Apenas dos días antes de la riada que asoló la pequeña localidad de Letur, en Albacete, el grupo scout Balate de Mula (Murcia) levantaba el campamento del camping de la localidad y se volvía a su pueblo. Todo lo que visitaron esos días, “ya no existe”. “Es irrecuperable”, explica Raúl López, miembro del histórico grupo que tiene casi medio siglo de vida. Por eso, decidieron volver, esta vez no para disfrutar, sino para ayudar.
El camping de la localidad no ha sufrido tantos daños, pero sí requería ayuda en la limpieza del cauce del arroyo. Una docena de personas se dirigió a la localidad en cuanto fue posible, motosierra en mano, para ayudar en la limpieza de un lugar que necesitará todavía mucho tiempo y recursos para volver ser lo que era.
Santi Piquero es uno de los dueños del camping. No ha bajado al pueblo desde que ocurrió la riada. “Estamos todos jodidos”, resume el albaceteño, que llegó al “pueblo más bonito de Castilla-La Mancha” hace dos años. “Lo más duro” para todos está siendo asumir el fallecimiento de Mónica, la limpiadora del recinto, que era una de las seis personas desaparecidas en la localidad. Cuando cerramos esta información, su fallecimiento no es todavía oficial.
“No es solo por las casas y las pérdidas que hemos sufrido. Es por la gente que se ha ido. Nos conocemos todos. Y esto es algo doloroso para el pueblo, que es uno de los más bonitos”, asegura Piquero. Mónica era natural de la localidad de Molina de Segura, en Murcia.
El grupo scout no dudó en ponerse en marcha para ayudar, como hacen siempre con las catástrofes, pero conmovidos especialmente por el vínculo que les une al recinto y en concreto con la situación de la familia de Jonathan y Mónica, ambos desaparecidos en la riada. Tenían dos hijos de 12 y ocho años. “Nos teníamos que implicar un poco más con Letur”, asegura Raúl López. Lo primero que hicieron fue llevar seis palés de mercancía, que entregaron directamente al Ayuntamiento para ayudar a alimentar a las decenas de voluntarios que se han volcado con la localidad. Otros cinco palés llegaron desde Mula a Alzira, en la Comunidad Valenciana.
Además del envío de comida, una parte del grupo se puso en marcha para ofrecerse voluntario en las labores de limpieza, unas doce personas acudieron a limpiar las zonas de alrededor del camping y los nacimientos de agua. “Todas las fuentes de Letur estaban obstruidas de fango y si no las limpias, el agua sale, por otro lado, y se pierde”, explica Raúl. Dos días quitando árboles y leña. “Un desastre”, resalta. Y siguen a la espera de que les comuniquen cuando pueden volver, una vez se abra el centro de la localidad, que permanece cerrado por los peligros de desprendimiento y de derrumbe de las casas.
En el camping, explica López, se ha destrozado el puente que comunicaba las dos zonas del recinto, entre otros daños. “Pero ya se limpió y saneó el cauce del río. Todavía queda mucho que trabajar a nivel de inversión”. Los dueños del lugar abrieron las instalaciones, duchas y zonas de alojamiento, para las personas que acudieron al pueblo a ayudar. También ha servido de punto logístico para dar de comer a los voluntarios.
La ola de solidaridad que recibió el pueblo durante los primeros días de la DANA hizo que el ayuntamiento se viese obligado a pedir que no enviasen más suministros. Sí han abierto una cuenta bancaria específica para recibir donaciones económicas que apoyen la reconstrucción de la localidad. “Ante la avalancha de llamadas de toda España debido a la catástrofe ocurrida en nuestra localidad el pasado martes día 29, el Ayuntamiento de Letur agradece profundamente la enorme muestra de solidaridad y apoyo recibida de parte de la ciudadanía, empresas y organizaciones”, explicaba el alcalde de la localidad, Sergio Marín.
"Entre los valores que promovemos está el compañerismo, ayudar al prójimo en cualquier circunstancia con un ánimo de lucro cero y dejar las cosas mejor que las encontramos.
“Entre los valores que promovemos está el compañerismo, ayudar al prójimo en cualquier circunstancia con un ánimo de lucro cero y dejar las cosas mejor que las encontramos. Esos son nuestros valores, que inculcamos a los críos desde que empiezan. Yo empecé con siete años, tengo 45 años, y eso es lo que transmito. Hay gente que dice que somos un poco frikis. Que cada uno opine lo que quiera”, reflexiona Raúl López. La localidad de Mula bautizó uno de sus parques con el nombre de la agrupación, Balate, que se encuentra, justamente, en la calle del Voluntariado.
Este es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha y ahora se ha quedado un desierto. No he bajado ni quiero bajar, porque me imagino qué pasará
También acusan la sacudida emocional de ver un lugar tan destrozado. “Se ha quedado completamente arrasado y es un impacto muy severo. Ves las fotos de los niños en el parque, precioso y luego ves todo roto, es como una película de terror. Le hemos explicado a nuestros hijos que los lugares donde se hicieron fotos ya no existen”, reflexiona el scout. Los representantes de la agrupación dejaron una pañoleta en su recuerdo. “Ha sido algo muy emotivo”.
Santi Piquero, uno de los dueños del camping, agradece las muestras de ayuda que no solo han llegado desde Mula, sino también de Sevilla, Tarragona, Granada, gente que ha estado al pie del cañón desde el “minuto uno”. “Pero lo llevamos como podemos la verdad”, reflexiona. “Este es el pueblo más bonito de Castilla-La Mancha y ahora se ha quedado un desierto. No he bajado ni quiero bajar, porque me imagino qué pasará... Si ya tengo el nudo aquí, no me lo quiero ni imaginar”, concluye, emocionado.