Chabolas a base de plástico, uralita o cualquier trozo de madera. Así sobrellevan la ola de calor en Albacete alrededor de 300 personas que viven en los distintos asentamientos en la capital. “Si en las casas estamos a 30 grados, en estas precarias viviendas se crea efecto invernadero y se puede llegar a los 40º grados, cuando fuera hay 35º”, explica Juan Zamora, secretario provincial de políticas sociales de CCOO Albacete. Por no mencionar los riesgos que apuntan desde el Colectivo Sin Fronteras Albacete, debido a que no hay cocinas ni tampoco baños. “Ya hubo un incendio en abril y llevamos días de alerta roja, estamos muy atentas”, resalta Elena Roncero, presidenta de la organización.
Las reivindicaciones no son nuevas, ni mucho menos. Los asentamientos llevan siendo un problema en la capital manchega desde hace años y ninguno de los partidos políticos que ha pasado por el Gobierno municipal ha cambiado realmente la situación. Situaciones “precarias e inhumanas”, sin una vivienda digna, un problema “que no se ha abordado en profundidad” y que sigue sin resolverse. Colectivo Sin Fronteras resalta: “No se busca caridad, ni gratuidad solo un lugar donde no se permitan las condiciones que a día de hoy se viven en los asentamientos, que siguen existiendo, y que no han desaparecido”. No hay ninguna diferencia, resaltan, entre lo que ocurre en Albacete y en otros lugares. “Esto es como la Cañada Real, pero nadie habla de ello”, lamentan.
De parto en el asentamiento
Desde Colectivo Sin Fronteras relatan cómo este verano una mujer marroquí se puso de parto en el asentamiento y que debió ser acogida en un piso para poder dar a luz en un lugar “menos inhumano”. Su pareja es un hombre subsahariano, de los muchos que viven en los asentamientos. Ahora mismo tanto la madre como el hijo son atendidos por servicios sociales,. “Sabemos que están bien”, señalan desde la organización. Pero el padre seguirá viviendo en el asentamiento. “No es habitual encontrarse mujeres en los asentamientos, lo habitual son chicos jóvenes”, señala Roncero.
Desde CCOO advierten de que, efectivamente, suelen ser hombres jóvenes pero sólo en el caso de la población subsahariana. Pero, en el caso de la población rumana, llegan familias. “Hay una mujer a la que llevamos una silla de ruedas que cuida a 17 nietos”, asegura Zamora, del sindicato.
La población este año es bastante menor que hace unos años, cuando llegó hasta los 500, las condiciones siguen siendo “las de siempre”. “Esto lleva pasando 20 años y no mejora, siguen con casas improvisadas, improvisando cocinas y en el riesgo que supone ahora mismo en Albacete”, explica Roncero. Y, en medio de ola de calor, tampoco tienen un punto de agua. “Básicamente se trata de descampado con un montón de chabolas y una fuente muy, muy lejos”, señala.
“No les queda otra”
“Viven en condiciones infrahumanas e indignas para cualquier ser humano y no les queda otra”, lamenta Roncero. En Albacete existe un recurso en el Seminario, gracias a un acuerdo con el Obispado, pero que sólo ofrece cincuenta plazas. No sólo no son suficientes, señalan desde Sin Fronteras, sino que ni siquiera se cubren. “Y esto pasa porque en principio van destinadas a personas con situación regularizada, y prácticamente la totalidad de los temporeros que llegan a los asentamientos no la tienen. Se quedan fuera. Pero el número, además, es insuficiente para el volumen de gente que llega. Y más cuando estamos en una situación de urgencia como es la ola de calor. Pero nadie habla de este tema. Nadie lo hace”, critica la presidenta de la organización.
Prácticamente la totalidad de los temporeros que llegan a los asentamientos no tienen la situación regulada. El alojamiento es insuficiente y más en una situación de urgencia como es la ola de calor, pero nadie habla de este tema
Por eso, vuelven a reivindicar soluciones “integrales” y no un “parche” como el del Seminario. Y apunta a que los partidos han tenido siempre la misma actitud y apelan a hacer lo que reivindicaban durante la oposición. Lo harán con el nuevo gobierno del PP, tal como lo hicieron con el PSOE o con Ciudadanos. En el último Consejo Municipal de Inmigración, el Colectivo Sin Fronteras Albacete pidió la creación de una mesa interinstitucional. “Siempre hablan de las competencias, y por eso necesitamos involucrar a todas las administraciones”, resalta Roncero.
“Necesitamos todos los recursos, que escuchen a organizaciones como Cruz Roja o Médicos del Mundo que llevan años para resolver esta situación, que es una cuestión de derechos humanos. Vienen a trabajar en lo que nadie más quiere, para que tengamos frutas y verduras y no tienen ni dónde vivir”, remata,
Vienen a trabajar en lo que nadie más quiere, para que tengamos frutas y verduras y no tienen ni dónde vivir
Entre los problemas sin resolver, se encuentran las dificultades para poder, siquiera, alquilar una vivienda digna. “Las trabas son de muchos tipos. Por eso se necesita un plan de atención. Muchas personas llegan y no conocen el idioma y vienen de situaciones de riesgo y no saben que pueden solicitar el asilo. Por eso, debemos trabajar. Porque si no, todas las campañas de verano tenemos lo mismo, además de que existe gente que vive ahí de forma permanente”, lamentan desde Colectivo Sin Fronteras Albacete. “Se convierte en un bucle de miseria, en el que muchos chicos desarrollan problemas de adicciones o de salud mental, porque nadie los ayuda”, remata.
Problemática laboral
Desde CCOO coinciden en que las condiciones de habitabilidad siguen siendo “paupérrimas” y que no hay recursos suficientes para garantizar unas condiciones de vida digna. Pero no sólo eso. Las personas suelen ser víctimas de estafas y de condiciones laborales indignas, y no cuentan con herramientas para poder lidiar con ellas. Tienen “mucho miedo”, señala Zamora. “Trabajamos junto a Inspección de Trabajo y extranjería. Queremos que sepan sus alternativas”, señala el sindicalista. Resalta, por ejemplo, que quieren que conozcan que existe la posibilidad del 'arraigo laboral', que pueden conseguir si demuestran seis meses de trabajo en España.
“Vemos que se les cobra por contratos falsos, hasta 12.000 euros se les llega a cobrar. Y a la vez, tienen mucho miedo de ser deportados y les cuesta mucho acercarse a la Policía”, señala Zamora.
El sindicato cuenta con un mediador cultural, una persona que puede comunicarse con la población subsahariana y gracias a él, han podido acercarse más a la población. A la problemática de habitabilidad, se le unen las mafias organizadas que les cobran por papeles falsos, o también abogados que “se aprovechan” de la situación y les cobran tarifas desorbitadas por darles apoyo. “Ya hay denuncias contra la Policía Nacional, porque pueden llegar a cobrar más de mil euros por hacer un arraigo”. “Todo es lo que intentamos denunciar, pero cuesta mucho convencerles de que es por su bien”, concluye Zamora.
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