Se sueltan tres linces en una zona con 3.000 lazos de captura de depredadores
Dos machos y una hembra de lince ibérico (Kentaro, Khan, y la hembra llamada Kuna) han sido puestos en libertad en la zona de los Montes de Toledo dentro del programa Life-Iberlince que busca la reintroducción de esta especie propia de la península Ibérica de nuevo en los campos. Estos tres ejemplares se han criado en uno de los centros de referencia para ello ubicado en Portugal, y ahora les acompañarán en un par de meses a lo sumo otros ejemplares de centros de cría de Extremadura y Andalucía, hasta completar los ocho totales.
La localidad elegida para la suelta ha sido Mazarambroz, en Toledo, en un programa para el que se destinan 4 millones de euros.
Sin embargo el paisaje delante de los linces no es el de un campo idóneo para que puedan criar y que la especie vuelva a su hábitat, sino 3.000 lazos de caza colocados por los dueños de los cotos de caza, más de 60 cotos en la zona donde han soltado los linces. La suelta de los animales coincide además con permisos extra de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente para mantener más tiempo estas trampas puestas en los cotos, que son mantenidos bajo la justificación de que es para cazar zorros; sin embargo es una forma de captura no selectiva que atrapa cualquier animal expuesto a él, incluidos linces.
Para elegir el lugar de suelta de los linces un factor fundamental es la abundancia de conejo y liebre, el principal alimento de los animales. Es en estos mismos terrenos donde la caza se hace menos selectiva. Cada coto de caza que lo ha solicitado (la mayoría) tiene permisos para colocar unos 50 lazos de media.
Ecologistas en Acción señalado en un mapa los “puntos negros” de supervivencia del lince en la zona ante la gran cantidad de trampas: los valles de los ríos Torcón y Guajaraz y los cerros de Noez, Layos y Pulgar. Los términos a evitar por la alta concentración de trampas son Layos, Polán, Guadamur, La Puebla de Montalbán, Pulgar y San Martín de Montalbán.
No obstante, según la asociación ecologista, el mayor peligro está justo delante de los linces: la finca “Dehesa del Pulgar”. Es un coto privado de propiedad municipal donde hay, en las 500 hectáreas de terreno, 240 lazos a 4 kilómetros del lugar de la suelta de los animales. Un lazo cada poco más de 20 metros de terreno. Asociaciones ecologistas han señalado que con total seguridad los linces visitarán esa zona por la cercanía.
Estas peticiones de mantener los lazos han sido hechas por la Federación de Caza de Castilla-La Mancha así como por otras asociaciones del sector. Se ha retrasado el poner medidas a sus limitaciones a pesar de la suelta de los animales y no se ha reducido la cantidad de trampas previamente a la suelta.
Tampoco se ha delimitado la zona donde estarán los linces, por lo que la comarca de la 'meseta granítica', donde más lazos se concentran, es un peligro para los ejemplares únicos.