Municipios afectados por la DANA (dos veces) piden respuestas: “Se vivían cada 50 años y ahora pueden ser año tras año”
“Antes se vivían cada cincuenta años, ahora vemos que pueden ser año tras año”, explica la alcaldesa de Polán, Julia Sanz de Andrés. Se refiere a las inundaciones y riadas que muchos pueblos de la provincia de Toledo, y de la vecina Comunidad de Madrid, han sufrido este año a principios de septiembre. Ocurrió algo parecido en el mismo mes de 2021.
Apenas tuvieron tiempo de reparar los destrozos, cuando las riadas volvieron a golpear sus pueblos. En octubre la Confederación Hidrográfica del Tajo ha celebrado dos jornadas monográficas sobre riesgos de inundación con representantes municipales de las localidades afectadas en sendas provincias que incluyeron explicaciones sobre el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación del organismo de cuenca que tiene validez hasta 2027. También se habló sobre cómo acceder al Sistema Automático de Información Hidrológica o al visor cartográfico de zonas inundables.
Son iniciativas “periódicas” que se organizan para compartir la información. “Fue muy interesante a nivel informativo, pero es todo lo que fue: informativo. No se plantearon soluciones”, explica Sagrario Gutiérrez, alcaldesa de Guadamur, otra de las localidades que se han visto afectadas año tras año por las riadas.
El personal de la Comisaría de Aguas convocó a los ediles de las localidades toledanas de Añover de Tajo, Arcicóllar, Camarenilla, Carranque, Cedillo del Condado, Cobeja, Cobisa, Escalona, Guadamur, Hormigos, Huecas, Méntrida, Polán, Santa Cruz de la Zarza, Santa Cruz del Retamar, Toledo, Valmojado, Villaluenga de la Sagra, Villamuelas, Villasequilla, Yuncler, Yunclillos y Yuncos, en la provincia de Toledo. También a otros tantos de Madrid.
La Confederación presentó ante los representantes municipales un informe sobre el episodio de lluvias de la DANA de septiembre de este año, con los caudales alcanzados y las anunciaciones vividas, así como de los trabajos realizados hasta ahora ante los daños generados, de los cuales aún quedan algunos pendientes como son los de Burguillos de Toledo, Yuncler, Méntrida, Arcicóllar o Bargas, aunque se han dado por finalizados los de Mascaraque, Magán y Yunclillos.
Igualmente, se expusieron las medidas llevadas a cabo ante la rotura vivida por el sistema de abastecimiento de Picadas, que requirió de intensas obras para evitar que miles de personas en decenas de municipios se quedasen sin agua durante mucho tiempo.
Desde el organismo estatal trasladaron que en la cuenca del Tajo se han identificado 33 Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación, lo que supone 221 tramos de cauces, con una longitud de más de 585 kilómetros. Para ello, el Plan de Gestión de Riesgos de Inundación contempla un total de 46 medidas, con 110 actuaciones y una inversión de más de 114 millones de euros, que principalmente se destinará a medidas de protección, preparación y prevención. Un 0% de este total se destinará a recuperación, según han comunicado tras las jornadas informativas.
“No se explicó nada que no supiéramos”
La 'popular' Sagrario Gutiérrez gobierna en Guadamur, un pueblo que se ha enfrentado a graves daños tras las riadas. Las imágenes del agua arrastrando el escenario de la plaza de la localidad preparado para las fiestas se hizo viral el pasado septiembre.
Dice que en las jornadas organizadas por la Confederación del Tajo “no se explicó nada que no supiéramos”, como las volumetrías de la DANA del último año, los efectos en la cuenca y la pluviometría. “Es interesante, desde luego, para aumentar nuestro conocimiento, pero no se habló de lo que necesitamos”, señala. Para Gutiérrez, “lo más importante” fue la exposición sobre el decreto al que las localidades pueden acogerse por su situación de zona gravemente afectada por efectos de protección civil, la reconocida como zona catastrófica.
“Se nos informó de las eventuales ayudas que podemos obtener, y en un par de intervenciones se pidió algún tipo de ayuda para hacer actuaciones que permitan que esto no vuelva a suceder”, reseña. Entre otras, señala la necesidad de “limpieza de riberas” en “muchos municipios”.
“Los ayuntamientos tenemos serias dificultades, porque la Confederación se limita a sancionar al hacer movimiento en las riberas de los ríos, pero la propia confederación no hace nada. Hubo cierto malestar, porque ya decíamos que no sólo no limpian, sino que no autorizan para limpiar y si lo hacemos incurrimos en responsabilidad y hay sanciones”, explica la alcaldesa. Además, describió que el presidente del organismo, Antonio Yáñez, intervino para explicar que “no limpian, porque si limpiaran las riberas la afluencia del agua sería más expedita y provocaría más daños”. “Pero nosotros respondíamos que al no limpiar el cauce es más pequeño”, advierte la edil.
“Creo que los estudios deben hacerse no sólo desde la pluviometría, sino que se estudie por dónde discurren las aguas cuando no hay cauces, que es nuestro caso. No hay un río que pase por aquí, pero hay zonas que evacúan por encima del pueblo”. Por eso, reflexiona, se necesitaría “algún tipo de estudio” para hacer “alguna derivación” hacia un cauce cercano. “La Confederación tiene responsabilidad, pero parece que siempre es de los municipios”, insiste la 'popular'. Remata diciendo que “tenemos que prepararnos para lo que viene”.
Estamos todos concienciados de que va a pasar más a menudo y necesitamos que se tomen medidas de más calado
“Con nuestro presupuesto no se pueden arreglar los cauces”
Julia Sanz es la alcaldesa de Polán, también del PP. “No nos dijeron nada nuevo que no sepamos. Nos hablaron de los litros, de cómo están las cuencas, pero la demanda que hacemos realmente desde los pueblos damnificados son las ayudas. Con nuestro presupuesto no se pueden arreglar los cauces de los arroyos”, explica a elDiarioclm.es la edil. Polán, explica, es uno de los pueblos en los que los arroyos pasan por “medio” de la localidad, una realidad que se repite en varios lugares en la provincia, como Cobisa. Y, añade Sanz, en su pueblo se recoge también el agua que viene otros dos pueblos, Noez y Pulgar, que fue lo “que en esta segunda DANA nos inundó”. “Estamos todos concienciados de que va a pasar más a menudo y necesitamos que se tomen medidas de más calado, no de hoy para mañana”, resalta la edil. Además, lamenta que los ayuntamientos “no tienen medios”. “Económicamente nos es imposible hacer frente a todo esto”.
Actualmente, señala Sanz, comienza la temporada de la varea de la aceituna y los caminos para las agricultores no están “transitables” para ello. “Pensábamos que nos iban a explicar más sobre las ayudas para este tipo de situaciones”, resalta la alcaldesa. Elena Fernández (PP) es alcaldesa de la localidad de Villasequilla y coincide en que “no dieron ninguna solución” concreta para la situación de la localidad. “Lo que buscábamos en nuestro pueblo eran soluciones más concretas, como la limpieza del cauce en zonas rústicas”, explica la edil. Fernández señala que en zona urbana la responsabilidad es del municipio, y en zona rústica, de la Confederación Hidrográfica. Fernández también señala que hay “muchos agricultores” que se quejan al Ayuntamiento, porque no pudieron pasar a sus tierras cuando estaban anegadas.
“El problema que tenemos es que en Villasequilla se recoge mucha agua de otras zonas, porque tenemos dos calles que son antiguos arenales y es por dónde más agua viene”, describe. Además, lamenta que no van a poder pedir las ayudas por zona catastrófica, porque las obras se han hecho “por cuenta propia”. “Hemos tenido que hacer una pasada con máquina porque los caminos se quedaron destrozados y eso tampoco entra en las ayudas”, concluye.
A las jornadas acudieron también los concejales de la capital toledana, Loreto Molina y Rubén Lozano, que pidieron en concreto medidas para los barrios de Azucaica y Santa María de Benquerencia a la Confederación. Este último sufrió graves daños, sobre todo en la zona industrial, donde quedaron anegados importantes servicios como la cochera de autobuses urbanos. Pero también hicieron referencia a la situación de los vertidos de amianto en este barrio y al azud del río Tajo en la zona del Puente San Martín, que fue destrozado por la riada.
“Los arroyos se limpian solos”
Al respecto de las continuas peticiones municipales de limpiar las riberas o los cauces ya se ha pronunciado en otras ocasiones la directora de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss, Beatriz Larraz. “Salvo la limpieza obvia que ha de realizarse cuando existe demasiado sedimento a su paso por debajo de una carretera o cuando se cae un árbol, lo demás puede hacerlo el arroyo solo. Pero el esponjamiento sí que hay que hacerlo y la capacidad de laminación también. Supone inversiones y hablar con los actores implicados”, ha apuntado Larraz de manera pública.
Además, precisa que la Confederación del Tajo sólo es responsable en el caso de la limpieza de arroyos “aguas arriba o abajo” y no en terrenos urbanos. De todos modos, la experta ha señalado que no se debe buscar “culpabilizar” a nadie, sino “tomar conciencia”. “Hablo de las personas individuales también, de que cuando te vas a comprar un chalé adosado mires por dónde circula el agua. Vamos a aprender que los arroyos están ahí, aunque no se vean la mayor parte del año. Tienen una función en la naturaleza”, señalaba.
En un análisis tras las consecuencia de la DANA, la misma Cátedra señalaba, por ejemplo, el caso del arroyo de Guadamur, junto a otros tantos, cuya degradación “es tal” que el cauce “desaparece bajo caminos, construcciones o cultivos”. “En otros casos, el cauce queda reducido a la mínima expresión, constreñido por los usos humanos; y en otros, el cauce discurre entre motas o barreras artificiales”.
Son estas modificaciones “en la morfología fluvial” las que finalmente tienen consecuencias negativas en cuanto a la inundabilidad de los lugares, debido a que se evitan las funciones de retención, laminación (que contribuye a reducir la velocidad y a disipar la energía del agua) y esponjamiento “que tiene el espacio fluvial bien conservado”.
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