vez que ocurre. El pasado mes de mayo, el alcalde de Alhambra, en Ciudad Real, se encontró con una moción de censura de sus cuatro compañeros concejales en el Ayuntamiento, también del Partido Popular. Algo que el presidente de los 'populares' en aquella provincia, Francisco Cañizares, calificaba de “hecho insólito” sin entrar en muchos más detalles.