Moisés Fernández es madrileño y padre de una niña de cinco años. Desde hace dos meses y medio es uno de los pacientes del Hospital Nacional de Parapléjicos en Toledo. Estaba reparando una ventana, en un quinto piso, perdió el equilibrio y cayó al vacío a 15 metros de altura.
“En un segundo cambia tu vida. He tenido mucha suerte de estar vivo porque no me golpeé la cabeza, pero se rompieron muchos huesos”. Pasó un mes en coma. Hoy lucha para volver a caminar.
Su vida ha cambiado radicalmente. “Estoy fuerte de mente”, asegura, pero reconoce que lo más duro es “estar lejos de su familia, levantarse cada día y seguir adelante”. La rehabilitación física y mental en este centro de referencia nacional es larga y requiere continuidad e intensidad. A diario. Hay pacientes de cualquier lugar de nuestro país. Muchos de ellos con lesiones medulares muy graves. A veces, irreversibles.
Su testimonio se escuchaba esta semana en una jornada sobre la prevención de caídas en altura en el sector de la Construcción, organizada por UGT. Bajo el lema ‘Elevando la seguridad, protegiendo vidas’, se ha celebrado en las instalaciones del Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo.
“Hay que tener mucho cuidado, no tomas las medidas necesarias y las consecuencias son durísimas”, relataba Moisés. Todavía no sabe cómo plantearse ahora su vida. “Tengo la esperanza de andar y de volver a subir escaleras. El piso donde vivo las tiene”.
Silvia Ceruelo, médica y jefa de la sección de rehabilitación del hospital, comenta que el centro es “una pequeña burbuja para preparar a los usuarios frente a un mundo completamente hostil”, tras sufrir un accidente de estas características. “Tienen muchos frentes abiertos que han de ir resolviendo”.
También recuerda a las empresas que “los riesgos laborales están ahí. Las medidas de prevención tienen que ser impolutas”. Es una reflexión que comparte Moisés. “No hay que fiarse de uno mismo. Tened mucho cuidado y tomad todas las precauciones posibles”.
La doctora subraya además la importancia de que las administraciones públicas “visibilicen este tipo de lesiones y ofrezcan formación en cosas tan básicas como los primeros auxilios”.
“En este hospital nos damos con la realidad de bruces”, dice Pilar Ituero, la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT FICA. Solo en Castilla-La Mancha, el sector de la construcción acumula un 15% de la siniestralidad laboral.
“No vamos a consentir incumplimientos a la ley de prevención de riesgos laborales que supongan menoscabo de la seguridad y salud de los trabajadores”, dice el delegado de Empresas del Gobierno de Castilla-La Mancha en Toledo, Julián Martín. “No me cuadran las cuentas: si el trabajador está formado, si la empresa pone medidas… ¿Por qué tenemos cifras tan escandalosas? Algo hacemos mal y es que la ley de prevención de riesgos laborales desgraciadamente no se cumple”, apostilla Ituero.
Cita un estudio de Instituto Nacional de la Seguridad Social que examinó las caídas en altura entre los años 2014 y 2018 en España. Se analizaron 965 accidentes. Un 90% tuvieron consecuencias graves para las personas afectadas, el 10% restante acabaron en muerte. “El 50% de los casos ocurrieron durante la construcción de edificios y la otra mitad en obra especializada. Quienes más lo sufren son los albañiles y afines. Después, los peones de construcción”. Para la sindicalista “la ley no se cumple porque se detectaron ausencias o deficiencias en la protección colectiva”. Un 11% no tenían medidas preventivas o el método de trabajo era inapropiado. Y eso también afecta a los autónomos.
Al perfil profesional se suma otro rasgo habitual. “Se trata sobre todo de personas entre 50 y 55 años y más del 50% de los accidentados llevaba menos de un año en la empresa”. Es otro de los datos del estudio.
Tras el boom inmobiliario de otros tiempos, el sector ha envejecido. No hay relevo generacional porque más del 70% de los trabajadores son mayores de 45 años.
En el ámbito de la construcción se presta ahora especial atención a lo que está pasando con las obras en las cubiertas de los edificios. “El estudio nos dice que algo está pasando en las obras en cubierta donde más accidentes graves y mortales se producen”. En Castilla-La Mancha se han producido 4.246 accidentes con baja en jornada como consecuencia de una caída desde 2019. Van 351 en este 2024.
Francisco Javier de la Cruz González, coordinador regional de Seguridad y Salud Laboral en la Junta castellanomanchega analiza los factores clave y las causas subyacentes. No solo hay desconocimiento del riesgo o una baja percepción del peligro, sino todo un cóctel de razones peligrosamente combinadas que incluye la baja concentración en el trabajo, la improvisación y falta de planificación en las tareas, el exceso de confianza o incluso las prisas en la faena.
Si a eso se suma una ausencia de medios de protección colectiva e individual, de recursos preventivos o de vigilancia de los trabajos pueden ocurrir que se contabilicen, como así ha sido, 72 accidentes graves o mortales en Castilla-La Mancha entre los años 2020 y 2024, por caídas en altura en el sector de la construcción.
De la Cruz aboga por “un cambio del lenguaje que se traduzca en cambio de atención y percepción del riesgo” y subraya que en prevención de los riesgos laborales “hay soluciones técnicas suficientes y más. Si se quiere se puede”. Sobre todo teniendo en cuenta que existen ayudas públicas para la empresa que cubren hasta el 50% de los costes de elementos de seguridad y salud laboral dentro del programa 'Castilla-La Mancha más segura'.
“Tenemos que hacer entender a las patronales que esto tiene que evolucionar”, dicen desde UGT. La innovación en este terreno también se abre paso. Mario Segura, responsable de Seguridad y Salud Laboral de la Fundación Laboral de la Construcción en Castilla-La Mancha, facilita demostraciones prácticas de simuladores de realidad virtual para la prevención de caídas en altura. Ya es posible ofrecer formación a través de este sistema.
En este terreno, las pymes y micropymes son uno de los talones de Aquiles del sector. “Es complicado” hacer seguimiento de si se cumple o no con la prevención, reconoce Sergio Estela, secretario nacional del sector de la construcción y minería UGT- FICA aboga por que “formación y evaluación de riesgos de manera continua, incluyendo a las empresas más pequeñas”.
Raúl Alguacil es secretario general de UGT-FICA Castilla-La Mancha y reivindica la figura del delegado territorial en materia de prevención de riesgos laborales “para las empresas que no tienen representación sindical”.
La Inspección de Trabajo es muy importante, funciona muy bien pero no hay recursos. Pedimos que se potencie
Pero los retos y prioridades no solo pasan por la formación, la capacitación continua o el reciclaje formativo como algo complementario. “Lo queremos meter por convenio y la patronal se niega en rotundo”, lamenta Sergio Estela. Dice que es necesario sensibilizar, dotar a los trabajadores y empresas de conocimiento técnico de los materiales, crear materiales divulgativos y difundir la normativa vigente. “Los trabajadores tienen que tener garantías para poder decir: yo ahí no me subo”, e incluso exigir la introducción, en los pliegos de licitación de las obras, de cláusulas sociales y mejoras en el diseño que tiene que ver con la prevención de riesgos.
“La Inspección de Trabajo es muy importante, funciona muy bien pero no hay recursos. Pedimos que se potencie”, reclama Estela. En ello está. Al menos así lo explica el director territorial de la Inspección de Trabajo en Castilla-La Mancha, Juan Díaz Rokiski quien reivindica el papel de un organismo que ha aumentado sus efectivos en los últimos cuatro años, pasando de 90 a 123 inspectores desde 2019 en esta comunidad autónoma.
“En salud y seguridad laboral las actuaciones en Castilla-La Mancha se han multiplicado”, según Díaz Rokiski. En 2023 se levantaron 1.510 actas de infracción por cuestiones de seguridad y salud laboral, se realizaron más de 2.900 visitas a obras de construcción y ha anunciado que se está trabajando también en un programa de visitas a localidades pequeñas.
El número de denuncias de los trabajadores ante Inspección de Trabajo relacionadas con la prevención de riesgos laborales es insignificante por no decir que es cero. Los trabajadores no denuncian, sorprendentemente. Me preocupa
“En los últimos años hay un incremento de situaciones de riesgo en el trabajo en cubiertas ante el boom de las energías renovables, en los trabajos de instalación y mantenimiento o sistemas de climatización”, explicaba. A eso hay que sumar el propio deterioro de las cubiertas de un parque inmobiliario envejecido, a pesar de los fondos europeos destinados a la rehabilitación.
En 2022 la Inspección de Trabajo lanzó un plan de choque relacionado, precisamente, con las cubiertas. “En Castilla-La Mancha seguimos este año con un programa de refuerzo de actuaciones ordinarias, para prestar especial atención a este tipo de trabajos”.
En el segundo semestre de 2024 habrá controles sobre empresas que tienen necesidad de acceso a las cubiertas para verificar “documentalmente” qué tipo de gestión preventiva tienen estas empresas por sí mismas o bien las empresas subcontratadas. Las visitas se realizarán a 141 empresas, en concreto a 21 de la provincia de Guadalajara, 37 de Toledo, 18 en Cuenca, 29 en Ciudad Real y 36 en Albacete. “Se determinará si de verdad es necesario o no acceder a las cubiertas”, comenta y si los trabajos ha sido evaluados de forma previa en cuanto a la forma de acceso y desembarco, si se ha estudiado la resistencia de las cubiertas y el itinerario de tránsito, además de saber qué medios de protección individual y colectiva están disponibles.
El máximo responsable de la Inspección de Trabajo en esta comunidad autónoma lamenta “la falsa sensación de invulnerabilidad” por parte de las y los trabajadores pero también la “impunidad” en el sector. “El número de denuncias de los trabajadores ante Inspección de Trabajo es insignificante por no decir que es cero. Los trabajadores no denuncian, sorprendentemente. Me preocupa”.