En Castilla-La Mancha los matrimonios religiosos han disminuido en 16 puntos porcentuales, según los datos del reciente estudio 'Matrimonios en España', realizado por la escuela de negocios TBS Education-Barcelona. Mientras que en 2013 un total del 44% de las bodas fueron de carácter religioso, este tipo de casamientos representan actualmente un 28%. Sin embargo, el número de bodas religiosas se ha encontrado siempre por encima de la media española (32% en 2013 y 19% en 2022).
En cuanto a los matrimonios civiles, se ha experimentado un aumento progresivo en el número de celebraciones de este tipo en la comunidad castellanomanchega. En 2013, el 56% de los casamientos que se celebraron fueron de índole civil, cifra que aumentó hasta el 72% en 2022. A pesar de estos datos, las nupcias civiles se han encontrado por debajo de la media española durante todos los años analizados en el estudio 'Matrimonios en España'.
Si comparamos la tendencia castellanomanchega con la de otras comunidades autónomas, como por ejemplo, la Comunitat Valenciana, donde el número de casamientos religiosos (25% en 2013 y 14% en 2022) siempre se ha situado por debajo de la media española, Castilla-La Mancha ha tenido un salto más pronunciado hacia las nupcias civiles, experimentando un aumento de 16 puntos porcentuales.
No obstante, cabe destacar que, aunque con ritmos distintos, todas las comunidades han experimentado una transformación que denota cada vez más una tendencia creciente hacia el matrimonio civil.
¿Tiene que ver con los ingresos?
El doctor Edgar Sánchez, profesor colaborador de TBS Education-Barcelona y experto en el Comportamiento del Consumidor y Neuromarketing, ha investigado si el tipo de casamiento tiene que ver con el PIB per cápita y ha concluido que, en un 47% de las comunidades autónomas, la correlación es alta. Esto significa que “aparentemente, si las personas tienen más ingresos, se casan más por el rito civil, aunque debemos tomar esta conclusión con cautela, ya que el PIB no es un indicador genuino de los ingresos”.
Según el estudio, España tiene una de las ratios de casamientos más bajas de toda la Unión Europea: los últimos datos demuestran que, en la última década, en España ha habido un promedio de 3,3 bodas por cada mil habitantes, mientras que la media europea se ha situado en los 4,1.
Por contra, países como Alemania siempre han mantenido una ratio superior a la media, llegando incluso a los 5,4 casamientos por cada mil habitantes, tal y como pasó en el año 2018. Según explica Edgar Sánchez, “aunque los matrimonios están en auge, las ratios son bajas debido al descenso de la población”.