La creciente digitalización de los servicios financieros y el consiguiente cierre de oficinas bancarias se está dejando sentir “de forma dramática” en numerosas localidades de Castilla-La Mancha, sobre todo en las más pequeñas.
Actualmente existen más de 400 municipios sin servicios financieros, la mitad de ellos en la provincia de Guadalajara, según denuncia la Delegación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Y es que desde 2007 se han cerrado más de 850 sucursales en la región, con reducciones que van del 49% al 65% según la provincia.
Cuenca está a la cabeza con un un 65% menos de oficinas que en 2007. A continuación se sitúa Albacete, con 344 sedes menos (reducción del 60%; Ciudad Real, con un descenso del 56%; y Toledo, que ha pasado de 648 a 345 (un 53% menos). En Guadalajara apenas hay ya 126 oficinas abiertas (un 49% menos).
Hay alternativas
Esta organización recuerda que hoy en día existen alternativas a la falta de oficinas bancarias físicas, como la instalación de cajeros en ayuntamientos o gasolineras, un servicio de banca itinerante (oficinas móviles) o la realización de operaciones básicas financieras a través de servicios postales.
“Lamentablemente, el Banco de España advierte un uso minoritario de la banca telefónica y, sobre todo, de los canales alternativos (agentes financieros, ofibuses, cashback, Correos Cash), cuyos porcentajes de uso se sitúan en torno al 8 % y al 1 %, respectivamente”, detalla.
Frente a ello, OCU Castilla-La Mancha considera vital seguir apostando por estos servicios alternativos para evitar el “éxodo masivo y el abandono de estos territorios”, pero siempre y cuando se facilite su uso a los beneficiarios: que sepan cómo funcionan, cuáles son los servicios que se pueden realizar en ellos, que cuenten con una buena difusión y que se les de confianza acerca del uso de los mismos.