El lobo ibérico estuvo a punto de extinguirse en la península ibérica en los años 70 del siglo XX. Eso ya había ocurrido en la mayoría de los países de Europa Occidental. Fue el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, conocido por su popular serie en TVE ‘El hombre y la Tierra’, quien consiguió evitarlo. Un modificación en la Ley de Caza propició que pasase de ser considerada una alimaña a ser una especie cinegética sometida a un régimen de vedas anuales.
En la actualidad, el lobo en España está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE), pero sigue en peligro. “Su situación general no ha mejorado mucho desde los tiempos en los que estuvo al borde de la extinción”, explica Ángel M. Sánchez, director del Proyecto de Voluntariado para el Censo del Lobo y Evaluación del Estado de Conservación de sus Hábitats Naturales en la península ibérica, cuya sede se encuentra en la Universidad de Alcalá (UAH).
Los censos oficiales estiman que hay unas 300 manadas en nuestro país, pero el lobo continúa ‘acantonado’ en el noroeste peninsular. Los grupos familiares suelen tener entre tres y cinco miembros de media. Se calcula que habría unos 1.500 lobos, pero esa es una cifra variable según el momento del año y teniendo en cuenta la elevada mortalidad de la especie. “Hoy en día la causa más común no es tanto la caza como los atropellos, debido a que su hábitat está hiper fragmentado, aunque el furtivismo sigue presente”.
Hasta septiembre de 2021, se han seguido matando centenares de lobos anualmente en España y todavía es pronto para saber si conseguirá recolonizar de manera natural estos territorios a medio plazo. Nosotros creemos que no es posible
Pese al aumento poblacional, dice el investigador, “los verdaderos problemas de conservación para el lobo en España son, la escasa variabilidad genética y la endogamia que implican una menor capacidad de adaptación ante circunstancias ambientales cambiantes”.
Son datos a considerar, advierte este biólogo especialista en conservación de la vida silvestre, si se quiere conservar, gestionar y también recuperar la especie en nuestro país en territorios históricos como Andalucía o Extremadura que antaño formaban parte de su hábitat natural en la península ibérica. “Hasta septiembre de 2021, se han seguido matando centenares de lobos anualmente en España y todavía es pronto para saber si conseguirá recolonizar de manera natural estos territorios a medio plazo. Nosotros creemos que no es posible”, confiesa.
Compaginar la caza con la biodiversidad
En 2019 deslizó la idea de introducirlo en los Montes de Toledo para controlar la excesiva población de ciervos y su impacto en el Parque Nacional de Cabañeros. El investigador apunta la experiencia del norteamericano Parque Nacional de Yellowstone.
Para la vigente temporada de caza, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha prohibido las esperas nocturnas de jabalí en los cotos donde han aparecido lobos. Eso afecta en particular al norte de Guadalajara. “Sería importante que las administraciones tomasen conciencia de esto y evitasen las batidas indiscriminadas con decenas o incluso cientos de perros entre septiembre y octubre. Sería bueno retrasarlas porque es el momento en el que los cachorros de lobo empiezan a incorporarse al grupo familiar para recorrer su territorio, pero sin dejar de estar ligados al área de cría”, explica Ángel M. Sánchez.
De forma reciente la Unión Europea aprobó la propuesta para rebajar la protección del lobo con el voto en contra de España. Dicha propuesta se llevará por cuarta vez en dos décadas ante el Comité Permanente del Convenio Internacional de Berna a finales este año. Se trata de cambiar la condición del lobo que pasaría de estar entre las especies “estrictamente protegidas” -Anexo II de este convenio que regula la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa- a ser “especie protegida”, según consta en el Anexo III del mismo convenio. En España, el lobo ya está incluido en el Anexo III desde el año 1986.
Conciliar intereses no es ni será sencillo. Durante una reciente visita a Gijón (Asturias), el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se pronunció sobre el estatus de protección del lobo afirmando que es necesario “proteger la biodiversidad”, pero también “apoyar y defender” los intereses de los ganaderos españoles.
Restaurar los sistemas ecológicos naturales a través de grandes depredadores
El próximo 26 de octubre, en Cantalojas, un pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara, se celebrará el I Festival del Lobo, DIRUSFest. Un encuentro que servirá para presentar la recién creada Sociedad Científica para el Estudio de los Grandes Depredadores y sus Hábitats Naturales (DIRUS).
Su objetivo es valorizar, “siempre desde la Ciencia”, la restauración ecosistémica a partir de piezas clave de los sistemas ecológicos naturales, como son los grandes depredadores, como el lobo, entre otros. “Permiten evitar desequilibrios en los ecosistemas”.
Varios investigadores de la Universidad de Alcalá o del CSIC, entre otros, están ultimando un mapa con la distribución del lobo en la península ibérica y la potencialidad de dispersión de la especie en las siguientes décadas. Lo darán a conocer a través de una publicación científica en próximas fechas y en el Simposio Internacional de Naturaleza y Fotografía que tendrá lugar en la localidad de Villarreal entre el 18 y 20 de octubre. “Su situación no es tan boyante como a algunos lobbies privados interesados nos quieren hacer creer”.
El lobo no se establece fácilmente y su aparición en un determinado territorio no implica asentamiento. Por otro lado, estudiar la dinámica poblacional de la especie es una labor muy compleja. “No hemos encontrado lobos en Andalucía o Extremadura. Es más sencillo hacerlo en las zonas de contacto donde hay manadas asentadas como la Sierra de Gredos. Puede haberlos al límite con Cáceres o Guadalajara, pero ni mucho menos se han establecido. Su presencia es ocasional”.
La situación del lobo en España no es tan boyante como a algunos lobbies privados interesados nos quieren hacer creer
La especie intenta volver a colonizar la Sierra Norte de Guadalajara desde hace tiempo. “Han sido intentos infructuosos por varias razones. Consiguieron reproducirse varios grupos a principios de los años 2000 y hasta 2013 aproximadamente. Entonces misteriosamente, entre comillas, desaparecieron”. Ahora, en estos últimos años, han vuelto a intentarlo de nuevo.
A finales de 2015, la hembra reproductora de Cantalojas, de unos diez años de edad, que había sido radiomarcada en ese territorio, fue atropellada y apareció muerta en Carrascosa de Henares (Guadalajara). Casi un año después se encontró el cadáver de un cachorro de lobo en una localidad cercana, Pinilla de Jadraque, sin que quedase clara la razón de su muerte.
La conservación numérica no suele ser una buena apuesta. Lo primero es recuperar hábitat y después ocuparse de los números poblacionales de la especie en cuestión
El biólogo también advierte a la hora de hablar de recuperación de una especie: “La conservación numérica no suele ser una buena apuesta. Lo primero es recuperar hábitat y después ocuparse de los números poblacionales de la especie en cuestión”. Cuando hablamos de lobos en entornos humanizados el proceso puede ser muy lento. “Por ejemplo, nosotros no veremos su reasentamiento definitivo en Andalucía si el proceso de expansión natural de la especie no se apoya con reintroducciones por parte de la administración y siempre que se mantenga el escenario de protección actual de la especie”.
El programa del Festival del Lobo: DIRUSFest 2024
La Sierra Norte de Guadalajara ha sido el lugar elegido para celebrar el I Festival del Lobo. Habrá actividades durante toda la jornada que arrancará a las 10 de la mañana con la presentación de la nueva Sociedad Científica para el Estudio de los Grandes Depredadores (DIRUS) y del Proyecto de Voluntariado para el Censo del Lobo, basado en la participación ciudadana y en la “Ciencia independiente”.
Durante la mañana habrá ponencias divulgativas en las que participarán, entre otros, ganaderos en extensivo ecológico en coexistencia con el lobo o especialistas en rewilding, la renaturalización, que busca restaurar áreas naturales degradadas por la acción humana para recuperar su equilibrio y biodiversidad.
En estas actividades estarán Roberto Hartasánchez, director de FAPAS, el Fondo para la protección de los animales salvajes, como osos y lobos, que trabaja desde Asturias, Ernesto Álvarez de GREFA, Federico Sancho, presidente de la Asociación Fondo Natural o Luis Miguel Domínguez, naturalista y divulgador, además de realizador audiovisual. Por otro lado, participará Enrique Murciano, coordinador del Proyecto Pigargo para la reintroducción experimental del pigargo europeo en el litoral cantábrico. Se trata de un ave rapaz que en 2018 fue incorporada al listado de especies extinguidas en todo el medio natural español.
Habrá también una mesa redonda, un concurso de microrrelatos, diversos talleres como el de dibujo científico y de naturaleza que realizará Nacho Sevilla y otras actividades en las que participarán productores y artesanos locales, para concluir el día con un concierto de pop y rock a partir de las 20 horas, hasta llegar al cierre del festival previsto para las 22 horas. “Hablamos de implicar a la población de esta zona serrana tan singular y maravillosa que además tiene presencia de lobo. Queremos divulgar, pero buscamos también la participación de la población rural”.