Las ‘primeras veces’ suelen marcar un antes y un después en la historia de nuestras vidas. Son esos momentos legendarios que, a pesar de que pasen los años, se recuerdan como si hubieran sido ayer. Las primeras vacaciones con amigos, el primer trabajo de verano o ejercer el derecho al voto por primera vez. Estas son algunas de las ‘primeras veces’ por las que ya se diferencia el año 2023 de Diego Mateo Sánchez, un joven toledano de 18 años que reivindica el uso de su apellido materno, estudia una Formación Profesional de telecomunicaciones y a quien le gustaría seguir viviendo en su ciudad natal.
Toledo, una de esas capitales de provincia en la lista de ciudades gobernadas en coalición por el Partido Popular y Vox. Desde este ámbito, el político, es la primera vez que Diego ve cómo un partido de extrema derecha entra a formar parte del gobierno municipal de su Ayuntamiento.
Tras pasar del PSOE a un gobierno de coalición de PP y Vox, la oferta cultural y de ocio, las tasas deportivas o los precios del transporte público, entre otras, darán un giro de 180 grados. Sin embargo, este no es un tema de conversación en el grupo de amigos de Diego. “Hablar de política con amigos es complicado, por eso no hablamos de eso, no es que no nos interese”, reconoce el joven. “Sabemos a quién votamos pero no hablamos de temas relacionados con la política, por ejemplo, yo no sé qué opinan mis amigos de Vox”.
Este verano Diego ha encontrado su primer trabajo, por lo que no se ha ido de vacaciones con sus padres. Para él, un día “normal”, estos meses consiste en levantarse, trabajar y quedar con sus amigos. “Este año tengo la casa sola porque no me voy de vacaciones familiares, yo me fui con mis amigos a Almería justo antes de empezar el trabajo”, cuenta un joven que hasta ahora ha viajado “un montón” con sus padres y su hermano. “Hemos ido a Roma, Venecia, León o Galicia, y yo me fui a Irlanda de intercambio con una familia a estudiar inglés”.
No somos de ir por la calle intimidando a la gente, lo último que queremos es hacer daño a nadie cuando salimos de fiesta
A pesar de que este verano la mayoría del tiempo lo pasará con su grupo de amigos, los temas de actualidad no están entre sus conversaciones. Le mencionamos estudios recientes sobre el auge de la afinidad de los jóvenes con la extrema derecha y no duda al responder: “En mi grupo Vox no está de moda”.
“Es verdad que hacemos algunos chistes homófobos o racistas, pero como una broma, no pensamos eso, no pensamos lo mismo que los de Vox”, subraya. “Tengo amigos homosexuales, un amigo gay y dos lesbianas, no tenemos problemas en reírnos sobre eso”, explica.
Entre estas bromas también ha habido algunas relacionadas con la ley del ‘solo sí es sí’. “Hubo una broma sobre que había que firmar una autorización antes de ligar con alguien, pero no hemos hablado más del tema”, asegura. “No somos de ir por la calle intimidando a la gente, lo último que queremos es hacer daño a nadie cuando salimos de fiesta”.
Diego solo habla de política en el entorno familiar, concretamente con sus padres, ambos trabajadores y vinculados con el tejido asociativo toledano. El joven comenta entre risas que le “obligan” a ver las noticias, único momento del día en el que se relaciona con la actualidad informativa durante el curso escolar. “No veo casi la tele, en las comidas familiares me entero de la actualidad… de momento con lo que me entero voy bien”.
Entre sus fuentes de información se encuentran sus padres, quienes sintieron “más ilusión” que él cuando hace apenas unos meses ejerció por primera vez su derecho al voto. “A mi me hizo ilusión pero por mis padres porque voté en blanco y no se que haré en las Elecciones Generales, espero que me expliquen más cosas y votar a algún partido”.
Estudiar, deportes y salir, la rutina del curso
Según nos cuenta el joven toledano, él tiene tres redes sociales: Tiktok, Instagram y Twitter. En ellas invierte unas 4 horas diarias, la mayoría en Tiktok. “Sigo a influencers de contenido gracioso, ni periódicos, ni a medios”.
Por ello, ha sido la madre de Diego quien le ha dado a conocer las ayudas y descuentos para jóvenes puestos en marcha por el Gobierno de España. “Mis padres me dan una paga, algo para mis gastos diarios y para las vacaciones algo más, pero estas ayudas están muy bien porque no te gastas tu dinero”.
“Este verano estoy trabajando por primera vez y no tengo el sueldo de un ministro, con nuestra edad siempre tienes que estar eligiendo y peleando por si tienes para salir, para irte de vacaciones o para cenar por ahí”, detalla. “Estas ayudas compensan, con ellas me he comprado libros y he pagado la mitad del precio del tren en el viaje con mis amigos entonces económicamente nos salió muy bien”, añade.
“Mi madre me contó lo del Bono Cultural y los descuentos en el transporte y yo se lo conté a mis amigos”, explica Diego quien reconoce que no suele hacer mucha vida cultural. “Durante el curso mi día a día es ir a clase, estudiar inglés y hacer natación, y los fines de semana quedo con mis amigos”.
Según un joven toledano que utiliza el transporte público con regularidad, la oferta cultural de Toledo “está bien”. “Con lo del Bono Cultural también puedes ir a conciertos y festivales, intentaré ir a alguno este verano porque es la única parte del dinero que todavía no he gastado y me gustaría amortizar ese dinero porque sale gratis como quien dice”.
Los padres de Diego no le ponen hora desde que cumplió los 18 hace casi un año. “Lo único que me dicen siempre antes de salir de casa es ‘No vengas tarde y ven en condiciones’”, comparte con elDiario.es de Castilla-La Mancha.
Mi familia es atea y en mi grupo no creemos en la religión
A las puertas de los 19 años, las actividades religiosas no forman parte de su agenda. “Mi familia es atea y en mi grupo no creemos en la religión, yo siempre he cursado la asignatura de ‘Valores’, al igual que otros de mis amigos”, cuenta.
Entre sus responsabilidades diarias, Diego se encarga de algunas tareas domésticas mientras sus padres trabajan. “Cocino algo pero no me gusta mucho cocinar y a veces tengo que estar con mi hermano. Nos llevamos 5 años, antes jugaba más con él, a la wii, a los legos… ahora menos, pero nos llevamos bien”.
Actualmente, la vida de Diego, al igual que la de la mayoría de jóvenes, se divide entre familia y amigos, no sin preocupaciones económicas, pero todavía sin grandes preocupaciones laborales. A pesar de que parte de esos ingresos llegan gracias a las políticas sociales, es palpable la falta de conexión que establecen los jóvenes entre su vida diaria y la del Estado en el que residen.
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