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GUADALAJARA

La alcaldesa que prohibió las placas solares y los molinos en su pueblo: “No creemos que asienten población”

El Olivar, en Guadalajara

Francisca Bravo Miranda

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En la pequeña localidad de El Olivar en Guadalajara sólo se permiten las placas solares para el autoconsumo. Pero los grandes parques fotovoltaicos y las granjas de molinos de viento, que se han extendido por todo el territorio general y han convertido a Castilla-La Mancha en la segunda comunidad autónoma 'exportadora' de energía, están prohibidos. El Ayuntamiento modificó las normas subsidiarias para ello y el cambio se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha. ¿La razón? “Preservar el entorno, la fauna y el turismo” y limitar su uso al autoconsumo dice la alcaldesa de la localidad de menos de 200 habitantes.

María Pilar Ruiz explica que ya hay parques y huertas solares grandes en el entorno de su pueblo. “Pero el nuestro es muy pequeñito, y además tendría que ser justo en la entrada del pueblo. Es un término muy pequeño, no hay manera de camuflarlas”, resalta.

En la vecina localidad de Budia, en 2022 se aprobó una planta solar fotovoltaica tan grande, con más de 128.000 módulos, que araña el límite legal para que no necesitar la autorización expresa del Gobierno de España para su continuidad. Actualmente está en construcción, explica Pilar Ruiz. La inversión: 17,5 millones de euros. Pero estos números no convencen a la alcaldesa de El Olivar. “Sinceramente, la razón es que no creemos que se asiente población. Sino todo lo contrario, de hecho”, reflexiona la socialista. Efectivamente, explica que al principio las inversiones son importantes y pueden sorprender. “Pero luego no repercutirá en la vida de nuestra ciudadanía”, asegura la edil.

El Olivar vive del turismo y por eso, la intención es “cuidar mucho nuestra imagen”. “Ya hemos colaborado con la energía de nuestro país. Estamos entre dos nucleares, cerca de dos pantanos afectados por un trasvase. Siempre hemos puesto de nuestra parte. Creo que está bien”, resalta. El pueblo se ha tenido que ir “reconstruyendo”, recalca además. “No somos como Pastrana, que ya cuenta con su patrimonio. Hemos trabajado muy duro en reconstruir el entorno del pueblo, y por eso consideramos que esa modificación era necesaria”, señala.

El pueblo fue noticia porque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le solicitó que justifiquen la prohibición de este tipo de instalaciones o que, directamente, anulen la modificación de sus normas subsidiarias. Es una de las actuaciones de la Comisión, en relación a la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado. En abril de este año, la CNMC abrió un informe debido a una reclamación presentada por Alfanar Energía España S.L precisamente contra esta modificación de las normas subsidiarias en el municipio.

Esta empresa reclamaba que “el establecimiento de una prohibición general permanente e indiscriminada respecto de la instalación de parques eólicos y plantas solares fotovoltaicas en el término municipal de El Olivar resulta contraria a los principios de necesidad y proporcionalidad que establece y regula la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado”. La CNMC ha hecho llegar también una comunicación al Ayuntamiento, pero Ruiz defiende su decisión. “Ya hay suficientes a nuestro alrededor, las están poniendo en Budia y en San Andrés. Aquí todos los vecinos viven del turismo”, recalca en conversación con elDiarioclm.es.

Contra “elementos espurios” del paisaje

En el planteamiento oficial para cambiar sus normas subsidiarios y poder hacer efectiva la prohibición, el ayuntamiento recordaba que a la localidad se le han exigido criterios estéticos en la ejecución de las obras realizadas para mantener las “características constructivas propias del municipio”.

Además, defendían que gracias a eso se ha mantenido una imagen del lugar que le ha valido el Premio de Turismo que otorga la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. La Junta, por cierto, ha señalado que cambiar las normas municipales le corresponde al ayuntamiento. Sin entrar a valorar más la cuestión. El Consistorio también ha defendido que, además de su imagen “icónica”, hay “maravillosas panorámicas” por su “excelente ubicación” en la meseta alcarreña con vistas al embalse de Entrepeñas. Por eso, no quieren que las vistas se vean afectadas por “elemento espurio alguno”.

“La instalación de paneles solares supone una evidente degradación del paisaje y características generales del ambiente, por lo que estos deberán integrarse de forma que minimicen su impacto visual en el entorno”, resaltaba la documentación municipal también. Y en cuanto a los aerogeneradores, señalaba que “la instalación de estos sistemas supone un elemento que deteriora el paisaje introduciendo un elemento espurio en el ambiente”.

“Aquí hay casas rurales, restaurantes, la gente se ocupa de cuidar los jardines de unos y otros, de cuidar las viviendas, de reformarlas. Al final, todos viven de esto, incluso vendiendo leña”, explica Ruiz. También sostiene que en la localidad hubo “más de cien vecinos” en contra de la instalación de un parque eólico en la localidad. “Es una decisión que tomamos, porque creemos que la mayoría de la ciudadanía no está de acuerdo”, recalca. Fue precisamente Alfanar Energía España la empresa que realizó la petición para instalar un parque eólico en los municipios de Budia, El Olivar, San Andrés del Rey y Berninches.

Sigue la estela de otros municipios

El Olivar no es el único municipio que ha tomado medidas contra los grandes parques de fotovoltaicas. Cabanillas del Campo aprobó en septiembre de 2022 una suspensión provisional del otorgamiento de todas las licencias a cualquier proyecto de planta de energía solar y eólica que pretenda instalarse en el término municipal. La medida no incluye las instalaciones para autoconsumo, ya que el objetivo es frenar el “desordenado boom” de macroproyectos que se están aprobando en la comarca.

Que la instalación de plantas fotovoltaicas puede afectar al paisaje, no es algo nuevo. Y menos en Castilla-La Mancha. Uno de los ejemplos que se pueden citar se sitúa en Ciudad Real, en concreto en la localidad de Piedrabuena. El Grupo de Investigación en Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (GEOVOL) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) alertó sobre la planta fotovoltaica en la superficie del volcán de La Arzollosa, no solo porque en sus laderas hay suelos muy aptos para cultivos sino por considerar que ya se ha producido un “atentado ecológico” en la zona al rellenar las coladas del volcán con tierra de otros sitios para la siembra.

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