Hay dos modelos de propiedad intelectual que rigen la información en todo el mundo: el restrictivo aplicable a las películas, la música y los libros, y que está asociado a la denominada “piratería” y otro en el que interesa la “máxima difusión” que es el que engloba todo el ámbito de la ciencia, de la investigación y de las academias. Sin embargo, las leyes internacionales de derechos de autor lo “impiden casi todo”. Así lo afirma el jurista Javier de la Cueva, experto en casos relacionados con licencias de propiedad intelectual libre y programador de diversos proyectos tecnológicos.
De la Cueva participa como ponente en las XXVIII Jornadas de Formación de la AUGAC que ha organizado el gabinete de Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) esta semana. Sus ideas sobre derechos de autor, derecho de Internet y propiedad intelectual van más allá de la legislación española y apuntan a un “deseo de mercantilización” del entretenimiento que viene impuesto desde Estados Unidos pero que ha terminado por afectar a todo el conocimiento.
“¿Qué pasaría si aplicáramos esos derechos a la investigación sobre el cáncer?”, se pregunta, arremetiendo contra una legislación a nivel global que se ha desarrollado para “favorecer a las películas de Hollywood” afectando a las posibilidades de difundir el máximo el conocimiento en otros ámbitos como el científico y el académico. “No son dos modelos que estén enfrentados, pero la misma ley regula a ambos y afecta a todo”, argumenta.
Por eso Javier de la Cueva afirma que se trata de una mala normativa estatal, comunitaria e internacional, que “impide casi todo”, y que busca “generar escasez” para “crear mercados”. Afirma que esta es la postura que defienden partidos como PP, PSOE y Ciudadanos, los cuales, de esta forma, no contribuyen al conocimiento, sino a “fabricar mercados”, cuando “es mucho más importante el conocimiento, que no debe formar parte de esa mercantilización”.
“El sistema actual es perverso. La ley genera escasez imponiendo las máximas sanciones, reduciendo los límites para que no haya posibilidad de derecho de cita fuera del ámbito educativo, poniendo tiempos máximos en derechos de autor y buscando que sea escaso lo que no es escaso, perjudicando al conocimiento”, remarca. La alternativa, frente a todo ello, sería ampliar esos límites, establecer sistemas “por defecto” para contenidos educativos y científicos, de forma que proyectos que son elaborados mediante financiación pública no queden “atrapado en redes editoriales” cuando lo que interesa es que “sean conocidos por todo el mundo”. Así, apostilla, “se vuelve a dar más importancia al circo que al pan”.
De la Cueva recuerda que la regulación de los derechos de autor en un sistema piramidal que viene de Estados Unidos, desde donde se “empezó a mercantilizar la cultura”. Tras ello llegaron la Lista 301 sobre piratería y la obligación de que los países hayan ido modificando sus leyes para “criminalizar y sancionar, y al mismo tiempo ir imponiendo el modelo industrial”
En definitiva, el jurista considera que no existe una democratización de la información gracias a Internet. “No existe, no la hay. Las expectativas que se habían puesto cada día en Internet se están demostrando ineficaces. Es la gran herramienta que tendría el poder si quisiera montar un sistema totalitario”. Pone como ejemplo el Sistema Lexnet implantado en España, que obliga a todos los profesionales del Derecho a presentar sus escritos a través de unos ordenadores que están gestionados por el Ejecutivo. De esta manera, el Ministerio de Justicia central y las consejerías de Justicia tienen control sobre todos los pleitos. Se trata de una cuestión que ha denunciado ante la Comisión Europea.
De la Cueva es licenciado en Derecho y doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Trabaja como abogado y como docente. Como abogado, en sus manos ha estado la defensa de numerosos casos relacionados con la utilización de licencias de propiedad intelectual libre y de diferentes plataformas tecnológicas. Como docente, es profesor asociado en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Además se dedica en la actualidad a programar diversos proyectos tecnológicos y a escribir obras sobre su especialización. También es patrono de la Fundación Ciudadana Civio.
Las jornadas en las que ha participado proceden del Grupo de Trabajo de Gestión del Conocimiento y Propiedad Intelectual que se constituyó en el año 2009. Dos años después, habiéndose identificado la necesidad de aportar asesoramiento en materia de Propiedad Intelectual, se constituye una “comunidad de práctica” centrada en la misma. De carácter transversal desde sus orígenes, en ella se integran diferentes puntos de vista derivados de cada ámbito de especialización como el jurídico, la gestión documental, la gestión de la información, o el tecnológico.