Decenas de personas negras tiradas en el suelo de la plaza Mayor de Ciudad Real entre zapatos, mochilas, camisetas y otros objetos simbólicos de quienes fallecieron o desaparecieron hace un año cuando pretendían llegar a territorio europeo, junto a una valla en la que se podían leer sus nombres y apellidos.
Así han denunciado activistas de Amnistía Internacional, Pacifistas Ciudad Real, la Red de Apoyo Popular y la Asociación Tilia y otros colectivos antirracistas “el absoluto desamparo” que viven las familias de decenas de personas migrantes, en su mayoría de origen sudanés, que habrían perdido la vida el pasado 24 de junio en la masacre de Melilla.
Con un megáfono, Julia y Valentín, ambos jóvenes estudiantes de Guinea Ecuatorial, leyeron el relato de las ocho horas que estas personas estuvieron sin ser atendidas en la frontera de Melilla con Marruecos. Otro joven, Juan, cantaba contra aquel suceso y finalmente se procedió a la lectura de un manifiesto conjunto.
Con motivo del primer aniversario de la llamada 'Masacre de Melilla'. las organizaciones han denunciado “la impunidad, la falta de investigación y de cualquier tipo de reparación tras una actuación de las fuerzas policiales españolas y marroquíes” en la que al menos 37 personas fallecieron y al menos 77 desaparecieron de acuerdo a cifras de Naciones Unidas.
“Un año después, ningún funcionario, marroquí o español, ha comparecido ante la justicia por las violaciones de derechos que provocaron la muerte, la desaparición y las heridas de tantas personas. Más de 100 familias siguen sin saber qué fue de sus seres queridos, no han recibido ningún apoyo para encontrarlos ni se les ha ofrecido ningún tipo de reparación”, denunció Alfonso Sánchez, portavoz de Amnistía Internacional en Castilla-La Mancha.
Además, Amnistía Internacional, Pacifistas Ciudad Real, la Red de Apoyo Popular y la Asociación Tilia reclaman a los partidos políticos que en la próxima legislatura “Ceuta y Melilla dejen de ser lugares donde es prácticamente imposible pedir asilo”, y donde se aplica una legislación excepcional al margen de las obligaciones internacionales contraídas por España.
La acción tenía lugar el sábado, después de que en Toledo se celebrase otra protesta la pasada semana. Ayer domingo, también se sumaba Guadalajara con un acto frente a la Subdelegación del Gobierno de España con “un recordatorio de lo sucedido hace un año en la valla de Melilla” donde se informó tanto a asistentes como a los viandantes “de lo trágicamente acontecido y ya muy divulgado, poniéndole esta vez nombre a algunos de los asesinados representados mediante unas altas figuras de color negro, con nombre”.
Fue el 24 de junio de 2022 alrededor 2.000 personas, en su mayoría de origen sudanés, trataron de cruzar la frontera entre España y Marruecos por el puesto fronterizo de Melilla. La policía española devolvió de forma sumaria y sin garantías a Marruecos al menos 470 personas, según cifras del Defensor del Pueblo. Durante horas, cientos de personas que permanecieron en el puesto fronterizo sin recibir ningún tipo de asistencia sanitaria, a pesar de que las ambulancias se encontraban en la zona.
Posteriormente, alrededor de 500 personas fueron trasladadas en autobuses a zonas remotas de Marruecos, “donde las despojaron de sus posesiones y las abandonaron al borde de la carretera sin atención médica. Algunas de ellas habrían sido trasladadas por la fuerza a más de 1.000 kilómetros de la frontera”, denuncia la organización humanitaria.