Un correo electrónico difundido entre los equipos de los centros de la mujer de Castilla-La Mancha, al que ha tenido acceso elDiarioclm.es, ha generado malestar entre el personal del servicio que denuncia la posición del Instituto de la Mujer a cuenta de la conciliación.
El mail remitido a los y las trabajadoras recuerda “la obligación de realizar trabajo presencial” en estos centros, aludiendo a la Orden 197/2022, de 4 de octubre, de la Consejería de Igualdad y Portavoz, donde se establecen las bases reguladoras de las subvenciones a los Centros de la Mujer y los Recursos de Acogida para víctimas de violencia de género en Castilla-La Mancha. Casi todos están gestionados por los ayuntamientos o diputaciones, con alguna excepción.
“No es posible ejercer las funciones del puesto de trabajo de las o los profesionales que se han subvencionado a través de esta convocatoria fuera del lugar donde esté ubicado el centro o fuera de los puestos de atención establecidos en las localidades a las que hagan desplazamientos fijos o periódicos”, dice el correo, en el que se advierte que el incumplimiento de esta norma puede acarrear el reintegro de la subvención de forma total o parcial.
“El teletrabajo por parte del personal supondrá un incumplimiento de la Orden”, apunta tajante el comunicado recibido a través de las delegaciones provinciales de la Consejería de Igualdad.
Trabajadoras de estos centros acusan al Instituto de la Mujer castellanomanchego de caer en una paradoja normativa. “No nos facilitan la conciliación” que predican para otros ámbitos. Esta semana, el Centro de la Mujer de Toledo dependiente del Ayuntamiento de la capital informaba, por ejemplo, de medidas de conciliación poniendo en marcha campamentos gratuitos para facilitar a los padres y madres la atención de sus hijos durante la Semana Blanca. Una medida que contrasta, comentan fuentes relacionadas con las empleadas de estos centros de la mujer, con la medida impuesta por el Instituto de la Mujer.
La Orden de la Consejería de Igualdad en cuestión, en su artículo 10, explica que los centros deben permanecer abiertos “de lunes a viernes un mínimo de 35 horas semanales con la apertura de, al menos, una tarde a la semana durante dos horas, excepto en el periodo comprendido entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, y contar con el personal que desempeñe las funciones de forma presencial”.
“Nosotras no somos las empleadoras”
Fuentes del Instituto de la Mujer regional responden a las críticas de las trabajadoras. “Queremos aclarar que no somos sus empleadoras porque contratan los ayuntamientos, las diputaciones o entidades sin ánimo de lucro. Ni concedemos, ni denegamos nada”, pero recalcan que para recibir las subvenciones, el trabajo ha de ser presencial. “Es una obligación y ya saben las condiciones cuando optan a ellas”.
Las mismas fuentes señalan a este medio que los servicios que se prestan se basan en la atención “directa” a las mujeres y, en particular, en el medio rural. “Si el trabajo no es presencial dificulta la comunicación, puede haber falta de privacidad para las mujeres víctimas de violencia de género o pérdida de información no verbal muy importante”. Además, recuerda el Instituto de la Mujer, estos centros “también realizan un trabajo comunitario: se va a institutos, a asociaciones de mujeres… Eso de forma no presencial es complicado”.
Las trabajadoras de los centros esgrimen, sin embargo, que hay una parte importante de trabajo administrativo donde tiene cabida el teletrabajo. Así que el dilema está servido. “El Instituto de la Mujer subvenciona hasta 35 horas a la semana. Si quieren teletrabajar se puede subvencionar menos horas presenciales y el resto que lo pague el ayuntamiento hasta las 35 horas o que se trabaje 37, con dos horas extra que subvencione el ayuntamiento. En eso no hay inconveniente”, sugieren desde la Junta castellanomanchega como alternativa.