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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Mary huyó de las torturas en Mozambique y busca ayuda para recuperar su dignidad física y mental

Llegó a Toledo hace un par de años. Mary es de Mozambique, un país del que salió huyendo para alejarse de la violencia extrema de la guerra. Ella es la única superviviente de su familia y todavía trabaja con una psicóloga para superar los traumas vividos. Le arrancaron 14 de sus dientes. Fue, dice, “a sangre fría”. Un método de tortura más en el país.

Ahora ha lanzado una campaña de crowfunding con el objetivo de recaudar los 10.000 euros que necesita para la intervención de reconstrucción dental.

“Es un poco incómodo. No son solo las molestias físicas, son también los recuerdos”. Necesita una reparación bucal y pide ayuda ciudadana. “Llevo tiempo ahorrando pero es un presupuesto muy alto”, apunta Mary que vio “una puerta de esperanza” en otra campaña similar que reclamaba ayuda en redes sociales y que le animó a lanzar la suya para recuperar la dentadura.

La intervención, tal y como destaca en la campaña, es de carácter urgente puesto los huesos se retraen con el paso del tiempo y disminuye las posibilidades de éxito. Ahora usa una placa para poder comer pero le está dañando las encías y le está causando infecciones.

Una emergencia sanitaria

“No se trata de una petición estética, superficial, ni un capricho. Se trata de una emergencia sanitaria básica”, recoge el texto con el que lanzó esta campaña de micro mecenazgo que cuenta ya casi una veintena de colaboradores.

Mary vive de alquiler en un piso compartido y trabaja actualmente por horas en el sector hostelero, lo que no le permite tampoco ahorrar el suficiente dinero para los implantes dentales. Aparte de las molestias físicas que tiene, la falta de dientes le genera recuerdos que le hacen “daño emocionalmente”. “Voy a intentarlo por más que no consiga lo que me piden”, señala, al tiempo que recuerda las dificultades que ha tenido para encontrar un empleo pese a cumplir con los requisitos de las ofertas en las que se interesaba.

Aparte de su trabajo, en el que se siente “muy cómoda”, está estudiando un ciclo formativo de automoción y sacándose el carné de conducir con la ayuda de la ONG con la que también continúa haciendo terapia. “Estoy super agradecida por el apoyo que me dan para encontrar trabajo y por la atención psicológica. Están conmigo prácticamente todos los días”, destaca sobre la ayuda que tiene de la organización, con la que participa en distintas actividades e iniciativas.

Seis idiomas y sueños por cumplir

Además de portugués -idioma oficial de Mozambique-, Mary habla otras dos lenguas nativas de este país africano, zulú -el cual aprendió en Sudáfrica, donde se trasladó tras huir de Mozambique- inglés y castellano. Antes de venir a España también se graduó en Ciencias Políticas, pero el horror y el terror que vivió en su país de origen le han hecho también “odiar” la política.

Mary trata ahora de rehacer su vida recuperando su autoestima física y mental, con ayuda ciudadana. En un futuro, afirma que le gustaría ser programadora informática o divulgar sobre Geografía, otra de sus pasiones.