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REPORTAJE

La fallida rehabilitación del balneario conquense de Yémeda: historia de un despropósito económico y político

Recuperar un histórico balneario en la España vaciada ha resultado ser, no solo un proyecto fallido, sino un auténtico despropósito económico en cuya gestión han participado tanto el PP como el PSOE: al menos 900.000 euros invertidos, además de casi dos millones más procedentes de los fondos europeos que han tenido que ser devueltos. 

Son algunas de las grandes cifras –las que han trascendido– de un proyecto que ha sido archivado después casi una década, mucha documentación, diversos anuncios en prensa, modificaciones de crédito, decenas de alegaciones y miles de euros, de momento, a fondo perdido. 

Resulta que el conjunto arquitectónico proyectado que incluye balneario, hospedería y otras instalaciones previstas, está en una zona inundable y no puede autorizarse, aunque nadie parecía haberse percatado del matiz. 

Para conocer esta historia hay que situarse en Yémeda. Es un pequeño municipio de Cuenca que no llega a los 20 habitantes a orillas del río Guadazaón, un afluente del río Cabriel, en la cuenca del Júcar.   

Pese a su pequeño tamaño, la población conquense tuvo fama internacional desde el siglo XIX porque sus ‘baños’, a las afueras del pueblo, eran conocidos por las propiedades terapéuticas de sus aguas sulfuradas. Llegaron a recibir un premio en la Exposición Universal de París en 1878. 

La instalación cerró al público casi un siglo después, hasta que en 2015 el propietario cedió el inmueble al ayuntamiento para su rehabilitación y posterior explotación turística. En noviembre de ese año, el entonces presidente de la Diputación de Cuenca anunciaba que se invertiría medio millón de euros para una primera fase de rehabilitación.

Benjamín Prieto lo anunciaba acompañado del alcalde, Manuel Martínez Escribano. La Institución provincial destinaría “fondos propios” de cara a “recuperar patrimonio” y de paso incrementar el interés turístico de la provincia de Cuenca y en concreto, decía, “el turismo termal”. 

El alcalde se mostraba “muy satisfecho” y reclamaba a Junta de Comunidades sumarse a un proyecto que tildó de “beneficioso no solo para Yémeda y la provincia, sino también para la región”. Emiliano García-Page acababa de llegar entonces al Gobierno regional con el apoyo de Podemos. 

Se necesitaban al menos dos millones de euros. Se habló de varias fases. Las dos primeras para rehabilitar las tres instalaciones del complejo termal: la hospedería, el molino y el torreón. Después llegarían el equipamiento y el mobiliario con la intención de abrir en 2017. La Diputación aportaba 500.000 euros, aunque había que redactar el proyecto y que el ayuntamiento procediese a adjudicar la obra. 

Las obras fueron encargadas a la empresa catalana Arquima, especialista en “construcción pasiva, salud, sostenibilidad y máxima eficiencia energética”, según su página web. El proyecto contemplaba una ampliación de más de 1000 m² para dar cabida al uso hotelero del balneario. Comenzó en 2017 y lo terminó en apenas dos meses, así que se pasó a la siguiente fase en enero de 2018: redactar el pliego de condiciones para equipar y adjudicar el balneario.

Ya en junio de 2019 y tras la celebración de elecciones, el presidente de la Diputación conquense en funciones Benjamín Prieto y el alcalde firmaron un nuevo convenio por valor de 1,9 millones de euros. El documento especificaba que el Consistorio aportaba el proyecto de obra y la Diputación se hacía cargo de la contratación, ejecución y dirección de la última fase por importe de casi 1,9 millones. Un dinero procedente de fondos europeos del Programa Operativo FEDER de Castilla-La Mancha 2014–2020.

Hasta esa fecha la Diputación, bajo el Gobierno del PP, había invertido ya 900.000 euros, pero las elecciones cambiaron el Gobierno y la Diputación pasó a manos del PSOE. “Con fondos propios de la Diputación hay una subvención al Ayuntamiento por ese importe. Fueron licitados por el propio ayuntamiento, sin licencia de obras. Hay mucho hormigón, se hizo el sótano y se empezó a construir la segunda planta de lo que iba a ser el balneario. De la hospedería está el edificio que ni se ha tocado. Tampoco la torre”, explica Francisco López, actual responsable de Obras en la Diputación conquense.

En agosto, el nuevo Ejecutivo provincial presidido por el socialista Álvaro Martínez Chana aprobó una modificación de crédito para habilitar 84.000 euros. “Irán destinados al convenio que la Institución provincial firmó con el Ayuntamiento de Yémeda, dedicados a intervenir en el antiguo balneario”, explicaba una nota de la Diputación Provincial. Añadía que eso permitiría que “cerca de 1,5 millones del Programa Operativo FEDER de Castilla-La Mancha 2014-2020 puedan ejecutarse en este recurso turístico”.

En esa fecha ya se reconocía que la inversión prevista no serviría para finalizar el edificio y se anunciaba la intención de que la iniciativa privada pudiera participar económicamente en el proyecto. Los nuevos gestores de la Diputación consideraron “fundamental” que la gestión tuviera un “cariz profesional”.

“En la primera entrevista que tuvimos con el alcalde de Yémeda, sin saber que no había licencia de obras, le sugerimos que nos traspasara la titularidad para gestionar los fondos europeos, que eran finalistas, para el balneario además de buscar una empresa para la gestión”, explica Francisco López.

La idea no era mala. Estaba planteada para que el establecimiento hostelero pudiera ser de punto de partida para conocer otros atractivos como Las Chorreras del Cabriel, las pinturas rupestres o la arquitectura religiosa de la zona. “Es una zona muy deprimida y a los pueblos de la zona le puede venir muy bien para los puestos de trabajo”, apunta el diputado de Obras, que es además alcalde del cercano Campillo de Altobuey.  Pero no terminaba de cuajar.

En febrero de 2020 se supo que la Diputación había solicitado al Gobierno de Castilla-La Mancha una prórroga para el proyecto de ejecución y justificación del balneario. La Diputación hablaba entonces de “demoras” en los “informes sectoriales” por parte del Ayuntamiento y de que eso hacía “peligrar” los plazos de ejecución. También se recordaba que se tuvo que aprobar una modificación presupuestaria “para no perder los fondos europeos”. Nada más y nada menos que casi dos millones de euros.

“Al alcalde le pedimos la licencia de obras para poder hacerlo realidad”, comenta el diputado provincial, pero la Confederación Hidrográfica del Júcar no lo autorizó. “Hubo que devolver los fondos europeos y parar el proyecto”.

El alcalde de Yémeda no ha querido realizar declaraciones a elDiarioclm.es. Se ha remitido al Partido Popular de Cuenca. Y en la formación, su presidente provincial y expresidente de la Diputación, Benjamín Prieto, tampoco hace declaraciones, aunque sí responde a las preguntas, vía cuestionario.

El PP confirma que “la Diputación invirtió en uno de los edificios para dedicar un espacio precisamente al baño y espacios termales. Se ejecutó aquella fase y se dejó preparado un proyecto de cerca de dos millones de euros cofinanciado con fondos europeos en el que el ayuntamiento aportó la redacción del proyecto”.

Cuando preguntamos al PP conquense sobre la acusación de que la primera fase se ejecutó sin licencia de obras no responde a la pregunta, pero se muestra tajante para acusar a los socialistas. “Este proyecto se ha quedado sin ejecutar porque el gobierno actual de la Diputación a la que se le delegó las facultades de contratación y seguimiento no ha movido ni un solo dedo” y sostienen que debe ser la Diputación la que “asista” a un municipio tan pequeño. “Es la esencia pura de las diputaciones desde que se crearon a principios del siglo XIX: asistir económica y técnicamente a los municipios de menos posibilidades y habitantes”.

El PP desliza una falta de intención en terminar las obras. “Si hubiera intención de terminarlas, la Diputación habría ayudado a ello, porque esta situación no solo se está dando en Yémeda”. Apuntan a otros casos: Huete, Uña o San Clemente con otros proyectos de hospederías con obras inacabadas.  

¿Y la devolución de los fondos europeos por falta de ejecución? El PP echa balones fuera y dice que “Yémeda ha sido una víctima más de la desidia, el abandono y de la falta de iniciativa del Gobierno socialista de la Diputación de Cuenca”.

Los ‘populares’ creen que el actual equipo de gobierno “debería de avergonzarse por haber llegado a estos extremos. El presidente el primero y el resto del equipo de gobierno después. Realmente lo que tenían que haber hecho es buscar soluciones y no excusas”. El PP conquense  les afea que Yémeda “un pueblo pequeño asolado por la despoblación”, haya perdido una oportunidad de reactivar una inversión que hace años le dio riqueza y prosperidad económica“.

El actual equipo de Gobierno en la Diputación se defiende y carga contra el presidente del PP Benjamín Prieto que entonces dirigía la Institución provincial. “Si tú das 900.000 euros de subvención y no te preocupas…”, y a eso le suma otras dudas sobre los fondos europeos solicitados. “¿En qué querían invertir después los 1,8 millones de euros? ¿Cuadraba en el proyecto? ¿Faltaba dinero? Es que se hicieron las cosas como se hicieron”, insiste el diputado socialista.

Entendible de cara al ciudadano no es. Se ha tirado casi un millón de euros

En este asunto ni PP ni PSOE reconocen tener la culpa. Ni en el gasto cercano al millón de euros que se ha perdido en un edificio sin uso, ni en la devolución de fondos europeos, ni en por qué nadie se percató de que el proyecto no iba a pasar el filtro de la Confederación Hidrográfica del Júcar. “Hace poco entré al edificio y el sótano estaba lleno de agua”, comenta el diputado de Obras en la Institución provincial.

“Entendible de cara al ciudadano no es. Hay 900.000 euros enterrados allí que los ciudadanos no han recibido por ningún lado”, reconoce el diputado. ¿Se ha tirado el dinero?, le preguntamos. “Un millón de euros”, responde Francisco López, que carga contra el ayuntamiento. “La última cosa es de la semana pasada. La empresa que construyó no ha cobrado. Me dicen los abogados de la Diputación que van a embargar los pocos o muchos bienes que tenga el Ayuntamiento de Yémeda. Dinero había, si la obra ya salió por más… Eso no lo sé”. Un extremo que no ha podido confirmar elDiarioclm.es tras preguntar a Arquima, la empresa que rehabilitó parte del complejo y que no había dado su versión a la hora de cerrar este reportaje.

“Si el alcalde nos hubiese dejado a nosotros probablemente se hubiese podido plantear otra cosa, pero es que es propiedad del ayuntamiento y nos dijo que quien lo donó puso como condición que se lo quedase el ayuntamiento”, asegura Francisco López, aunque la Diputación no se plantea ninguna medida legal contra el Consistorio.

El proyecto quedó archivado el 1 de julio de 2022 tras no pasar la evaluación ambiental que practica la Consejería de Medio Ambiente y se hizo efectivo en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha de 14 de julio. La Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de Cuenca declaró la “imposibilidad de continuar el procedimiento de evaluación ambiental del expediente”.

La causa estaba clara. Dos informes de la Confederación Hidrográfica del Júcar advirtieron de que “la actuación proyectada supone una ocupación no autorizable de la zona de servidumbre fluvial y, posiblemente, del dominio público hidráulico” porque “se trata de una actividad vulnerable frente a las avenidas”, porque además supondría “una reducción significativa de la capacidad de desagüe de la vía de flujo preferente y finalmente ”por no quedar acreditada la existencia de derechos al uso del agua para atender las necesidades asociadas al proyecto“.

La Confederación del Júcar, tajante: “No es autorizable”

Desde el PP no lo comparten y culpan al Gobierno de Emiliano García-Page. “No es comprensible que la Junta utilice esta argumentación para paralizar un proyecto tan importante para este municipio y su comarca” y sostiene que “la función del Gobierno regional es la de participar en el desarrollo de los municipios, ayudarles a solucionar sus problemas o los supuestos impedimentos que surjan en sus proyectos”.

El balneario estuvo activo y lleva allí decenas de años, antes de que dejara de funcionar. Es responsabilidad de la Junta y de la Diputación, no de un Ayuntamiento de menos de 50 habitantes

El PP deja una pregunta en el aire. “El balneario estuvo activo y lleva allí decenas de años, antes de que dejara de funcionar. ¿Entonces no había problemas de impacto medioambiental? ¿Curiosamente surgen ahora, cuando se quiere reimpulsar el proyecto? Es responsabilidad de la Junta y de la Diputación, no de un Ayuntamiento de menos de 50 habitantes, buscar una alternativa y un uso a estos bellos edificios que forman parte del patrimonio conquense”.

Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar responden con claridad a la pregunta del PP conquense. “Las instalaciones que se pretenden rehabilitar se encuentran en estado de abandono”. No se han utilizado en años, así que, aclara el organismo de cuenca a preguntas de elDiarioclm.es, “aunque su construcción sea previa a la entrada en vigor de la actual legislación aplicable, se considera como nuevo uso los fines termales y hosteleros para los que se pretenden emplear, tratándose de una actividad claramente vulnerable frente a las avenidas y, por lo tanto, no autorizable”.

Y además no es posible subsanarlo porque, añade la Confederación del Júcar, “la ubicación actual el proyecto planteado no es conforme al Real Decreto legislativo 1/2001 de 20 de julio de la Ley de Aguas, ni al Reglamento del Dominio Público Hidráulico de 11 de abril de 1986”.