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Los promotores del hotel de lujo junto al Tajo en Toledo defienden que su proyecto “integrará” el río en la ciudad

Los promotores que quieren poner en marcha un hotel de lujo en Toledo, a escasos metros del Tajo y del puente de La Cava, han presentado un proyecto que defienden que “integrará el río en la ciudad”, creará “150 puestos de trabajo” o brindará a la ciudad “una zona verde habitable” que actualmente afirman que presenta “un estado lamentable, vandalizado y descuidado”. Así lo han asegurado ante unos 30 empresarios en la sede de la patronal toledana, FEDETO, justo el día en el que acababa el plazo de alegaciones al mismo. El abogado toledano Juan José Sánchez Colilla, es el promotor de este plan urbanístico junto al empresario hostelero Mariano Díaz-Chirón Salamanca.

“El proyecto está teniendo cierta repercusión en los medios, se ha creado una plataforma -'No al hotel de La Cava', que ha recogido ya más de 2.000 firmas contra el mismo- y no me gusta quedarme impasible. He venido aquí a buscar mi plataforma, que son los empresarios. Quiero el paraguas de mis amigos”, señalaba Sánchez Colilla durante su intervención, en la que hacía referencia a la polémica y el rechazo que ha generado ya la propia tramitación del proyecto entre asociaciones vecinales, colectivos ecologistas o entidades culturales de la ciudad.

El promotor invitaba a los presentes a conocer los pormenores de esta iniciativa y a ofrecer “una opinión con fundamento” al mismo, pues considera que quien se opone a él “no conoce el proyecto”. “He anunciado que dejamos las puertas abiertas para quien quiera ver el espacio. Es un vertedero, un foco de droga, de jeringuillas... no se puede entrar allí”, advierte Sánchez, que defiende que lo que quieren es “eliminar un espacio inservible, que no le sirve ni a los que protestan”.

Defiende que llevan trabajando en este proyecto desde el año 2003 y que “está incluido” en el anulado Plan de Ordenación Municipal (POM) de 2007. Entonces, dice, “nadie puso ninguna objeción, no tuvo contestación social de ningún tipo” y “ahora parece que se habla de un atentado ecológico”. Recuerda también el promotor que llevan pagando “6.000 euros de IBI durante 20 años, 120.000 euros”.

Por su parte, el arquitecto José Antonio Rosado intervino después para explicar algunos de los pormenores de este PERIM, como las unidades urbanísticas en las que se ubica (la UA-12, que incluye parcialmente la 1F -Cigarrales- y otra más pequeña en la 1A -Casco Histórico-), o enfatizar en “la vocación de convertir este terreno tan cerca del Casco en un parque urbano” y que “en la actualidad es cualquier cosa menos un parque público”.

“Está en un estado lamentable, vandalizado y descuidado”, insistió Rosado, que explicó también que el proyecto urbanístico que el Ayuntamiento gobernado por PP y Vox ha aprobado tramitar incluye la conexión peatonal de esta parte de la ribera del río con la senda peatonal en la que se ha intervenido entre el puente de San Martín y Polvorines.

Precisó además que el hotel se construiría en la zona más cercana a la carretera de Navalpino y no alcanzaría el puente de La Cava, por lo que se “preservarían las visuales que hay hacia el Tajo y el Casco”. Y agregó que “la mayor parte del hotel -de cinco alturas- estaría enterrada por el desnivel del río”.

El método que propone el PERIM apuesta por la cesión de espacios verdes para uso público, lo que a su juicio permitiría a la ciudad desarrollar parte de un proyecto como el 'Take me to the river'. “La parcela tiene derecho de a más de 9.000 m2 de uso terciario y el resto -de unos 19.000 m2- sería zona verde. Calculando esos parámetros, delimitamos correctamente la unidad para que se respeten las zonas de inundabilidad o las crecidas del Tajo”, apuntó Rosado, que recalcó que el hotel estaría en la zona más alejada del río en esa parcela urbanística.

También justificó el arquitecto la rentabilidad económica del proyecto, tanto para la empresa como para el Consistorio, que ingresaría un global de 703.000 euros por la operación y unos ingresos anuales de 57.000 euros, así como unos gastos de 38.000 euros al año para conservar y mantener las zonas verdes. Los promotores por su parte invertirían 673.000 euros para urbanizar los terrenos.

Madrid Río o Bilbao Ría 2000

Rosado defendió que “el urbanismo también es economía y arquitectura” y que esta, “bien hecha, genera mucha riqueza y enriquece el patrimonio”. Así, puso como algunos ejemplos de proyectos que también han intervenido en la naturaleza en el país como Madrid Río o Bilbao Ría 2000 con el Museo Guggenheim, que “puso a Bilbao en el mapa internacional”. El del puente de La Cava de lo que no dispone, o el menos no se ha hecho público, es de un estudio de impacto ambiental.

“La situación actual del Tajo es mala, me niego a dar por bueno que lo mejor es dejarlo como está. El proyecto Madrid Río ha sido un éxito que están copiando en muchas ciudades europeas. Está provocando que fauna pérdida vuelva. La cuestión es que lo que se haga sea con criterios y conocimiento”, exclamó, al tiempo que recordó otros proyectos que en su día también generaron controversia en la capital castellanomanchega como las escaleras mecánicas de Recaredo, el edificio de San Marcos o el Palacio de Congresos de El Miradero.

Así, una vez presentado el proyecto y concluido su período de exposición pública, en el que se han registrado también numerosas alegaciones, la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Toledo. “Habrá opiniones que estimará y otras que no y propondrá para corregir o no el proyecto”, señaló Rosado, que confía en que “las opiniones sean enriquecedoras” para el proyecto.