Primero son criadas como aves de jaula en granjas cinegéticas y después reciben la “peor de las muertes”. El conocido como Tiro al Pichón es la práctica mediante la cual se lanza, a vuelo o mediante una máquina o tubo disparador, a palomas y codornices para que sean disparadas por escopeteros en campos de tiro, que normalmente cuentan con autorización para caza lanzada. Los animales siempre mueren, o bien en el acto o también tras una larga agonía en el suelo tras el disparo. Esta práctica, a caballo entre el sector deportivo y la caza, será previsiblemente prohibida en la reforma de la Ley de Protección Animal de Castilla-La Mancha, tal y como se recoge en su borrador. Con ello, el Gobierno regional se unirá a las comunidades autónomas de Cataluña y Canarias.
Según colectivos contra el maltrato animal especializados en esta cuestión, el tiro al pichón se prohíbe expresamente en el articulado de las leyes autonómicas de protección animal, en general en un mismo artículo que prohíbe las peleas de gallos y de perros, pero con el matiz en el siguiente artículo de que la autoridad competente podrá autorizar excepciones. “Se trata de excepciones a la protección animal que se convierten en generalidades al uso”, comentan desde la Asociación ‘Mis amigas las palomas’ (MALP).
Precisan que estas actividades se celebran durante todo el año en campeonatos tanto privados como locales, autonómicos, nacionales, europeos e internacionales. En España anualmente se abaten aproximadamente 250.000 palomas y 200.000 codornices, sólo en tiradas puntuales. En realidad, desde este colectivo estiman una cifra diez veces mayor si se tienen en cuenta los entrenamientos y tiradas sociales. “Es una barbarie escandalosa, es la mayor masacre animal consentida que se realiza en España, en cuanto al número de ejemplares muertos”, apuntan desde la asociación.
En Castilla-La Mancha, las modalidades generales son la caza lanzada de palomas o codornices, ya sea mediante el brazo, la máquina-tuvo o caja. La actividad está regulada mediante la centenaria Federación Deportiva Española y la Delegación de Tiro a Vuelo en Castilla-La Mancha. Su relación con la caza viene determinada porque la modalidad de palomas a brazo sí que aparece regulada por la Federación de Caza. De ahí que se mantenga “entre dos tierras”: la práctica deportiva o la cinegética.
Por otra parte los clubes castellano-manchegos de Tiro al Pichón pertenecientes a la delegación regional y que organizan competiciones en Castilla-La Mancha son la Sociedad de Tiro al Pichón de Albacete, la Sociedad de Cazadores y Tiradores La Loma de Valdepeñas, la Sociedad de Caza, Pesca y Tiro de Cuenca, la Sociedad de Tiro al Vuelo Kikirikí de Villarrobledo, el Campo de Tiro Los Nogales de Pozuelo de Calatrava, el Campo de Tiro Hermanos Molero de Talavera de la Reina, y el Campo de Tiro de Piedrabuena. Según la federación, todos estos clubes organizan las competiciones en campos cerrados, sin exhibición y con el “trato adecuado” a los pichones.
La Federación se desmarca por tanto de otras tantas tiradas que se realizan en fiestas populares castellano-manchegas. Sin embargo, el borrador de la nueva Ley de Protección Animal es tajante en ese sentido: incluye la prohibición total del tiro al pichón. Ecologistas y colectivos lo consideran un adelanto porque además supone evitar la masacre de animales considerados domésticos, puesto que las palomas y codornices utilizados son de granja, y si no, son objeto “capturas urbanas ilegales” por jaulas-trampa o redes automáticas.
Entre los argumentos que esgrimen desde MALP para luchar por esta prohibición en todo el territorio español, no se encuentra solo el sufrimiento animal. Afirman también que el impacto económico de esta práctica es “inapreciable” dentro del sector económico de la caza. “Solo se lucran los dueños de los campos de tiro y los proveedores de munición especial y de las aves desde las granjas cinegéticas”, y estás últimas tampoco sufrirían pérdidas puesto que el grueso de su actividad no son tiradas en campos fijos, sino repoblación cinegética y sueltas en cotos.
También alegan que los campos de tiro tienen modalidad mixta plato-ave así que al reconvertirse la actividad, “podrían continuar sin problema”. Y añaden: la munición especial para codorniz o pichón vale tanto para el tiro de pichón como para el tiro en campo en los cotos, por lo que tampoco sufrirían un impacto en su actividad. Este colectivo incluso apunta, como también alegó el consejero castellano-manchego de Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, que desde la Federación de Caza no se considera una actividad importante, “pero prefieren defenderla y no perderla para no ceder en ningún ámbito”.
¿Cuál es la alternativa? En Castilla-La Mancha existe la modalidad de tiro al plato o hélice, siendo la primera modalidad olímpica ya que el tiro al pichón está prohibido en todo el mundo salvo en siete países, entre ellos España. El instrumento utilizado simula el vuelo de un ave y es el plan B que contempla regular el Gobierno regional para la prohibición de esta práctica.
Mientras tanto, la protesta social y ciudadana ha ido creciendo en el último año. Tanto la asociación de defensa de las palomas como Ecologistas en Acción lo han denunciado ante todas las consejerías de Medio Ambiente que aún permiten su práctica. Protestas ante los campos de tiro, rescate de aves heridas, recogida de firmas y denuncias ante la Fiscalía de Medio ambiente han completado las acciones del último año. Todos los programas electorales de los partidos políticos que concurrieron a las pasadas elecciones generales, salvo el del PP, incluyen la promulgación de una Ley Marco de Protección Animal que podría uniformar esta materia en todo el país. Hasta entonces, sigue siendo competencia delegada que “se disputa autonomía por autonomía” e incluso a veces “municipio a municipio”.
Desde Castilla-La Mancha, parte de las peticiones de la prohibición del tiro al pichón las ha realizado la Plataforma contra la Ley de Caza. Así lo ha demandado la Sociedad Albacetense de Ornitología (SAO), que pertenece al colectivo, tras comprobar que se estaban practicando en la provincia ambas modalidades (tiro al vuelo y a tubo). “Es muy cruel con las aves”, destaca Julia Giménez, de la SAO. “Primero por las condiciones en las que tienen a estos animales, y después porque se les dispara sin posibilidad de huida, y al caer al suelo muchas no mueren al instante y agonizan durante horas. El animal sufre lo indecible. Es una aberración”, concluye.