Así se ve en 3D la primera arma creada para matar en Castilla-La Mancha hace miles de años

En 2019 se produjo en Castilla-La Mancha un hallazgo fundamental para entender y conocer la historia de los antepasados: el de una alabarda. Se trata de un arma única en el contexto de la Edad de Bronce de la Mancha, pero es tambié mucho más que eso. Es un testimonio fundamental de la historia de los antepasados de la zona, y más aún sí se entiende dentro del contexto de las motillas, infraestructuras únicas en Europa. “Es fundamental conocer y dar a conocer nuestro pasado y permitir también que se entienda el trabajo científico que se realiza”, explica el arqueólogo Luis Benítez de Lugo. 

En conjunto con el Estudio Torrejón, se ha hecho una proyección en 3D del arma encontrada en la Motilla de El Retamar. No sólo del arma, sino también del alabardero, la persona entrenada para empuñar dicha arma. “Este trabajo de recreación da vida a estas piezas, porque por sí solas sólo las pueden entender los científicos y no la sociedad. Es por eso que es necesario realizar este tipo de trabajos”, explica Benítez de Lugo. 

La recreación llevada a cabo por los arqueólogos muestra cómo habría sido el “germen” de un cuerpo militar de soldados en la zona de la Mancha. “Las alabardas son las primeras armas específicas de Castilla-La Mancha”, explica de Lugo. Y es que la alabarda no tenía ningún otro uso más que el ser “mortal”. “Antes había cuchillos, hachas de piedra, pero la alabarda fue creada para matar. Es importante, es el inicio de cuando se quedan atrás las sociedades neolíticas y comienza la jerarquización social en la edad de los metales”, explica el arqueólogo.

El arma se desvela así como una primera muestra de todo lo que ocurrió en Castilla-La Mancha al comenzar la Edad de los metales. “Esta jerarquización se basa en la violencia, en un cuerpo militar que en la Edad del Hierro, con los íberos, son los caballeros y los jinetes. La alabarda es el antecedente de esto”, explica Benítez de Lugo. Las armas de este tipo son uno de los elementos de sociedades más complejas.

Juan Torrejón es el arqueólogo del Estudio Torrejón, especializado en recreaciones 3D de este tipo. “Intentamos partir de un punto de vista científico. La imagen que se genera siempre va a estar basada en la información que disponemos”, recalca el profesional.

En el caso de una cultura como la Edad del Bronce, no existen testimonios, como resulta evidente, y todo se basa en el registro material que se encuentra en las excavaciones arqueológicas. “Esto acota mucho la posibilidad de saber ciertas cosas”, señala. No es lo que ha ocurrido con la alabarda, porque los hallazgos coinciden en que sólo está destinada para atacar a otra persona. “No sirve para nada más”, recalca Torrejón. 

“Es lo más interesante que tiene este objeto, que es el primero que se diseña con el único fin de matar”, explica el profesional. Las muestras del arma se pueden encontrar en pinturas rupestres y petroglifos, en los que se dibuja el arma con un mango largo con curvatura. “Lo que haría es acercarse al oponente y tratar de acercarlo hacia ti”, explica. 

Para realizar una recreación de este tipo, se para de un documento que sienta las bases y directrices de trabajar en el campo de la arqueología virtual: los principios de Sevilla. Torrejón insiste en la importancia de este tipo de trabajos, especialmente en la manera en la que acercan al público. “Nos permite acercarnos de manera sencilla y simple. Es algo muy importante, porque estos proyectos se pagan con impuestos y toda esta inversión debe volver a la sociedad”, afirma Torrejón.

La alabarda es un arma que se ha podido encontrar en distintas zonas de Europa. La importancia de este tipo de instrumentos y el hallazgo en particular en la Motilla de Retamar, quedará plasmada en un extenso artículo en la prestigiosa revista 'Complutum'. La “excepcionalidad” del arma tiene una serie de significados para entender el pasado de Castilla-La Mancha, como las relaciones de los pueblos que se asentaron entonces en las zonas de Almería y Murcia y lo que hoy se conoce como La Mancha. “La alabarda de El Retamar debió ser un objeto de especial valor social”, es una de las conclusiones del artículo, todavía pendiente de ser publicado.