Se veía venir a la luz del varapalo que supuso el informe técnico presentado hace meses. No habrá macroplaya caribeña en Alovera (Guadalajara), al menos de momento. La Mesa de Contratación del Ayuntamiento ya ha propuesto que se declare desierta la adjudicación de este proyecto de playa artificial, denominado Alovera Beach, tras comprobar que la oferta presentada por Rayet Medio Ambiente no cumple muchas de las condiciones impuestas por el Ayuntamiento.
Según el acta de la Mesa de Contratación, que ahora debe someterse al pleno municipal y a la que ha tenido acceso elDiarioclm.es, consta que el secretario municipal, el interventor y el arquitecto han dictaminado que el proyecto presentado por Rayet no podía ser admitido en ningún caso por incumplir requisitos. En palabras del secretario municipal, los proyectos de inversión, mantenimiento y gestión “son inadecuados, por recoger planteamientos defectuosos”.
Este proyecto comenzó a ensombrecerse desde que los técnicos lo valoraron. Mientras los resultados de las elecciones municipales del 28M apenas variaron el Gobierno en el Ayuntamiento -continuará la alcaldesa, Purificación Tortuero, de Alternativa Alovera- un informe elaborado por los servicios técnicos municipales arrojó decenas de dudas sobre algunos de los detalles más importantes de esta 'playa caribeña' con todo tipo de servicios de ocio que quiere llevarse a cabo en un secarral, a 30 kilómetros de Madrid.
Todo empezó de manos de la empresa Rayet, propiedad del empresario de Guadalajara Félix Abanádes, que prometía una inversión de más de 15 millones de euros con una laguna de 25.000 metros cuadrados, con arena y una variada oferta de ocio que se ha 'vendido' como una manera de revitalizar la zona. Todo esto en un territorio, al igual que el resto de la región y también del país, afectada por la sequía. Las estimaciones de consumo de agua son de unos 32 millones de litros de agua al año.
Más de una veintena de cuestionamientos
El año 2023 era la supuesta fecha clave para iniciar la construcción de este macroparque que ya cuenta con un primer visto bueno del Ayuntamiento de Alovera, liderado por su alcaldesa junto al PP y Vox. En marzo de 2022, el Ayuntamiento aprobó iniciar el proceso de licitación con los votos de los tres partidos.
Pero el informe de los servicios técnicos municipales solicitado por la Alcaldía de Alovera para la concesión administrativa a la única oferta que se ha presentado a su licitación (Rayet) aglutina más de una veintena de cuestionamientos sobre las edificaciones, el pavimento, la creación de empleo, los descuentos o los horarios.
Así sucede por ejemplo en la descripción del proyecto de inversión, donde, apunta el estudio, se elimina toda la zona destinada al parque acuático infantil y el edificio del gimnasio, es decir, la dedicada al deporte, a la infancia y a la juventud. También se sustituye el 'buffet' previsto por un “chiringuito” de menores dimensiones. En la posterior descripción de las actividades, sin embargo, sí se habla de un restaurante.
Se trata solo de detalles que después van a más, porque solo para empezar, el informe detalla que la oferta de Rayet hace referencia a una superficie total del parque de 104.182 metros cuadrados, si bien en las plantas esquemáticas de distribución global del mismo aparece un ámbito en blanco “en el que presumiblemente no se actúa, sin indicación de su superficie”, pero de alrededor de 20.000 metros cuadrados, es decir, una quinta parte de la superficie. “No se aportan, sin embargo, planos específicos para determinar la tipología propuesta de los edificios, solamente plantas generales incluidas en la memoria, ninguna sección, ni alzado, ni detalle constructivo que permita determinar la contradicción descrita ni evaluar la propuesta arquitectónica”.
Las tarifas tampoco están claras. Atendiendo al pliego de cláusulas administrativas, se proponen unos precios que coinciden con las máximas expuestas en la previsión de ingresos del estudio de viabilidad pero no se especifica la forma concreta de obtener posibles descuentos. Igualmente se justifica el dimensionamiento en base a un aforo de 4.500 personas “sin conocerse la ubicación y distribución de algunos edificios ya que no se aportan planos detallados”. Y en este punto, el estudio alerta de que además se han eliminado espesores específicos de capas de pavimento “que se consideran mínimos para garantizar la calidad de la urbanización”.
En general, el estudio pone el acento en la eliminación de otros conceptos. No hay detalles sobre la construcción de la estructura del fondo de la laguna, de las cubiertas inclinadas a dos aguas, ni referencias al espesor de panel sándwich, ni tampoco características concretas de las láminas impermeabilizantes, de especificaciones de la línea de alumbrado principal y todo el capítulo que recoge los criterios de diseño de la fontanería y el aislamiento de tuberías.
La cuestión del informe técnico no queda ahí. Los servicios técnicos municipales también dedican algunas críticas a la parte referida a la tecnología de tratamiento de la laguna. El informe avala el sistema de la masa de agua para la playa artificial, con un “ahorro considerable en cuanto a los consumos energéticos y agua”. Pero añade que “no se aporta la misma manifestación respecto a certificación externa alguna, ni se detalla en qué consiste el sistema para minimizar dicho consumo y el de productos químicos”.
Lodos sin cuantificar y evaporación de agua sin explicar
Finalmente, en cuanto a los aspectos ambientales, los técnicos apuntan que no se cuantifican los mínimos de generación de lodos y echan en falta la explicación del sistema de reducción de evaporación de agua (que se espera que alcance en torno al 40% según el estudio de impacto ambiental) y del sistema de recogida neumática de basuras. Por todo ello, aunque valoran esta única propuesta, piden la clarificación de todas estas cuestiones.
Ecologistas en Acción ha celebrado este rechado de los técnicos a la propuesta de Alovera Beach, un “proyecto delirante que pretende recrear una playa caribeña en pleno secarral”. “De aprobarse habría supuesto el despilfarro de 43 millones de litros de agua potable en una situación de sequía extrema y desajustes climáticos recurrentes, habría provocado un gran problema de movilidad y de falta de aparcamientos en la localidad y se habría fomentado el incremento de la huella de carbono de los asistentes, que en su inmensa mayoría habrían procedido de Madrid e incluso de localidades más lejanas”.
La organización ecologista, que ha presentado numerosas alegaciones al proyecto, lamenta que las administraciones competentes “no hayan sido capaces de frenar un proyecto tan descabellado, que sólo ha sido descartado por la incapacidad de la empresa constructora de ajustarse al plan inicial”.
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