Después de más de una década cerrado, el Taller del Moro en Toledo abrirá de nuevo al público antes de verano. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, propietario del inmueble desde 1963, inició una rehabilitación arquitectónica de 2014 a 2016. Y ahora es la Junta la encargada de gestionarlo y la que ha decidido abrirlo como centro de interpretación del arte mudéjar en España, lo que pondrá “un estímulo aún mayor para visitar una ciudad-museo como ya es Toledo”, señala el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
El Museo Taller del Moro es el único de carácter civil de la primera mitad del siglo XIV que se ha conservado en la ciudad y se encuentra en un antiguo palacio mudéjar, una de las llamadas “casas principales construidas por la nobleza toledana”, según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Además, albergó otros usos como el de almacén y taller de reparación de los materiales para la fábrica de la Catedral, y a ello se debe su nombre.
La pieza central está dedicada a la colección de cerámica y azulejería mudéjar toledana de los siglos XIV y XV. El museo consta de tres estancias: salón central y dos salas, comunicadas entre sí por arcos de ricas yeserías y cubiertos por techumbres de madera. En este sentido, en una de ellas se exhiben muestras de artesanía en madera, como vigas, frisos, canecillos y tablillas talladas, y la otra está dedicada a los restos arqueológicos y guarda lápidas, entre otros.
Presentación de “Toledo. Judíos: curiosidades, mitos y encantarías”
La reapertura la anunciaba el presidente regional durante la presentación del libro “Toledo. Judíos: curiosidades, mitos y encantarías”, de José Ignacio Carmona, toledano de nacimiento y receptor de la Medalla de las Cuatro Sinagogas a propuesta del Consejo Sefardí de Jerusalén el pasado año. “Decir Toledo y decir mundo judío es lo mismo”, subraya. Y de este modo, ha manifestado que su intención con “Toledo. Judíos: curiosidades, mitos y encantarías” era convertir el libro “en una herramienta de comunicación que nos sirviera de puente al futuro”.
Por último, Page cataloga Toledo como “capital espiritual del país”, una ciudad “única para el mundo judío que ha estado presente en la historia de Europa en los último dos mil años”, además de augurar “un gran éxito” al libro “porque todo lo que signifique ahondar en la leyenda es extraordinario”.