Los vecinos de la localidad conquense de Almendros (un municipio con menos de 300 habitantes ) se oponen a la instalación de una macrogranja porcina que albergará a más de 2.600 cerdos con lechones y que incluye una planta incineradora cuyas cenizas irán a un vertedero o se mezclarán con los purines.
Este sábado se celebró una reunión informativa en el municipio, organizada por 'Stop Macrogranjas Pueblos Vivos', a la que estaban convocados no solo los vecinos sino también el Ayuntamiento que gobierna en solitario el Partido Popular (es el único grupo municipal) y los promotores del proyecto. Se recogieron más de 200 firmas y se seguirán reuniendo más para intentar paralizar la autorización de construcción de la explotación por parte del Ayuntamiento. Una explotación que ya cuenta con el visto bueno ambiental por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. “No lo queremos de ninguna manera, con o sin incineradora”, señalan los vecinos.
Fuentes vecinales han explicado a eldiarioclm.es que la reunión en la que participaron 276 vecinos (a los que se sumaron algunos más procedentes de otras localidades cercanas), se celebró en “un ambiente de tensión” y terminó con episodios de vandalismo. “Algunos coches aparecieron rayados y tuvimos que guardarlos durante la noche en los graneros agrícolas donde tenemos los tractores”.
A la reunión no acudió ningún representante del Ayuntamiento y este periódico no ha conseguido contactar con el alcalde, el ‘popular’ Acisclo Jiménez, para contrastar su opinión. Por parte de la empresa promotora asistió el socio local del proyecto (un vecino del pueblo, veterinario de profesión, que ya posee otras explotaciones porcinas en la localidad) y que impulsa la Sociedad Icpor Soria, SL - empresa integradora de la conquense, con sede en Tarancón, Incarlopsa- para dar a conocer su iniciativa que incluye, según CMM Noticias, la creación de 14 puestos de trabajo.
“Nos dijo que esta granja no va a ser igual a ninguna de las que ya existen en España, que hará controles exhaustivos para que estemos orgullosos. Eso no convenció a nadie porque llegó sin documentos. No tenía argumentos y hasta aseguró que no iba a instalar la incineradora”.
A la reunión también acudió como invitada la alcaldesa de Balsa de Ves, Natividad Pérez, para explicar la experiencia de este municipio de Albacete con este tipo de actividades ganaderas. En noviembre de 2017 denunciaba en una entrevista en la Cadena Ser los daños generados por la macrogranja porcina que se instaló en la localidad en el año 2006 y de la que en 2010 llegaron a circular vídeos sobre la actividad en una explotación que, sin embargo, el pasado 2017 fue nominada en la XXIV edición de los premios Porc d'Or a la excelencia en la producción porcina.
La explotación porcina de Almendros incluye un horno incinerador de cadáveres de los animales, con una capacidad máxima de 50 kilos por hora y por eso en la reunión también se habló de los posibles efectos de las incineradoras en la salud relacionados con los 220.000 kilos anuales de carne que, se estima, se quemarán en esta planta.
“Lo de ayer fue un éxito para los que estamos en contra de las macrogranjas y un fracaso para el promotor porque el pueblo se opone al proyecto”, señalan los vecinos que ahora se plantean organizar una nueva reunión, en este caso de ámbito comarcal, en próximas fechas para informar de los posibles efectos de la incineradora en un radio de 40 kilómetros a la redonda. Además, la plataforma 'Stop Macrogranjas Pueblos Vivos' se plantea presentar un recurso de alzada ante la Consejería de Medio Ambiente contra este proyecto.
Castilla-La Mancha ha pasado a exportar casi el doble de porcino que en 2013
Castilla-La Mancha ha pasado de exportar 54.523 toneladas de porcino en el año 2013, en el que facturó 156,07 millones de euros por ello, a 94.899 toneladas hasta noviembre del pasado 2017, por valor de 262,598 millones, según los datos facilitados por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC) a Europa Press, que evidencian no solo la rentabilidad del sector en la región sino el aumento del número de explotaciones de cría y cebo.
Según el director territorial del ICEX, Pedro Antonio Morejón, el cárnico porcino es un sector “potente, estable y creciente” en la región pues las grandes empresas, que durante mucho años no han salido al exterior y se han centrado en productos tradicionales más dirigidos al mercado nacional, ahora lo hacen, porque empujadas por la crisis, han conseguido vencer las trabas técnico-sanitarias que han tenido siempre los productos cerdo y han buscado nuevos consumidores.
El responsable territorial del ICEX apunta que un incremento de los proyectos de nuevas granjas (desde diciembre se han publicado 11 autorizaciones en varios puntos de la región) en la “que se cruzan especies y se cuida y mejora su alimentación”. “Pero esto tiene sus consecuencias que habrá que gestionar bien porque la producción de cerdo tiene sus peculiaridades”, ha advertido.
Incarlopsa aspira a gestionar 1,5 millones de cerdos en el entorno de Tarancón
El portavoz de la Plataforma 'C-LM Stop Macrogranjas', Daniel González, señala que en la provincia de Cuenca el hecho de que Incarlopsa -que centra su actividad en el procesado de productos porcinos- haya decidido dejar de traer su materia prima de Castilla y León, ampliando para ello su propio matadero y creando hasta una fábrica de piensos. “También quiere disponer de 1,5 millones de cerdos en 100 kilómetros a la redonda de Tarancón, donde se ubica”.
A juicio del portavoz el esta plataforma, que integra a otras tantas vecinales que se oponen a este tipo de proyectos, el hecho de que esté proliferando este tipo de granjas se debe también a que otras Comunidades Autónomas, como Cataluña, Murcia y Aragón, “sobresaturadas” en este tipo de explotaciones, se estén extendiendo a Castilla-La Mancha.
“Esto ocurre con El Pozo, que en su expansión hacia Granada y Albacete, pretende instalar entre Argamasón y Peñas de San Pedro una macrogranja que albergará a 108.000 cerdos repartidos en nueve explotaciones de producción y recría de lechones, con un total de 39 naves”, ha afirmado.
Asociaciones agrarias como ASAJA ven con buenos ojos estos proyectos. La presidenta provincial de Toledo, Blanca Corroto, cree que la apertura o ampliación de nuevas explotaciones de este tipo en la región, sobre todo en Cuenca o Toledo, se debe a que el sector del porcino “ahora es rentable”, porque España ha abierto un hueco en el mercado mundial y se ha situado como tercer país productor a nivel mundial y primero en Europa.
“La provincia de Toledo exporta el 33 por ciento de jamones que se consumen en Europa. Fuera han aprendido a comer jamón, que es buenísimo”, ha aseverado. “Es un sector del que se puede vivir. Una granja de 400 madres en ciclo cerrado, que saca semanalmente 150 cerdos, puede generar empleo directo a dos tres personas pero muchos indirectos: desde el veterinario que certifica que se cumplen los requisitos sanitarios, hasta la cooperativas de pienso que les suministra y el camionero que los transporta al matadero. Estas explotaciones generan también un estiércol natural”, ha destacado. Y es que la representante de la organización ha insistido en poner de relieve el impacto que este tipo de granjas tiene en el empleo rural. “Parece que nadie habla de ello ni lo cuantifica, pero mueve muchos puesto de trabajo”, ha insistido.