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Las jóvenes y la construcción de Europa: “Irnos de Erasmus no es lo que nos preocupa de cara al futuro”

Involucrar. Conectar. Capacitar. Son tres de los ámbitos en los que se basa la estrategia de la Unión Europea para la Juventud, con el horizonte 2027. Pero la relación entre los y las jóvenes y Europa va mucho más allá.

Se parte de la base de que no existe una definición universalmente aceptada para definir “juventud”, como explican. Pero como hacen falta valores concretos, la institución define como 'jóvenes' a quienes tienen entre 16 y 29 años. Y de este modo, hay más de 74 millones en los países miembros, siete millones de los cuales viven en España.

En la misma estrategia planteada por la Unión Europea se habla de la necesidad de animar a la juventud a convertirse en una ciudadanía activa, que mueva elementos de cambio positivo para sus comunidades. La pregunta realmente es cómo lograr que la ciudadanía más joven se implique en la construcción del concepto Europa.

Los desafíos son inmensos para una generación que ha convivido con dos crisis recientísimas: la provocada por la cCOVID-19 y la posterior relacionada con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Europa lleva años avisando de que la generación actual de jóvenes es la primera con riesgo real de tener condiciones de vida peores que las de sus padres. 

Echo en falta que alguien se preocupe de que no podemos vivir solos porque los salarios no suben

Cristina Vallejo fue una de las jóvenes elegidas dentro de la representación juvenil española para acudir al Parlamento Europeo en abril de este año para la celebración de la Semana de la Juventud. Es de Ciudad Real y su balance de la experiencia es agridulce, eso sí. “Creo que no siempre quieren que hablemos mucho. No pararon de explicarnos lo que era el Erasmus Plus o las prácticas Erasmus. Y claro, hay gente que quiere irse de Erasmus, pero no es lo que nos preocupa de cara al futuro”, reflexiona esta trabajadora social de 25 años.

El principal problema al que apela Vallejo es al de la vivienda. “Echo en falta que alguien se preocupe de que no podemos vivir solos porque los salarios no suben”, reflexiona. Y en eso coincide con Carmina Nístor, vicepresidenta de Seminarios y Conferencias de ELSA Castilla-La Mancha, una asociación de estudiantes de Derecho, que esta semana y coincidiendo con la celebración del Día de Europa participaba en una mesa redonda sobre el papel de la juventud bajo el lema 'La Unión Europea en la encrucijada', dentro de unas jornadas organizadas por el Centro de Estudios Europeos 'Luis Ortega Álvarez' de la Universidad de Castilla-La Mancha.

“Somos nosotros los que estamos trabajando en forjar nuestro futuro con problemas que nuestros padres no tuvieron, con tantas trabas incluso para comprar un piso, para tener un hogar”, explica Nístor tras su exposición en la universidad.

Por eso, ambas jóvenes, apelan a conocer exactamente qué es lo que se vota en las próximas elecciones de junio. “Es súper importante que sepamos qué vamos a votar, porque luego no podemos quejarnos de cómo se están tomando las decisiones”, explica Vallejo.

El ejemplo de Moldavia

Durante la ponencia que ofreció al alumnado de Derecho, Carmina Nístor explicó el ejemplo de Moldavia, un país que es candidato a entrar en la Unión Europea, precisamente debido a la implicación de los jóvenes. “Ha sido el espíritu de los jóvenes moldavos el que ha hecho que llegue la idea de Europa”, aseguró durante su ponencia. Pero, a la vez, reconoce que existe un gran desconocimiento sobre lo que es realmente la Unión Europea y su labor en el continente.

Nuestra generación debe ser consciente de que los jóvenes necesitamos una representación en estas instituciones, empezando por los votos porque nada nos asegura tener una calidad de vida digna

Aunque la participación de los menores de 25 años en los comicios europeos no ha hecho más que crecer, Nístor reflexiona que lo que ocurre realmente es que las personas más jóvenes prefieren hacer “otras cosas”, que les “convengan más” en su vida personal que implicarse en este tipo de instituciones. Ella misma fue parte de un partido político de Rumanía, de donde viene originalmente. “Trabajé mucho tiempo para intentar acabar con la corrupción. Pero al final, diciéndolo mal, me asqueé de tener que chocarme siempre con la misma pared”, explica esta joven estudiante de Derecho de 23 años.

Cree que la Unión Europea, desde su punto de partida, se ideó como una entidad basada en “los sentimientos de generaciones”, que se van pasando el testigo para construir una Unión “más justa”.

Escribir su propia historia

Mientras, Cristina Vallejo afirma que lo principal a la hora de hablar de juventud y de Europa es que “nuestra generación debe ser consciente de que necesitamos una representación en estas instituciones, empezando por los votos porque nada nos asegura tener una calidad de vida digna”. Lo dice desde su propia experiencia, con dos carreras, un máster y varios trabajos.

“A diferencia de otras elecciones, creo que lo que sí hay es mucho desconocimiento en cuanto a la gran variedad de partidos que hay. Por eso tenemos que ir mucho más allá”, afirma, porque “verdaderamente podemos cambiar las cosas desde aquí”.

Su reflexión va más allá, especialmente tras su experiencia en el Parlamento Europeo. “Estoy muy agradecida, pero veo el dinero que se gastó para que durmiese en un hotel de lujo, la hipocresía que vi con el cambio climático. Mucha academia, y muy poco terreno. Vi a muchos expertos que vinieron a hablar de la importancia de las abejas y mi familia es apicultora. Y lo que digo es que no han castrado un panal en su vida”, asegura.

Carmina recuerda que hay partidos plagados de presencia joven a lo largo de Europa. “Son quienes de verdad buscan un cambio, jóvenes súper concienciados con el cambio climático, la lucha por la igualdad, por la libertad sexual. Porque ven que si no salen a hacer las cosas ellos, nadie más las va a hacer”, resalta. Fue su experiencia también en la política.

Explica que no solo se trata de ir a votar, sino de ser “parte” del Parlamento Europeo, de participar en las posibilidades que ofrece. “Somos los jóvenes los que desafiamos las estructuras tradicionales y abogamos por un cambio significativo”, concluye.

Vallejo tiene una advertencia para acabar: “Quien no conoce la historia está condenada a repetirla”. Y amplía. “No nos damos cuenta de que lo local también desemboca en lo global y que las decisiones no solo se toman aquí. Si no votas a alguien que no sea capaz de entender que no todo el mundo tiene las mismas capacidades adquisitivas y que no todos nacimos en cuna de oro, por supuesto que avanzará la derecha”.