Los inicios del aeródromo de Ocaña (Toledo) se remontan casi seis décadas atrás. Fue en 1962 cuando se acondicionaron los terrenos de las dos pistas que posee, que contabilizan desde aquel año más de 200.000 vuelos. Ahora, su actual propietaria, SENASA -sociedad mercantil estatal dedicada a Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica- ha licitado la contratación de un servicio de comercialización, intermediación inmobiliaria y gestión de la venta de este centro de aviación deportiva, así como de cinco aeronaves sin motor.
La licitación para vender este aeródromo, publicada en la Plataforma de Contratación del Sector Público y con un presupuesto de 145.200 euros (con impuestos), se llevará a cabo en procedimiento abierto y mediante subasta a sobre cerrado. Las empresas interesadas podrán presentar ofertas hasta el próximo 13 de agosto.
SENASA establece que esta actuación se lleve a cabo “con la mayor diligencia para que la venta se realice en las mejores condiciones económicas” y “con plena garantía de imparcialidad, transparencia y no discriminación”, según precisa en el pliego prescripciones técnicas la venta de este aeródromo restringido de uso público.
El plazo de ejecución del contrato una vez se formalice será de cinco meses. De ellos, el adjudicatario tendrá un plazo máximo de tres para llevar a cabo la fase de comercialización del inmueble e intermediación inmobiliaria, tras la que, inmediatamente después, deberá proceder a la enajenación del mismo, mediante subasta pública a sobre cerrado, en el plazo máximo de dos meses.
Se trata de una aeródromo que abarca una superficie construida de 74.126 metros cuadrados (m2) y de 335.240 m2 en total. Está ubicado en el término municipal de Ocaña, en el punto kilométrico 64,200 de la N-IV, a 2,25 km al sur del dicho municipio y a 64 km del centro de la capital de Madrid, a la que tiene acceso directo con la autovía A-4.
Reducción de ingresos en 2019 y 2020
SENASA se constituyó en los 90 como una sociedad mercantil estatal participada al 100% por el Estado español, sin embargo desde 2001 ostenta la condición de medio propio instrumental y servicio técnico de la Administración General del Estado (AGE) y de sus organismos y entidades de derecho público o privado. En su condición de sociedad mercantil estatal, es una entidad que se rige por el derecho privado, si bien está sometida a determinadas normas de derecho público.
Según el informe del ejercicio de 2020 que presenta en su página web, SENASA redujo su partida de ‘otros ingresos de explotación’ en unos 977.000 euros, y en 1,9 millones en 2019, “debido a la finalización de la subvención del déficit de explotación de aviación deportiva en octubre de 2019”. En total, fija unas pérdidas de 834.000 euros el pasado ejercicio.
En parte, este resultado también se explica por la disminución -en un 18,83%- de los ingresos de la unidad de formación de navegación aérea, así como por la reducción de la actividad internacional por las restricciones de viajes impuestas por las autoridades, debido a la pandemia del COVID-19.
En base a esta situación, la Dirección de SENASA indica que ha tomado “las medidas oportunas para poder volver a la senda de beneficios y seguir siendo un referente en las áreas de seguridad aérea y de formación de navegación aérea, en los años venideros”.
Escuelas de vuelo, mantenimiento o vuelos turísticos
En este aeródromo se han estado realizando actividades de escuela de vuelo, mantenimiento en base, vuelos turísticos, operaciones de trabajos aéreos, vuelos de globos aerostáticos o paracaidismo, entre otras.
Precisamente, en diciembre de 2019, se dejaron de impartir los cursos de vuelo sin motor y de realizar divulgaciones y alquileres en planeador, lo que conllevó el despido de siete trabajadores. Así, en marzo de 2020 puso a la venta 8 aeronaves sin motor, y en diciembre volvió a sacar a la venta 11 naves sin motor y otras dos con motor en estado de restos, así como las piezas de repuestos de casi todas ellas. El pasado mes de abril ponía de nuevo en subasta pública seis de las naves.
En el dossier en el que resumen las características generales del aeródromo, destacan también que se trata de un espacio con “excelentes instalaciones para el rodaje y producción audiovisual de anuncios publicitarios y películas”, así como para la implantación de nuevas escuelas de formación de pilotos, la instalación de un museo aeronáutico y otros posibles eventos.
Historia del aeródromo
Según recuerdan en su página web, la escuela de Aviación General de Ocaña se estableció con el fin de suplir el vacío dejado por la Escuela del Cerro del Telégrafo en Rivas Vaciamadrid, por orden del Estado Mayor del Aire y por razones de seguridad para el tráfico aéreo del, según se denomina actualmente, Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
En 1963 se celebró el primer curso en la escuela de vuelo sin motor de Ocaña y en el 65 se realizó el primer vuelo de esta escuela. A lo largo de las siguientes décadas, el aeródromo fue sumando espacios y actualmente cuenta con, además de las dos pistas, una plataforma de estacionamiento de aeronaves de 23.400 m2 o un edificio residencial de tres plantas y 43 habitaciones, un bar-cafetería, un restaurante, una instalación de combustible o una caseta meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).