La cuestión del referéndum catalán se ha convertido en un tema de actualidad en el resto de comunidades autónomas, también en Castilla-La Mancha. Hoy se ha referido a este asunto el vicepresidente segundo de la Junta, José García Molina, de Podemos, tanto para mostrar su postura como para responder al PP, que ha pedido su dimisión del Gobierno.
Con motivo de su visita a la Feria de Albacete, y preguntado al respecto, García Molina ha subrayado que la formación morada ha sido muy clara en problemas de “gran calado político” como el de Catalunya. En su opinión, las soluciones tienen que ser “políticas” y se ha generado una “mala dinámica” de ambos gobiernos (el central y el catalán) protagonizada por la “confrontación” y por una “escalada de tensión que es completamente innecesaria”.
“Quien paga al final es la ciudadanía, que está más interesada en saber si va a tener trabajo, sanidad y educación pública, que en esta discusión de dimes y diretes con intereses partidistas. Tanto la uniteralidad de unos como la judicialización por parte de otros nos lleva a una vía muerta que va a pagar la ciudadanía”, destaca.
Sobre la cuestión concreta de la consulta, el vicepresidente castellano-manchego ha recordado que en Podemos siempre se ha defendido el derecho a decidir en todas partes cuando se tomen decisiones que afecten de manera directa a los ciudadanos, pero “hay que hacerlo con garantías y base legal y ahí la política no puede fracasar”. Por eso ha apostado por una vía para “articular las dos cuestiones pero sin generar rupturas, que no aporta nada positivo”.
El PP, “poco acostumbrado a defender la democracia”
También ha aprovechado para responder al PP, que le ha pedido que cese como vicepresidente por su postura en torno al referéndum catalán. “No entiendo por qué defender la democracia tiene que ser motivo para dimitir”, ha subrayado, acusando a los ‘populares’ de estar “poco acostumbrados” a eso mismo, a defender la democracia.
Así, ha concluido afirmando que este partido está “absolutamente desquiciado” en la región, tal y como se ha visto en las comisiones y el pleno durante la tramitación de los Presupuestos “recurriendo al insulto más soez y con una falta absoluta de decoro parlamentario”.