Es una de las voces radiofónicas y de los rostros televisivos más conocidos de España. Y lo es por su relación casi umbilical con los programas de ocio y entretenimiento desde sus inicios como locutor en Barcelona. Frank Blanco (Francisco Blanco Escudero), con 48 años, lleva trabajando sin parar casi toda su vida, desde que, con tan solo 13 años locutaba en Radio Mollet, su pueblo natal de Barcelona. Su carrera ha sido frenética. Desde 'Segundos fuera' en Cadena Top de Barcelona, pasando por 'Los 40 principales' en Prisa Radio, 'Crónicas marcianas' en Telecinco junto a Javier Sardá, el programa radiofónico matinal 'Anda Ya' durante seis años, uno de los mejores espacios de entretenimiento y humor de la radio española, y 'Caiga quien caiga', de las mayores “gamberradas” televisivas de la historia de la televisión, entre otros muchos.
Este martes, día 21 de marzo, las 22.30 horas, estrena en Castilla-La Mancha Media (CMM) la segunda edición del programa educativo y cultural 'Soy quien más sabe de la región', del que también se hizo cargo la primavera pasada y en el que le acompaña Aurora González. A este estreno suma el 'Atrápame si puedes' que también presenta en la televisión autonómica. Aunque catalán de nacimiento, Frank Blanco tiene sus raíces en esta comunidad autónoma. Sus padres son de Almadén (Ciudad Real) y mantiene un vínculo estrecho y sentimental con la región. Así nos lo cuenta con motivo del estreno de su programa.
¿Cómo afronta la segunda edición de 'Soy quien más sabe de la región'?
Es fantástico, porque llevo meses con 'Atrápame si puedes' y esto es una ampliación. Estoy muy feliz. Cuando el año pasado estrenamos este programa, a nivel personal tenía un plus por esa conexión con mis orígenes castellanomanchegos. No puedo estar más contento de estar un año después haciendo un programa diario y ahora además la segunda temporada de este especial.
¿Cuál es la emoción predominante este año, tras la experiencia del año pasado y los buenos datos de audiencia?
Con mucho respeto y con mucha curiosidad, porque el programa, cuando lo hicimos el año pasado, se realizó con motivo de los 40 años del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha y supongo que todos pensábamos que era un programa que se haría unos meses y se iba a quedar ahí. Pero funcionó tan bien de audiencia que creo que todos cambiamos el chip y pensamos que debía tener una segunda temporada. Entonces, aunque el programa en esencia es el mismo, ahora tengo la curiosidad por saber si habrá tan buena acogida y funcionará tan bien como el año pasado. Estoy con cierta inquietud y expectación.
Es una apuesta fuerte de la televisión autonómica porque es 'prime time'. ¿Es para todos los públicos o incluso para gente que no sea de Castilla-La Mancha?
Absolutamente. Lo podrían ver personas que no tengan nada que ver con la región porque eso de que el saber no ocupa lugar es una verdad como un templo. Las pruebas son tan entretenidas, tan divertidas, que te vas enterando de cosas que son súper interesantes por su riqueza cultural y todo el mundo acaba diciendo: “Tengo que visitar esto, tengo que ir aquí”. A mí me ha ayudado también a recuperar la esperanza con las nuevas generaciones, viendo a los chavales competir de forma tan sana, tan preparados tanto en actitud como en conocimiento. Hay que verlo por ellos y por todo lo que se aprende. Es una producción de primer nivel. Estamos mucho con 'Masterchef' y sus exteriores, pero ¡que se miren también los exteriores de 'Soy el que más sabe de la región'!
¿Aparte de las raíces por sus padres, tiene usted vínculo con la comunidad autónoma?
Tengo todo el vínculo que me permite mi tiempo de ocio. Me escapo a Almadén siempre que puedo, a ver a mi familia, eso es un fijo. Y luego, de vez en cuando, en mi tiempo de fin de semana, voy a lo que está más cerca de Madrid. Siempre se deja caer un Toledo muy fácilmente, o algún pueblito de Guadalajara. Algún sitio donde se coma bien, por ahí cerca estoy yo. Y si no he estado, poco tiempo voy a tardar (Risas).
Supongo que, como presentador, también está aprendiendo de todo sobre Castilla-La Mancha...
Absolutamente, cada vez más y encantado además.
¿Qué conclusiones extrajo el año pasado en cuanto a la función de la televisión como elemento de divulgación, de conocimiento?
Que Castilla-La Mancha Media era el sitio donde hacerlo. Para mí, este programa no puede ser más redondo. Es cultura, es divulgación, es entretenimiento. Es el concurso perfecto para una televisión pública. Que si lo hiciera una privada no pasaría nada, pero si hay una tele que tenía que hacer esto, es la pública. Es una pena que no haya más formatos, más allá de las públicas, en esta línea, porque las privadas tienen que estar más pendientes de las audiencias y lo entiendo. Es obligación de la tele pública hacer programas en esta línea. Muchas veces asociamos lo cultural con un tostón, y en este caso, vemos que no es así, que puede ser entretenido, divertido, para toda la familia, con lo cual no solo cumple con la función de la tele pública sino que te divierte y te entretiene.
Es una asignatura pendiente el dejar de pensar que los programas culturales son para cubrir expediente
Precisamente, su recorrido profesional le ha hecho prácticamente un experto en contenido audiovisual. ¿Cómo estamos en España de contenidos divulgativos o educativos?
No conozco todas las televisiones regionales pero creo que en España, en las televisiones públicas, o mirando CMM y TV3, que las conozco, y la estatal, cumplen con nota. Pero siempre es muy mejorable. La gente ya consume más programas culturales, aunque creo que también tiene que ver con una cuestión de los medios disponibles para hacerlos, de financiación. Creo que es una asignatura pendiente el dejar de pensar que los programas culturales son para cubrir expediente. Deberíamos intentar poner lo máximo en ello.
Casi toda su trayectoria se ha desarrollado en contenidos de entretenimiento y humor. ¿Cuál es su opinión sobre la transformación de contenidos en este sentido en las dos últimas décadas?
Si tuviera que resumir, opino que en los formatos de entretenimiento, en la televisión, se ha mejorado muchísimo y hay más calidad y variedad en las parrillas. Pero en el terreno del humor, todo lo contrario. Se está yendo hacia atrás a pasos de gigante, condicionado por el ser políticamente correcto, por las redes sociales y por el “qué dirán”, sobre todo en redes sociales.
Usted sigue jugando con el humor en sus programas. ¿Ha podido comprobar ese retroceso?
Bueno, es que yo he estado en programas en que a veces ha habido personas, colaboradores, que tienen que hacer una sección y se autocensuran, pero no porque les parezca mal un chiste, porque yo estoy a favor de la autocensura, sino porque piensan que les van a dar en Twitter... Hay que pensar que antes te daban igual, lo que pasa es que no te enterabas. La gente antes te decía de todo hablándole a la tele desde el sofá.
Pero ahora pasa en un espacio público, en un foro que todo el mundo ve…
Claro, pero yo he tenido muchas conversaciones con compañeros sobre esto y les digo que esto ha existido siempre aunque no nos llegara. ¿Por qué nos condiciona ahora? Pues haz que no te llegue. A mí, en mi Twitter solo me llegan los comentarios de las personas que me siguen. Si no me sigues, no te leo, y aún así me dan (Risas). No pasa nada, para eso está. Pero tienes que saber poner un límite de para qué te sirven las redes sociales y para mí hay una línea roja que no deben pasar: que tu trabajo lo tienes que hacer independientemente de que existan las redes o no.
Me ha hablado de lo políticamente correcto. Por ejemplo, ¿se podría hacer hoy ‘Caiga quien caiga (CQC)’ o ‘Anda Ya’?
Sí, sí se podría hacer. Y si no se hace, seguramente es por una cuestión de presupuesto. Pero ese programa, sí, porque su espíritu era muy gamberro y muy 'hardcore'. A mí me encantaría que volviese CQC, hoy en día sería más emocionante con las redes, le darían tanta cera que si el programa volviera, tendría una sección sobre los 'haters' de CQC. Y no pasaría nada, porque hay programas que ya llevan en el ADN esa irreverencia y el “me la trae floja todo”. En cuanto a ‘Anda Ya’: hoy no se podría hacer la prueba de novios (una chica ponía a prueba los sentimientos de su novio mediante la llamada de otra mujer que le proponía una relación). Hoy sería impensable por cómo la sociedad ha cambiado: no encontraríamos ni una chica que quisiese hacerle esa broma a su novio.
La importancia de las redes sociales se ha visto en lo sucedido en la BBC con el exfubolista y presentador Gary Lineker, despedido por sus mensajes en redes y luego readmitido precisamente por la presión en esas mismas redes. ¿Es un punto de inflexión?
Es curioso porque ahí el presentador ha sido casi un sujeto pasivo. La decisión de despedirle la toma la dirección, la misma dirección que con la presión de las redes sociales decide echar marcha atrás. No tendrían que haber tomado la decisión inicial. En este caso se ha resuelto bien. Pero también pasa en los despachos de medios de comunicación españoles que hay directivos que toman decisiones en función de lo que ven en las redes sociales. Es una locura, porque es muy delicado. Las redes pueden ser algo muy positivo, como el que le damos en 'Soy quien más sabe de la región', sumando espectadores. Pero si no sabes utilizarlas, te hunden o te hunde otro por ti.
Que tengas un millón de seguidores en TikTok no quiere decir que seas válido para la tele
¿A usted le ha pasado o se ha visto en una situación similar?
Alguna polémica he tenido en Twitter, pero en realidad me divierten. Si he puesto un tuit, no lo borro, salvo que tenga una falta de ortografía, que lo borro y lo reescribo. Ahora bien, no he sido víctima de nada grave por culpa ni de mis redes ni porque alguien haya tomado decisiones respecto a mí en función de ellas. Pero sé que pasa. Así como hace 30 años, la televisión buscaba en la radio, ahora busca en las redes.
Y encuentra de todo.
Sí, yo cada vez más veo a gente que viene de redes sociales en los programas de tele. Estoy a favor, pero que tengas un millón de seguidores en TikTok no quiere decir que seas válido para la tele. No todo el mundo vale para todo. Hay que dar oportunidades y probar, pero sí que hay directivos que buscan ahí en función de los seguidores. ¿Nos hemos parado a hacerle una prueba, que antes estaba a la orden del día? Yo he hecho muchas pruebas de televisión, y ahora las pruebas brillan por su ausencia, o peor, se hacen en directo.
Al margen de la tele, resulta muy fascinante también cómo la radio se mantiene viva con tanta competencia. ¿A qué cree que se debe?
La radio sigue y seguirá. La radio tiene algo que no tienen las plataformas de 'streaming', que es el directo y la inmediatez y cada soporte tiene sus ventajas. El podcast te permite hacer contenidos mucho más elaborados, con más detenimiento que el directo, el día a día y la última hora. Pero seguramente todo se equilibrará y todo está destinado a poder convivir. Es muy sano que existan los podcasts, cuantos más, mejor, y que la radio siga viva cuanto más, mejor.
Me estoy acordando de su libro 'Sobrevivir a los 40'. ¿Habrá otro sobre 'Sobrevivir a los 50'?
No me queda mucho… No quisiera, porque me prometí no hacer ningún libro más. Pero ese lo hice por una necesidad mía, por una cuestión muy egoísta. Confío en que llegados a los 50, esa necesidad la tenga superada y no lo necesite (Risas). No quisiera, pero puede pasar.
Por último, le tengo que preguntar por el programa 'Zapeando', porque hay mucha gente que le echa de menos.
Y yo a ellos también, a mucha gente. 'Zapeando' forma parte de mi corazón, tiene un rincón especial como tantos otros proyectos. Le tengo mucho cariño. Y con eso me quedo.