Tarancón no olvida los bombardeos de la intervención nazi de la Legión Cóndor durante la Guerra Civil
A las 10:30 de la mañana de este viernes 26 de noviembre volvió a sonar una sirena antiaérea desde la torre de la Casa Parada en Tarancón. Es una iniciativa de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica para recordar el bombardeo de la Legión Cóndor, fuerza aérea nazi, en la localidad conquense, que fue una de las “más bombardeadas” de la retaguardia republicana en la región. “También fue viernes en 1937. Aquel día nuestros vecinos de Santa Cruz de la Zarza y Ocaña también recibieron bombas de los aliados nazis de Franco”, recuerdan desde la asociación..
Los hechos se han reconstruido gracias a los recuerdos de los voluntarios estadounidenses de las Brigadas Internacionales: Sonia Merims, Dorothy Fontaine, Carl Rahman o el doctor Rintz, médico jefe de los hospitales de Tarancón. “Varios días de aquel mes aviones rebeldes habían sobrevolado la población sin atacarla. Era un día claro y soleado aquel viernes”.
“Las fuentes coinciden en señalar que un caza aislado llegó con las puntas de las alas pintadas de rojo y se le tomó como un avión de la aviación del gobierno. Así, la gente en la calle saludaba cuando éste bajó en picado y empezó a ametrallarles. Tras esto las 3 escuadrillas de Heinkel 111 de la Legión Cóndor que venían de descargar sus bombas sobre la Ermita de Riánsares comenzaron las oleadas de bombardeo en grupos de 3 sin oposición alguna dado que la población no contaba con cañones antiaéreos”.
Según dichas fuentes, el bombardeo duró alrededor de una hora, y destruyó varios edificios, alcanzando también la carretera hacia Valencia y la estación de ferrocarril de la localidad. El parte de operaciones señalaba, afirman, al pueblo como objetivo de bombardeo junto con la Ermita de Riánsares y la Estación de ferrocarril.
“Ametrallmientos y el pueblo mismo como objetivo de las bombas, con la intención de atacar a la población civil buscando su desmoralización”, recalcan. La ARMH recuerda que unos días antes, la enfermera Dorothy Fontaine había comprado tela para hacerse un pijama y había hablado con una modista que había en la zona, cerca de donde se alojaban. Era la casa de Cézar luego de Don Juan en lo que es hoy calle Emilio Villaescusa esquina calle Platón.
“Una familia entera muere aquel trágico día en su domicilio: José Arenas Vico, de 46 años natural de Fuensanta, Albacete, maestro de harinas de profesión; Milagros Garrido Guillén, 48 años natural de Urda, Toledo; Francisca Arenas Garrido, 16 años natural de Baeza, Jaén; Carmen Arenas Garrido, 19 años natural de Cuenca y Felisa Arenas Garrido, 21 años natural de Madrid. La familia que nos contaba Dorothy Fontaine. ¿Vivirían en el edificio de la calle del Olmo que nos cuentan fue totalmente destruido?”, relatan desde la ARMH.
El próximo 3 de diciembre se volverán a recordar los bombardeos y las sirenas seguirán sonando hasta el 25 de marzo de 2022.
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