El histórico conflicto fronterizo entre Aragón y Castilla-La Mancha que puede cambiar el mapa de España
“El Entredicho”. Con este nombre tan propio para la ocasión se bautizó al monte público que, dividido prácticamente por la mitad, marca un trozo de territorio entre las provincias de Teruel y Cuenca y que ha provocado uno de los conflictos fronterizos entre autonomías más enquistados de España.
Desde finales del siglo XIX constan actas de disconformidad entre la localidad turolense de Albarracín y la ciudad de Cuenca, derivadas de un contencioso por hacerse con esas 2.000 hectáreas de terreno y delimitar definitivamente el límite provincial.
El río Tajo es el que históricamente ha delimitado la frontera entre ambas provincias, pero atraviesa por la mitad el mencionado monte de titularidad y gestión aragonesa, cuyo aprovechamiento agrícola y forestal, en su totalidad, ha realizado hasta ahora el municipio de Albarracín, en Teruel.
Es el motivo por el que a finales del siglo XIX esta localidad inició el litigio con las autoridades locales de Cuenca para exigir el desplazamiento de esa línea del mapa, de manera que todo el monte al completo pasara a formar parte de Albarracín, y por tanto de Teruel y de Aragón.
La administración conquense nunca ha estado de acuerdo con esta exigencia y ha defendido el cauce del Tajo como su límite natural. Ni siquiera el mapa provincial marcado por la Constitución Española en 1978 dio solución a este conflicto. Simplemente lo obvió y con ello dejó vigente el marcado por el río Tajo.
A lo largo de todos estos años desde que se iniciase el conflicto ha habido a algunos acuerdos entre las partes con respecto a los puntos de delimitación entre ambos municipios, pero se mantiene el litigio mayor, el del monte público 'El Entredicho'.
Ahora es posible que una solución incline la balanza a favor de Albarracín. Hace dos años, el conflicto se puso en manos del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este organismo, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha elaborado un informe a petición del de Política Territorial y Memoria Democrática, el departamento que está intentando solucionar la cuestión.
La decisión de que fuera este organismo quien mediara se produjo tras la enésima reunión (y enésimo desacuerdo) entre los dos ayuntamientos para llegar a un acuerdo sobre el deslinde, en abril de 2022.
En ese momento, el Ayuntamiento de Cuenca defendió que el “fenómeno físico” que debía marcar la división fuera el “accidente geográfico más importante de la zona”, es decir, el nacimiento del río Tajo. Albarracín, por el contrario, volvió a pedir que se priorizara la propiedad y la gestión del monte, en sus manos desde el siglo XIX. Ambas posturas se han mantenido hasta el día de hoy.
De este modo, se inició el procedimiento de resolución del litigio, dejándolo en manos del IGN como estamento administrativo mediador superior. Y ha dado la razón a Albarracín. Su alcalde, Daniel Úbeda, del Partido Aragonés (PAR), explica a elDiarioclm.es que el informe concluye que la línea administrativa de división provincial debe coincidir con los montes de utilidad pública. Es decir, “debe ser la montaña”.
El límite lo marca el borde exterior del monte
“Hasta ahora el monte en cuestión se partía por la mitad y no por el límite exterior. Ahora esta propuesta de resolución determina que Albarracín ha ejercido siempre la jurisdicción sobre esos terrenos sin que el Ayuntamiento de Cuenca se opusiera. El límite por lo tanto lo marca el límite exterior y no es necesario partirlo en dos porque vaya por medio el río”, subraya.
En sus conclusiones, el informe de este organismo también determina que con ello aplica doctrina del Tribunal Supremo y dictámenes del Consejo de Estado. “Aunque es una propuesta no vinculante, me imagino que con esos antecedentes, lo tendrá todo bien atado y está bien argumentado”.
Por su parte, el alcalde de Cuenca, el socialista Darío Dolz, ha anunciado que el Gobierno municipal va a recurrir esa resolución. El Ayuntamiento mantiene su postura de que sea el río Tajo quien marque el límite provincial. “Lo que el Instituto Geográfico Nacional quiere es cambiar los límites de nuestro término municipal, de la provincia y de Castilla-La Mancha. Y nos oponemos”.
Dolz precisa que la base argumental de la propuesta de este organismo es que en 1926 el monte 'El Entredicho' se inscribió a favor de Albarracín. “No nos oponemos a esa titularidad, pero sí al límite del término municipal, provincial y autonómico, porque el cauce del río tajo es inalterable al transcurso de los tiempos y ahí debe marcarse”.
A partir de este momento, serán los servicios jurídicos del Gobierno central los que tomen cartas en este conflicto administrativo. De hecho, si así lo considera la Abogacía del Estado, el Consejo Consultivo y el Consejo de Estado, aunque sus resoluciones no son vinculantes, la cuestión puede llegar al seno del Consejo de Ministros para su debate.
Por ahora, la balanza se inclina hacia un hecho: que Aragón sea (un poco) más grande y Castilla-La Mancha (un poco) más pequeña.
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