Facultades universitarias de toda España retransmiten este miércoles la videoconferencia 'La Universidad ante el genocidio', que ofrecerá Francesca Albanese, relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas. Se trata de una conferencia online sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos.
La experta ha publicado recientemente su informe 'Anatomía' de un genocidio', y compartirá con la comunidad universitaria un análisis de la situación en la franja de Gaza y Cisjordania. “Es limpieza étnica a través de medios genocidas”, explicaba en una entrevista de elDiario.es en enero de este año.
La Facultad de Trabajo Social de Cuenca ha aprovechado la iniciativa organizada por la Red Universitaria por Palestina para organizar una jornada propia por la paz, aunque la Universidad de Castilla-La Mancha no forma parte de esta red. De esta manera, el departamento conquense ha organizado una presentación que incluye la intervención de Albanese, un coloquio con el estudiantado y una 'performance' que denunciará la situación en Gaza, de la mano del alumnado de la asignatura Animación Sociocultural.
El profesor Emilio Gómez Ciriano, que ha liderado proyectos de investigación relacionados con migración y asilo y es miembro de la Asociación Europea de Investigación en Trabajo Social, explica que el centro conquense ha estado “siempre comprometido” con la defensa de la dignidad de las personas y los derechos humanos. “Por eso, cuando están en peligro, hemos de estar muy atentos y atentas”, señala.
Y no solo ante la situación de los territorios palestinos, explica, sino también ante lo que ocurre en Ucrania o en el caso de las personas que llegan a las orillas de las costas europeas “y no son atendidas”. “Son situaciones que nos afectan y nos preocupan”, explica Gómez, no solo a nivel personal, sino también como institución universitaria. “Por eso queremos escuchar a la relatora y compartir sus conclusiones con el alumnado”, señala.
“Creemos que es importante escuchar lo que tenga que decir [Albanese]”, insiste Gómez Ciriano, que también enfatiza que se trata de un acto interno y que la universidad no está dentro de la Red Universitaria por Palestina.
“En el ámbito del trabajo social, lo que hacemos es apostar por la defensa y la promoción de los derechos humanos y, obviamente, lo que pasa en Palestina no nos puede dejar indiferentes. Es para eso que impulsamos la jornada, para sensibilizar”, explica el docente.
“La defensa de los derechos humanos es algo transversal en nuestras clases. Somos una facultad muy comprometida, como no podía ser de otra manera”, defiende Gómez Ciriano, que resalta que esta defensa no solo se refiere a lo que ocurre en el conflicto entre Gaza e Israel, sino a “todo lo que tiene que ver con los conflictos” alrededor del mundo.
Es por eso que han decidido organizar la jornada por la paz, porque “como ciudadanos y ciudadanas, nos afecta que el mundo esté en esta situación”, señala el docente. También, defiende que es este el concepto de universidad que se quiere promover desde la Facultad, especialmente para los futuros profesionales del Trabajo Social. “No queremos formar a gente que dispense prestaciones, sino que ayude, promueva y defienda los derechos humanos”, zanja.
De este modo, añade que trabajadores y trabajadoras sociales no son “controladoras del descontento social”, sino que deben ser promotores de los derechos humanos. “Y la formación de estos promotores debe hacerse conociendo dónde se vulneran”, advierte.
Y esto solo se puede hacer teniendo la defensa de los derechos humanos y civiles “hasta el tuétano”. “Y así también lo entiende y lo promueve el mismo alumnado”, asevera el docente, que resalta que se trata de estudiantes que son “creativos” y con “potentes ideas”.
Esta misma semana, la Organización de las Naciones Unidas anunciaba el inicio del proceso para el reconocimiento de Palestina como Estado miembro de pleno derecho y no como mero observador. Esta nueva calificación podría dilatarse varias semanas y para que la petición de Palestina llegue a buen puerto, antes se necesita que nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad la apoyen, y que ninguno de los permanentes la vete.