Los vecinos de Seseña reclaman más información: “Apenas sabemos nada”

“Pues no huele mucho, no”, comentaban dos vecinas que se acercaban de manera expresa a a urbanización conocida como ‘El Quiñón’ para ver la espectacular nube que se formó a raíz del incendio declarado ya como nivel 2 y que se inició en la madrugada de este viernes 13 de mayo. Y es cierto que, a pesar del nubarrón que se puede ver desde ya muchos kilómetros, en la localidad toledana no ha marcado una gran diferencia en la vida diaria.

En el Quiñón hay poca actividad: los autobuses urbanos pasan con regularidad pero prácticamente vacíos y las casas parecen todas cerradas, aunque es imposible saber si están habitadas o no. El barrio ha dejado de ser “fantasma”, tal y como ha llegado a defender el alcalde de la localidad Carlos Velázquez, pero la actividad es mínima y se ha reducido aún más por el humo del incendio y el ruido de los helicópteros y aviones que trabajan en su extinción.

Por supuesto no faltan las familias preocupadas. Un par de ellas se han acercado a los equipos de Protección Civil que guardan el parque en la urbanización para pedir mascarillas para sus hijos, mientras que otras han tapado a los pequeños con pañuelos para salir a la calle. No faltan los que han decidido dejar a los hijos en casa, explicando que el malestar por el humo no ha pasado desapercibido. Una familia, según las fuente oficiales de los servicios de emergencia, ha tenido que ser trasladada de su casa por los efectos del incendio.

Seseña, localidad de 25.000 habitantes que, a la hora de comer, tiene un movimiento normal. Aunque muchas casas están cerradas casi por completo, los vecinos han hecho su vida, espantando, incluso, los ‘bulos’ de evacuación que se han extendido por el pueblo. “Que lo único que han dicho oficialmente es lo de las 7 de la mañana, que nos quedemos en casa”, insiste una vecina cuando escucha hablar de evacuación. La calma se mantiene, pero indudablemente es el tema del día, y todos los telediarios tienen puesta la noticia.

Lo que más se repite entre los vecinos del pueblo es que “se sabía” que iba a pasar algo así, teniendo en cuenta la cantidad de neumáticos que se han acumulado en el cementerio. “Lo que ha pasado es que han preferido prenderle fuego a contratar a cientos de camiones para que recojan los neumáticos”, explican en un bar cercano a la Plaza del Ayuntamiento. Es la hipótesis que han comunicado también el Consistorio y el Gobierno regional, así como los bomberos. “Por la noche [del jueves] ya se veía que pasaba algo raro”, afirman. “¿Te imaginas todo el trabajo que es sacar todos esos neumáticos?”, se pregunta una mujer.

Aunque intentan no pensar en ello, muchos se preguntan qué pasará con la salud de los niños y los más mayores. “Apenas sabemos nada, sólo nos han dicho que nos quedemos en casa y no a todos, pero todos tenemos que trabajar”, reclaman. De este modo, piden al Ayuntamiento que les informe lo antes posible de las consecuencias para la salud. Cuando el incendio pasa a nivel 2, la alarma aumenta. “No ha tardado nada en subir el peligro”.