ENTREVISTA Daniel Gómez Aragonés

“Toledo es una ciudad sagrada que solo es comparable a Roma o Jerusalén”

Fidel Manjavacas

26 de febrero de 2022 19:15 h

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Desde los primeros asentamientos a orillas del Tajo, como el del Cerro del Bú, hasta la Toledo de nuestros días, pasando por Toletum, Tulaytula o la ciudad imperial, el historiador Daniel Gómez Aragonés desgrana en un nuevo libro todos los pueblos y personajes que dejaron su legado a través de los tiempos para “recomponer y rescatar del olvido contemporáneo” la que, a su juicio, es “la ciudad más importante de nuestra historia”.

'Toledo. Biografía de la ciudad sagrada' (La Esfera de los Libros, 2022) es el título del nuevo trabajo con el que el autor, académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, invita al lector a conocer la historia, el símbolo, el legado y el mito de Toledo.

“Podemos considerar que hay tres grandes momentos en nuestra historia que sustentan que Toledo es una 'ciudad sagrada', el corazón de España y a la par su capital espiritual. En definitiva, que es nuestra Jerusalén, nuestra Roma”, manifiesta Gómez Aragonés, que explica que “el inicio de todo es la época de reyes godos, cuando Toledo se configura como ciudad de reyes”.

No obstante, el autor relata también cómo se configuró la ciudad desde las épocas carpetana y romana; la musulmana, con la conquista, la rebeldía frente a Córdoba y la taifa toledana; la Baja Edad Media con Sancho IV, el cambio de dinastía y los Reyes Católicos; el siglo XVII con la crisis y la reformación de la cabeza religiosa de España; el XVIII con el impacto de la guerra de Sucesión, la Ilustración (Fábrica de Armas) y el cardenal Lorenzana; el siglo XIX con el impacto de la Guerra de Independencia, la Desamortización y el Romanticismo; y finalmente el siglo XX con la Guerra Civil y la capitalidad autonómica.

En anteriores publicaciones abarcas periodos más concretos y en este libro narras la historia de Toledo, cruzando todas las etapas más importantes que han configurado la ciudad. ¿Cómo surge este trabajo y cómo lo has distribuido?

El libro evidentemente tiene un enfoque personal. Yo no veo la historia como una persona que se acerca al pasado simplemente clasificándolo de una manera aséptica. La historia no deja de ser tú mismo, tus antepasados, en este caso de una ciudad tan importante como es Toledo. Veo una serie de vínculos en los que nos vamos a encontrando, para saber quiénes somos, de dónde venimos y adonde vamos. En la historia hay unas raíces y esencias para comprender el por qué estás aquí. Esa premisa, que aplico a todo lo que hacemos, está desde la portada marcada y definida.

Este libro surge antes de la pandemia hablando con Félix Gil, editor de La Esfera de los Libros y buen amigo, a raíz de otro libro llamado 'Jerusalén', que fue un exitazo. Al verlo se pensó, salvando las distancias, en cómo se puede aplicar lo que hay en él a España. Ese libro es un análisis de Jerusalén desde sus orígenes hasta tiempos actuales. La ciudad que mejor sintetiza lo que ha sido la historia de España, y en esto yo creo que todos estaremos de acuerdo, es Toledo.

Hablamos desde la prehistoria hasta finales del siglo XX, es una burrada el espectro cronológico que abarcamos. El libro tiene más de 700 páginas. Mi objetivo era que la esencia de la historia de Toledo estuviera recogida, que los capítulos tuviesen identidad y que incluso puedan leerse por períodos. Evidentemente no es un libro para leerlo en dos tardes, no solo por su volumen sino porque también es bueno que haya una reflexión en la lectura de cada capítulo. Seguro que hay muchas cosas que no esperas encontrar, aunque no seas de Toledo.

He disfrutado muchísimo. Me he ido enamorado según iba escribiendo aún más de Toledo. Si antes estaba flipado por la ciudad, después de escribir el libro lo estoy mucho más. La gran mayoría de ideas que tenía preconcebidas de Toledo se han reafirmado, algunas se han readaptado o ampliado, pero lo que es el sentido, significado, símbolo, mito y legado de Toledo me ha dejado anonadado.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene Toledo de sí misma?

Aquí evidentemente tendríamos que irnos a los orígenes de Toledo, a lo que en el libro de alguna manera llamo y defino 'Toledo antes de Toledo'. Para quedarnos con algo más concreto creo que habría que definir un punto que muchos toledanos conocen, que les llama la atención, que es el Cerro del Bú. Tiene una gran importancia en lo que es el origen del casco antiguo y de la ciudad. Luego, dentro de lo que es el actual casco antiguo y el entramado urbano, tendríamos que irnos a época prerromana, la época de los carpetanos. Y a partir de ahí ya engancharíamos con la llegada de los romanos, ese gran Toledo de época imperial.

Después entraríamos en el Toledo de época visigoda. Lo he dicho siempre y lo voy a seguir diciendo: si Toledo ha sido lo que es a lo largo de la historia, si ha tenido ese halo mítico, mágico, simbólico, religioso o histórico, por encima de otras muchas ciudades, es porque fue la gran capital del reino visigodo, germen de España. Si Toledo no hubiese sido la gran capital de los reyes godos, ese halo que la rodea incluso hoy en día no sería tan grande ni igual.

¿Cuál es el período del que tenemos peor memoria? ¿Qué deuda pendiente tiene la ciudadanía de Toledo con su historia?

Siempre he dicho que el toledano, o quizás también desde las propias instituciones toledanas, somos muy de sota, caballo y rey, de las manidas y malentendidas tres culturas-tres religiones, el Greco, y luego el aniversario que va tocando, como el de Carlos V, Isabel I o ahora el de Alfonso X, que cuando pase a ver quién se acuerda de él. Después, volveremos al sota, caballo y rey. Evidentemente Toledo es muchísimo más.

Dentro de esos aniversarios cuentan los que interesan, porque hemos tenido, o seguimos teniendo, los 500 años que se cumplen del levantamiento de los comuneros. Es curioso porque siempre ha sido un tema muy recurrente, sobre todo desde el siglo XIX, que es el gran siglo de recuperación de lo que es el pasado comunero, y en los últimos años es algo que ha quedado más apartado por otras cuestiones.

Por supuesto, tenemos una cuenta pendiente con la época visigoda, el mayor y más claro ejemplo es Vega Baja. El Toledo romano también lo tenemos ahí y no nos damos cuenta de que Toledo en época romana a lo mejor era mucho más de lo que pensamos. Hay que ver los restos que aparecen, que son muy interesantes, como el anfiteatro, que hace relativamente poco tiempo salió a la palestra. Sobre esto tienen mucho que decirnos los magníficos arqueólogos que trabajan en la ciudad.

También el Toledo del Siglo de Oro -entre los siglos XVI y XVII- o el del siglo XVIII, del que me he enamorado el escribir el libro. Pensamos que, una vez que llegamos a los austrias menores y la Guerra de Sucesión, la grandeza del imperio español se ha perdido y no es así.

Como tenemos una historia tan grande, tan basta, tan sorprendente, creo que deberíamos salirnos un poco del sota, caballo y rey y determinados aniversarios y hacer de la historia de Toledo el gran plan de márquetin de atracción, para el propio toledano y la gente de fuera, que se entienda lo que realmente ha significado la ciudad. Que varios reyes, como Alfonso VII o Sancho IV, eligiesen Toledo para enterrarse no era nada casual. Muchas veces no somos conscientes de dónde estamos. Toledo es un privilegio.

Creo que deberíamos salirnos un poco del sota, caballo y rey y determinados aniversarios y hacer de la historia de Toledo el gran plan de márquetin de atracción, para el propio toledano y la gente de fuera

¿Por qué se puede afirmar que Toledo es una ciudad 'sagrada'?

Es un concepto en el cual insistimos mucho, entre comillas, siempre que lo decimos dentro del libro. Habitualmente estamos acostumbrados a escuchar la ciudad de las tres culturas o la ciudad imperial, y nosotros queríamos ir un poquito más allá. Toledo es una ciudad 'sagrada' porque así lo ha sido para judíos, musulmanes y cristianos. Ha sido una ciudad 'sagrada' en el amplío sentido del término, por la que vivir y morir. Por la que amar su conquista y llorar su pérdida, algo que sobre todo pasa en la parte cristiana y musulmana, que fueron dueños de la ciudad.

Es una ciudad donde se daban muchas veces situaciones inconcebibles en otras ciudades en el mismo período histórico, y no hablo de la tolerancia porque lo que hubo fue coexistencia, pero una coexistencia que no veías en otras ciudades de Castilla ni otros lugares de Europa o del norte de África. Aparte, fue una ciudad en la que se levantaban grandes edificios que son templos sagrados, en los que se entra en conexión con la divinidad, de crear grandes obras de arte, de escribir textos únicos o de atraer a grandes personajes de la historia. Muchas veces tenemos miedo a utilizar palabras como 'sagrado', ya que hoy en día parece que no tendría sentido que un historiador serio la utilizara. Yo en este caso me reafirmo en ella.

Cuando surgen las primeras historias toledanas en los siglos XVI y XVII ya se percibe a Toledo como una especie de segunda Roma

Esto entronca con que podemos considerar a Toledo nuestra Jerusalén y nuestra Roma, y esto no es algo creado por una editorial o un autor, esto proviene de mucho tiempo atrás. Cuando surgen las primeras historias toledanas en los siglos XVI y XVII ya se percibe a Toledo como una especie de segunda Roma. Nosotros hemos recogido el testigo para decir que es así. Podemos decir que Jerusalén y Roma son ciudades sagradas. Si Toledo tiene esos referentes también tiene el derecho de serlo.

¿Qué tres personajes históricos consideras más relevantes en la historia de Toledo?

Es muy complicado hablar solo de tres, no solo por la propia historia de Toledo en sí, si no por la propia particularidad de quien habla. Quizás la respuesta muchas veces podría ser recurrir a monarcas, a grandes personajes que tuvieron poder, pero yo creo que, teniendo en cuenta ese concepto de sagrado, voy a quedarme con una serie de arzobispos. El arzobispo primado es una figura muy importante, un personaje con fuerte peso político y de poder, pero que hace ciudad. Han hecho más ciudad que determinados monarcas, incluso que Alfonso X.

Me quedo con cuatro que yo creo que son determinantes en la historia de Toledo: el primero de ellos es San Ildefonso -siglo VII-, patrón de Toledo. Desupés me iría al siglo XIII para citar a Jiménez de Rada, navarro pero conocido como el toledano, un arzobispo que participa en la Batalla de las Navas de Tolosa junto a Alfonso VIII, o que junto a Fernando III inaugura la construcción de la Catedral. Otro con el que me quedo, que fue un gran estadista, es el cardenal Cisneros -finales del XV y principios del XVI-, un personaje de película. Y otro sería el Cardenal Lorenzana, a quien debemos muchas de las construcciones del siglo XVIII, como la Puerta Llana de la Catedral o el edificio de Lorenzana.

Esos cuatro personajes son determinantes, pero evidentemente tiene que haber mujeres también ligadas a la historia de Toledo. Podría mencionar a distintas reinas, como Isabel I, con un fuerte vínculo con Toledo y quien seguramente haya sido la reina más querida en la historia de Castilla. Pero incluso para afinar un poco más, y dado en el año en el que nos encontramos, creo que María Pacheco aquí también tendría mucho que decir. Creo que cada uno de estos nombres debería tener una estatua en la ciudad de Toledo.

Alfonso X es protagonista desde hace unos meses en la ciudad por la celebración del VIII centenario de su nacimiento. ¿Qué importancia le das en esta biografía?

Hay que decir que Alfonso X pasó más tiempo fuera de Toledo que en la propia ciudad, porque evidentemente era un rey con una gran actividad política y no paraba de moverse por Castilla. Para Toledo ha sido importante que naciese aquí, pero porque no ha sido un rey más en la historia de España. Si ha pasado a la historia con el apelativo del 'sabio' es porque un cantamañanas no era.

Me importa por un lado su huella cultural con la Escuela de Traductores, entendiendo que se trata de un movimiento cultural que surge a partir de la Reconquista. A ese etapa se da bastante profundidad en el libro, al igual que a determinados aspectos de su vida en los que Toledo tiene mucho que ver con su proyecto político e identitario, como el enfrentamiento que tiene con su hijo -Sancho IV-.

No podemos decir que sea el rey más ligado a Toledo pero sí uno de los que más. A su favor tiene que es toledano de nacimiento y eso siempre es un plus. Lo que espero es que una vez que pasen los actos del centenario, como la exposición que seguro que va a ser una pasada, se vaya más allá y sigamos divulgando la historia del siglo XIII que es determinante. Es un siglo brutal en el que tenemos a Alfonso VIII, Fernando III, Alfonso X y Sancho IV y en el que se termina de reconfigurar la ciudad 'sagrada'.

¿Hasta dónde abarca este libro? ¿La biografía se adentra también en el Toledo del siglo XX?

Sí, aunque ya se avisa que este siglo daría para mucho de lo que se expone porque la cantidad de documentación que hay es abrumadora. Una cosa que también nombramos es que este libro surge porque, previamente, un inmenso montón de historiadores, arqueólogos o filólogos han hecho un trabajo espectacular. Nosotros simplemente cogemos un poco el testigo, humildemente.

Lógicamente, sí se quiere dar una gran pincelada del siglo XX, que es el capítulo denominado 'Toledo prevalece', con Alfonso XIII, la República, la Guerra Civil o la dictadura. Llegamos también a la etapa democrática, en la que apuntamos una de las conclusiones finales que sacamos de todo el contenido: 'una ciudad en tiempos de democracia que debe mirar al futuro sin olvidar su pasado'.

El siglo XX tenía que estar presente aunque tenga episodios peliagudos. No hay que olvidar que el edifico más simbólico de la Guerra Civil es el Alcázar, y no es cuestión de política. Tampoco podríamos entrar en este siglo de una manera profusa porque desde la llegada de la democracia cada análisis electoral casi puede dar para otra monografía. Intentamos no caer en lo que podría aburrir más al lector pero evidentemente no se puede decir que no hablamos de lo que pasó en Toledo durante el franquismo. Es algo que tiene que estar como también lo está Federico Martín Bahamontes, el águila de Toledo.