Ni PSOE ni Podemos obtuvieron los resultados que esperaban en Castilla-La Mancha en las elecciones generales del 26J. Los socialistas perdieron votos pero mantuvieron su representación en el Congreso, mientras que la formación de Pablo Iglesias, en su confluencia con Izquierda Unida (IU), consiguió un diputado más pero perdió apoyo en sufragios. Fue el PP quien ganó estos comicios en la comunidad autónoma, llevándose por delante la representación de Ciudadanos. Estos datos, unidos a la crispación durante la campaña electoral entre PSOE y Podemos, han tenido finalmente consecuencias en la región, donde el socialista Emiliano García-Page gobierna en virtud de un pacto de investidura que cumple ya un año.
Pese que Pablo Iglesias ha dejado claro en varias ocasiones que la falta de acuerdo nacional entre ambos partidos no afectaría al acuerdo en Castilla-La Mancha, dando plena autonomía a la dirección regional de Podemos, el líder de esta formación en la comunidad, José García Molina, sembró las dudas el día después del 26J. Preguntó al PSOE si apoyaría a un Gobierno del PP en España, y pidió a los socialistas castellano-manchegos que eligieran “cuáles son sus compañeros de viaje”.
García Molina precisó que a Podemos le gustaría seguir con lo pactado en el acuerdo de investidura, pero añadió que en Castilla-La Mancha “habrá que decidir qué queremos hacer” ya que “lo que pase a nivel nacional va a tener repercusiones aquí”. Dejó esta pelota en el tejado del PSOE aunque siempre remarcando que no le “cabía en la cabeza” que los socialistas llegaran a ningún acuerdo con el PP. Por su parte, la portavoz socialista, Cristina Maestre, acusó a Podemos de ser una “máquina de dar votos” al PP y denunció la “vieja política de la pinza”.
Al vuelo cogieron también estas declaraciones los ‘populares’ de la comunidad autónoma. El secretario general, Vicente Tirado, también traspuso esa situación nacional a la región, pidiendo el apoyo del PSOE para gobernar en España y recordando la oferta de la expresidenta, María Dolores de Cospedal, de apoyar los Presupuestos de Castilla-La Mancha si García-Page bajaba los impuestos. Dijo que su partido estaría dispuesto a colaborar para que los ciudadanos de la región “vivan mejor”.
De las palabras a los hechos en las Cortes regionales
Pero no solo en declaraciones se ha visto reflejada la tensión. Hubo también hechos en el pleno de las Cortes del pasado jueves. En dos puntos del orden del día PSOE y Podemos mostraron sus discrepancias de manera abierta. En primer lugar, los diputados regionales de la formación morada decidieron abstenerse en la votación de una propuesta socialista para hacer vinculante en el Parlamento castellano-manchego el borrador del informe sobre el río Tajo que actualmente debate la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. Argumentaron que el informe no es definitivo y que la resolución era “prematura y oportunista”. Debido a la mayoría parlamentaria del PP, la propuesta fue rechazada.
Acto seguido, el voto de la formación morada también fue decisivo para crear una comisión de investigación sobre el incendio del vertedero de neumáticos de Seseña. La iniciativa para crear este órgano parlamentario fue de Podemos y recibió el apoyo de los ‘populares’ y los votos en contra del PSOE, por lo que fue finalmente aprobada. En ese debate, el líder de Podemos en la región y la portavoz socialista en las Cortes, Blanca Fernández, se enzarzaron tras acusar el primero a los socialistas de negligencia en la gestión del incendio. Fernández llegó a afirmar que la iniciativa para crear la comisión respondía más a los “efluvios de un mal resultado electoral” de Podemos que al interés general.
Este cruce declaraciones se produce cuando se va a cumplir un año del pacto entre ambos partidos para la investidura de García-Page y la gobernabilidad de Castilla-La Mancha. En el mismo se adoptaron medidas de emergencia social, de participación y de transparencia, entre otras muchas, algunas de las cuales ya se han puesto en marcha, mientras que otras están en tramitación. Desde entonces, el voto de los dos diputados de Podemos ha estado mayoritariamente del lado de los socialistas, aunque no han faltado algunas excepciones en las que tanto el PP como la formación morada se han apoyado mutuamente.