Alberto (nombre ficticio) lleva cerca de 40 años trabajando como conductor de autobuses. “Vamos, desde anteayer”, sonríe. Es uno de los profesionales que ha tenido que trabajar este lunes, a pesar de la huelga convocada en toda España para reivindicar la jubilación anticipada en el sector. Los servicios mínimos se han fijado en un 50% a nivel estatal, aunque en ciudades como Toledo se estableció un 80% para el transporte urbano y un 100% para el transporte escolar en toda Castilla-La Mancha.
Se enteró de la jornada de movilización “por las noticias”, explica desde el autobús que conduce situado en las dársenas destinadas a autobuses que transportan turistas, situadas a los pies del Casco Histórico de Toledo. “Este trabajo es una castaña”, asegura, y está “totalmente de acuerdo” con una jubilación anticipada para el sector. “Vale la pena ganar menos dinero y tener más seguridad personal”, reflexiona. No solo eso, sino también para poder pasar más tiempo en casa, porque eso, dice, es algo que “nadie te va a pagar”. “Ya nos cuesta tener una vida familiar, no son solo los problemas físicos”.
“La fatiga mata”, aseguraba el secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Toledo, Enrique Clavero. El sindicalista recuerda que es una reivindicación de las organizaciones sindicales desde hace 20 años. “Esto debería estar solucionado, no debería haber una huelga”, afirma. Fue por aquel entonces cuando se acuñó el lema 'La fatiga mata'. “Un conductor que lleve al volante muchos años, ya que muchos de los conductores llevan desde los 30 años conduciendo, no puede seguir llevando vidas humanas a los 67 años”, explica Clavero.
Por eso, piden a las distintas empresas responsables del transporte por carretera que reflexionen y tomen medidas ya. “Pedimos los coeficientes reductores (adelantar la jubilación por trabajos penosos, tóxicos, peligrosos o insalubres) porque no es lo mismo que conduzca una persona de 65 años que una de 50. No puede ser que en una excursión de jubilados, el conductor sea la persona mayor. Es algo que ha pasado”, asevera el sindicalista. “Le pedimos a la patronal que se siente en la mesa y lleguemos a un acuerdo”, recalca Clavero.
La “incertidumbre” de no saber si van a volver a casa
“Los conductores nos manifiestan la incertidumbre de no saber si van a volver a su casa. Personas de 63 años, que no duermen bien, que madrugan, las comidas, tantas horas al volante... Todo afecta muchísimo psicológicamente. Por eso hay tantas bajas en el sector a partir de cierta edad. Lo que pedimos es razonable”, asegura Clavero.
El personal de la estación de autobuses de Toledo afirma que, efectivamente, ha habido “mucha confesión” entre las personas que han acudido a coger algún autobús, pero que “por suerte” no hay mucho turismo. El personal de la estación de Alsa tampoco señala incidencias fuera de lo común, más allá de las colas provocadas por la reducción de los servicios.
Dos mujeres esperan al siguiente autobús que las lleve a Talavera desde la capital autonómica. Llevan “horas” esperando porque se suprimió el servicio de las 11 de la mañana y el siguiente era más allá de las 14.00 horas. No sabían tampoco que había una huelga, y nadie les ha explicado lo que ocurre, pero gracias a los carteles de los sindicatos, se han enterado. Hablan entre ellas: “Imagínese usted, lo que es conducir cuando ya eres mayor. Es peligroso para todos”, reflexiona una de ellas. “Pero alguien podría habernos avisado mejor”, contestaba la otra.
A su lado, un grupo de turistas mexicanos y argentinos ha tenido que esperar también “horas” y comentan haberse visto “muy afectados” por la huelga. Iban a llegar a Toledo en un servicio de transporte que se canceló sin aviso previo debido a la movilización, y todavía tienen que poner la reclamación para conseguir que les devuelvan el dinero. Además, tuvieron que esperar “varias horas” para poder llegar a Toledo por las colas que provocó la huelga. No conocen el origen de la movilización y tampoco les interesa. “Estamos muy disgustados”, zanjan.
En las paradas de autobuses urbanos, hay bastante normalidad. “Hay que saber que en vez de cuatro habrá dos servicios”, recalca uno de los usuarios.
“Lo que hacemos no es un farol”, asegura Enrique Clavero, que destaca que tanto la patronal como la administración pública ha tenido “muchos años” para implicarse. “Ha habido muchos accidentes de autobuses y camiones, y es por eso que pedimos la reducción de la jubilación”, determina el sindicalista. “Queremos hacer ver a los políticos que conductores y conductoras de autobuses, tanto urbanos como de línea, no somos de tercera. Somos iguales que las empresas manufactureras, igual que los compañeros de mercancías, transporte sanitario o de ambulancia. Por eso, consideramos que la patronal se debe sentar con nosotros lo antes posible para llegar a un acuerdo y solicitar al gobierno los coeficientes reductores para acogernos a una jubilación anticipada a los 60 años”, aseguraba Pedro Barriga, secretario de Organización de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Castilla-La Mancha. También es presidente del Comité de Empresa de Unauto, responsable del transporte urbano de Toledo.
“No hay que olvidar que nosotros llevamos la seguridad de todos. Un conductor tiene que estar en perfecto estado de salud”, aseguraba Barriga. Y recordaba que los profesionales del sector se ven afectados por problemas del [sistema] musculoesquelético, así como estrés, ansiedad y fatiga. “Somos los que llevamos la seguridad de niños desde pequeños hasta los mayores que van a hacer sus excursiones de jubilados”, recalca el sindicalista.
Los sindicatos convocaron movilizaciones en las cinco provincias de la región; en Toledo se celebró en la plaza de San Vicente, en la que se reunieron decenas de delegados sindicales. En Albacete, el subdelegado de Gobierno, Miguel Juan Espinosa, recibió a representantes de CCOO y UGT, quienes registraron en la Subdelegación un escrito para que se eleven al conjunto de administraciones las “justas reivindicaciones sindicales pidiendo la jubilación anticipada” para los profesionales. También hubo concentraciones en Guadalajara y Cuenca.
“No tiene lógica que un conductor que lleve pasajeros tenga que seguir ejerciendo su trabajo con 60 años”, resaltaba Marisa García secretaria de Acción Sindical del sindicato CSIF. “A los 60 años se acentúa todo, el cansancio, hay una pequeña pérdida cognitiva. Y eso no se puede consentir”, remataba la responsable. “Reivindicamos la seguridad para los conductores que están al volante”, añadía.